“No necesitamos más instituciones estatales. Necesitamos mejores reglas”, afirmó…###

La economía naranja en Bolivia: UNA OPORTUNIDAD DESAPROVECHADA POR FALTA DE REGLAS CLARAS


“No necesitamos más instituciones estatales. Necesitamos mejores reglas”, afirmó categóricamente Carlos Limpias, gerente general de Empacar S.A., durante la Cena Anual de las Energías (CAEE) 2025, realizada como todos los años en abril.

 

EDICIÓN 142 | 2025

Abner Flores

 

En un contexto de crisis económica, energética y climática, la economía naranja basada en la creatividad, el conocimiento y la sostenibilidad surge como una alternativa sólida para dinamizar la economía boliviana. Sin embargo, el entorno institucional del país parece estar desfasado frente al potencial transformador de este sector.

 

Durante la Cena Anual de las Energías CAEE 2025, sobre institucionalidad energética, Carlos Limpias, gerente general de Empacar S.A., una empresa referente del sector privado en Bolivia y que lidera desde hace casi 50 años iniciativas de economía circular, reciclaje y sostenibilidad, hizo una crítica frontal al modelo actual: “No necesitamos más instituciones estatales. Necesitamos mejores reglas”

 

ECONOMÍA NARANJA Y SOSTENIBILIDAD: UNA FÓRMULA VIABLE

 

La economía naranja abarca desde industrias creativas, desarrollo de software, producción cultural y turismo, hasta actividades industriales sostenibles como el reciclaje y la valorización de residuos. Su valor radica en convertir ideas y talentos en bienes y servicios con alto valor agregado.

 

Según datos compartidos en la presentación de Limpias, aunque el sector representa solo el 2% del PIB nacional, alrededor del 21% de la población económicamente activa está vinculada a actividades creativas. Esta disparidad evidencia que, con el entorno adecuado, su crecimiento podría ser exponencial.

 

DIAGNÓSTICO: UN MARCO INSTITUCIONAL OBSOLETO

 

Limpias fue claro al describir los principales obstáculos estructurales:

 

• Institucionalidad pensada para sectores extractivos, incapaz de adaptarse a dinámicas circulares o innovadoras.
• Falta de instrumentos financieros modernos, como bonos verdes o inversiones de impacto.
• Alta inseguridad jurídica, con normativas cambiantes que socavan la confianza del inversionista.
• Excesiva intervención estatal, que limita la innovación y ahuyenta al capital privado.

 

Como ejemplo concreto mencionó el caso de la autogeneración eléctrica. Recordó que el Gobierno incentivó a empresas a invertir en generación privada ante la incapacidad de cubrir la demanda, pero más adelante modificó abruptamente la normativa, generando desincentivo, desconfianza y paralización de proyectos, con inversiones millonarias.

 

“Hoy, producir energía en Bolivia es inviable porque los generadores tienen que comprar repuestos con dólares, pero venden a una tarifa fija en bolivianos. Esto crea un desequilibrio insostenible”, advirtió.

 

SOLUCIONES URGENTES: MENOS BUROCRACIA, MÁS MERCADO

 

En este marco, entre las propuestas clave para revertir esta situación, el ejecutivo planteó:

 

• Reglas estables y claras como condición mínima para atraer inversiones.
• Acceso a financiamiento internacional, especialmente mediante bonos verdes o sostenibles.
• Facilitar alianzas público-privadas funcionales, aunque actualmente ninguna ha sido realmente efectiva.
• Reformas tributarias que simplifiquen trámites y reduzcan la carga fiscal a las industrias verdes.

 

Asimismo, insistió en que el Estado debe permitir la libre emisión y compra de bonos sostenibles. “Hay hoteles, universidades, empresas que buscan captar esos dólares que el país necesita con urgencia, pero la normativa actual lo impide”, afirmó el expositor.

 

ECONOMÍA CIRCULAR Y BONOS DE CARBONO: UNA VÍA CONCRETA

 

En el caso de Empacar S.A., dijo que la empresa ya iniciado un proceso de medición y compensación de su huella de carbono, compensando seis veces más de lo que emiten, agregando que al momento el 60% de su flota logística ya es eléctrica.

 

Sin embargo, reconoció que el camino no ha sido fácil: “Nosotros, siendo una empresa grande, con consultores y recursos, sufrimos para acceder a los bonos de carbono. Imaginen lo difícil que es para una universidad, un hotel o una Pyme”.

 

El expositor concluyó su exposición con una advertencia contundente: Bolivia no está generando los dólares suficientes para sostener su economía. Las exportaciones, las remesas y el turismo no bastan. La economía naranja podría ser una de las grandes soluciones, pero necesita libertad para innovar y un entorno que inspire confianza.“Lo que falta no es creatividad. Lo que falta son reglas claras. Es hora de cambiar las condiciones para permitir que las ideas se conviertan en dólares”, concluyó.

 

Lo que falta no es creatividad. Lo que falta son reglas claras. Es hora de cambiar las condiciones para permitir que las ideas se conviertan en dólares”