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Cristian Hermansen Rebolledo

La situación que en general enfrentan los países en vías de desarrollo es una potencial crisis de abastecimiento por no concretarse las inversiones en nuevos proyectos de generación eléctrica y por los altos precios de los combustibles fósiles para abastecer las centrales eléctricas o directamente a calderas y procesos térmicos.

Al tener una demanda cada vez más difícil de abastecer, es urgente introducir masivamente la eficiencia energética (EE), no solamente para introducir equipos eficientes energéticamente, sino también para generar los cambios de proce gética en la sociedad, es la creencia en una adopción automática de ésta por el usuario si se trataba de proyectos rentables, pero existen numerosos obstáculos que impiden el desarrollo de estos proyectos y se tiene el ejemplo de los países desarrollados que definen políticas de eficiencia energética para minimizar las barreras de entrada.

Por otra parte, la producción y utilización de la energía contribuyen al aumento de los gases de efecto invernadero y por lo tanto incrementan la huella de carbono para los productos de exportación, lo que confiere una prioridad a un mejor uso de la energía.

Una política en el mejoramiento de la eficiencia en el uso de la energía tiene importantes impactos en la competitividad del país, en reducción de costos de las empresas, en seguridad de abastecimiento, en protección del medio ambiente y en reducción de la dependencia energética.

Para alcanzar una mayor productividad y una mayor calidad en la producción, las empresas deben hacer un uso racional y eficiente de la energía utilizada en sus procesos productivos.

Un elemento importante para lograr este objetivo son las Auditorías Energéticas que entregan la información del consumo de energía en cada proceso de la empresa, su influencia en los costos de cada proceso y de sus posibles mejoras para disminuir el costo energético. Estas auditorías energéticas constituyen el paso inicial para determinar la manera de avanzar en eficiencia energética y por lo tanto en disminución de costos y de emisión de gases de efecto invernadero.

Relacionado con la eficiencia energética aparece la función de Gestión de la Energía que se incorporara al proceso industrial, tal como lo fue en el pasado la Seguridad Industrial y posteriormente la Gestión de Calidad.

La implementación de un Sistema de Gestión de la Energía en una institución, para obtener éxito debe ser una decisión, responsabilidad y compromiso de su administración superior (directorio y gerente general), fijar sus objetivos, establecer las metas y prioridades, y dar las atribuciones y recursos necesarios a las áreas que ejecutarán las acciones correspondientes.

Un punto importante es designar un Gestor de Energía en representación de la alta dirección de la empresa, para la administración y control de la gestión de energía y la formación de un Comité de Eficiencia Energética, en el sentido de establecer y supervisar los programas y proyectos de uso racional y eficiente de la energía en función de un proceso de mejoramiento continuo y con la utilización de indicadores energéticos y de mediciones de los diferentes parámetros.

La International Standarization Organization (ISO) a través de su norma ISO 50.001 establece un marco para las plantas industriales, instalaciones comerciales u organizaciones para gestionar toda la energía, de distintos tamaños desde pequeñas a grandes empresas.

Esta norma se basa en los elementos comunes que se encuentran en todas las normas ISO de administración de sistemas, asegurando un alto nivel de compatibilidad con las normas ISO 9.001 (gestión de calidad) e ISO 14.001 (gestión medioambiental).

La Norma ISO 50.001 de Gestión de energía proporciona los siguientes beneficios:

  • Reportar y validar la mejora continua en el tema de gestión de la energía.
  • Un marco para la integración de la eficiencia energética en las prácticas de gestión.
  • Hacer un mejor uso de los activos que consumen energía.
  • Evaluación comparativa de medición, documentación y presentación de informes, mejoras de la intensidad energética y sus efectos previstos en la reducción de gases de efecto invernadero (GEI).
  • Transparencia y comunicación sobre la gestión de los recursos energéticos.
  • Gestión de la energía, mejores prácticas y el buen comportamiento durante la gestión energética.
  • Evaluar, seleccionar y priorizar la aplicación de nuevas tecnologías de eficiencia energética.


La aplicación de la norma ISO 50.001 en las empresas, da el marco de referencia para un sistema de gestión de energía de mejoramiento contínuo, basado en resultados medibles, a partir de la determinación de una energía base, que es el perfil de consumo de los últimos doce meses con respecto a la cual se evaluarán los logros de eficiencia energética.

A medida que avancemos en un proceso de mejoramiento contínuo de la gestión de energía, aumentaremos la eficiencia energética y con ello tendremos una disminución de los costos de producción y de la emisión de gases de efecto invernadero, mejorando la calidad de vida de nuestros países.

(*) Presidente Comisión de Energía Colegio de Ingenieros de Chile A.G. Director Gerente de ACTIC Consultores Ltda.