Paraguay y Chile elaboran proyectos viales para unir los mercados del sur de Brasil con los puertos del Pacífico. Analistas ven que el país no genera confianza para ser tomado en cuenta en los proyectos

Los proyectos carreteros para unir los mercados del sur de Brasil con los puertos del Pacífico, y así llegar a Asia no toman en cuenta a Bolivia. Por lo menos los que llevan adelante Paraguay y Chile.

¿El motivo? De acuerdo con el economista, Germán Molina, en lo relativo al comercio internacional lo principal es tener certidumbre, saber que una transacción comercial se va realizar en el periodo determinado y que en lo posible los imprevistos serán mínimos.

“Ese escenario no ofrecen nuestras carreteras. Somos un país tranca que pone trabas a la libre circulación. Eso lo saben los inversores y los empresarios de los países de la región, por eso trabajan sin tomarnos en cuenta. Al tema de los bloqueos de las carreteas, ahora se debe sumar que Bolivia no es capaz de garantizar un abastecimiento normal de gasolina y diésel o los camiones extranjeros que ingresan”, observó Molina.

La carretera Bioceánica que conecta los océanos Atlántico y Pacífico a través de Bolivia, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) hasta noviembre de 2024 indican que en los tramos Corumbá–Puerto Suárez-Tambo Quemado-Charana-Arica, se transportaron más de 5.000 millones de toneladas.

El expresidente y actual director de la Cámara de Transporte del Oriente (CTO), Erlan Melgar, recordó que el principal impulsor de un corredor bioceánico por Bolivia fue el expresidente Hugo Bánzer, a finales de la década de los años 90, cuando firmó el Acuerdo Tripartito Bolivia-Brasil-Chile, que dio sus primeros frutos con la construcción de la carretera Santa Cruz-Puerto Suárez, con financiamiento multilateral y una parte de Brasil.

Sin embargo, para consolidar el corredor, desde Brasil surgieron una serie de observaciones sobre el territorio nacional, según Melgar, entre ellos el elevado número de mercados populares y rompemuelles sobre las carreteras e insuficientes surtidores para la provisión de diésel, en las rutas, para el transporte internacional.

La “automarginación” de Bolivia empezó cuando el expresidente Evo Morales decide levantar la subvención de los combustibles a vehículos extranjeros, siendo que Bolivia es firmante del Acuerdo de Transporte Internacional Terrestre (ATIT), en el marco de la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi), que establece que el país está obligado a proveer combustible —a precio local— a cualquier extranjero que pasa por su territorio, resumió Melgar.

El tema de los bloqueos, de acuerdo con Melgar es otro aspecto negativo. Son los brasileños los que nos bautizan como país tranca, pero a pesar del escenario el dirigente del transporte considera que existe la posibilidad de que el corredor ferroviario bioceánico atraviese por Bolivia, dado que la ruta inicial desde Brasil, atravesando la Amazonia, para llegar a los puertos peruanos, ha sido considerada inviable económicamente por los inversionistas chinos interesados en el proyecto.

El proyecto chileno

El presidente de Chile, Gabriel Boric, presentó el Plan de Acción para el Corredor Bioceánico Vial. El trazado conecta los puertos del sur de Brasil con los del norte de Chile, atravesando Mato Grosso do Sul, el chaco paraguayo, las provincias argentinas de Salta y Jujuy, y no considera a Bolivia. El proyecto es considerado una de las obras de infraestructura más importantes de América Latina, con una extensión de 2.400 kilómetros. El Ministerio de Economía, Fomento y Turismo de Chile informó en su portal digital oficial que la hoja de ruta, contempla medidas concretas para avanzar en cinco ejes estratégicos: seguridad, infraestructura vial, logística portuaria, integración internacional y oportunidades de negocio.

Del lado paraguayo, desde 2021 se alistan mediante promociones mediáticas para dar “pelea” por la carga que genere y que se tenga que transportar de los puertos del Atlántico hacia el Pacífico y viceversa. Así en febrero de 2022, se realizó la inauguración de la primera etapa del Corredor Vial Bioceánico, con 276 km de conexión asfaltada entre las localidades de Carmelo Peralta (en el límite con Brasil) con Pozo Hondo (en el límite con Argentina)  con una inversión de $us 445 millones. Para 2025 se espera la inauguración de tres tramos más.



Fuente: El deber


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