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Omar Rilver Velasco Portillo* - Me llamó la atención un artículo publicado por en un matutino paceño, cuyo titular decía “Inversión Extranjera Directa” (IED) y en su contenido se hacía mención a un reciente documento de investigación publicado por el FMI, en el mes de junio, por Christian Ebeke y DilanÖlçer, sobre cómo el ciclo electoral influye en la política fiscal en los países de bajos ingresos.
Sin embargo, más me sorprendió la conclusión del columnista que señalaba que ésa era la causa del porque Bolivia, a su entender, se sigue endeudando a pesar de recibir mayores ingresos. Al respecto, me pareció importante y oportuno esclarecer ciertos puntos que orienten mejor la redacción de dicho artículo.

En primer lugar, el artículo no habla de IED por lo que desde ya pierde cierta validez y confunde al lector respecto a los propósitos del mismo. En segundo lugar, no es verdad que la deuda haya aumentado, por el contrario,el endeudamiento público como proporción del Producto Interno Bruto (PIB), ha ido disminuyendo de manera sistemática en estos últimos años hasta alcanzar niveles muy inferiores al promedio del resto de países de la región.

La curiosidad me obligó a revisar el documento publicado por el FMI. Ebeke y Ölçer encuentran evidencia estadística de que, en promedio, en ciertos países el gasto electoral antes y después de contiendas electorales tiende a un comportamiento cíclico muy marcado. Aumenta el consumo del gobierno y genera déficit durante los años electorales y se producen recortes de inversión pública y suba de impuestos al comercio, los dos años siguientes a los comicios, lo que se traduce en costos macroeconómicos que producen severos ajustes fiscales y disminución en el crecimiento económico, aunque son mitigados parcialmente en países con reglas fiscales.

No obstante, valdría la pena analizar si este fue el caso de Bolivia. Entre 2006 y 2012, el crecimiento de los gastos en promedio han sido 18,8% mucho menores que el promedio de crecimiento de los ingresos fiscales que suman21%,lo que ha generando un superávit promedio anual de 2% para el periodo analizado. Si bien el gasto del gobierno se incrementó, este fue destinado principalmente a inversión pública en lugar de gasto corriente.

Entre 2006 y 2012, el gasto corrienteaumentaró18%, mientras que los gastos de egresos de capital subieron a una tasa de 19,5%. Por otro lado, la estabilidad macroeconomía se mantiene sólida gracias al programa fiscal financiero que el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas lleva adelante con el BCB.

A pesar de que Bolivia no cuenta con reglas fiscales que limiten el gasto o definan el nivel de balance fiscal, desde 2005 se han realizado 5 procesos electorales y sin embargo, el superávit fiscal se mantuvo sólido, la inversión se incrementó, la deuda bajo y la inflación se mantuvo controlada.

Contrariamente a los resultados de la investigación que señalan que en países con mayor ciclicidad fiscal electoral, se produce un periodo de recorte de inversiones los años siguientes a las contiendas electorales, en Bolivia el gasto en capital se fue incrementando año tras año, independientemente de las elecciones Prefecturales, Constituyente, Referéndums Revocatorios y Aprobatorios de la Constitución, desde Bs9.570 millones en 2006 a Bs25.256 millones en 2012. *Msc. Economía.

Asimismo, se hace notar al autor que el documento al que hace referencia es un estudio para los países de bajos ingresos, de los cuales Bolivia dejó de formar parte puesto que ahora se encuentra dentro el grupo de países con ingresos medios, justamente gracias a la administración fiscal responsable de sus finanzas públicas, el crecimiento sostenido y la mejora en los ingresos de la población, por lo que sus deducciones son equivocadas.

En un intento de querer extrapolar los resultados de investigación realizada por FMI sobre el cambio de la política fiscal en situaciones pre y post electorales, el autor del artículo del periódico al que se hace mención confunde el concepto de inversión pública con deuda con el objeto de sustentar su fatal hipótesis de que el endeudamiento en Bolivia aumentó producto de la mayor ciclicidad electoral omitiendo el horizonte temporal y descontextualizando la coyuntura actual por la que atraviesa el país.

Si bien existe libertad de prensa en Bolivia, el ciudadano tiene derecho a estar bien informado. En este sentido se debe exigir mayor transparencia a los medios de prensa en el uso de la información, dándole una mejor lectura a los documentos de publicación internacional y que no se sesgue la información realizando esfuerzos infructuosos por decir lo que no se dice, buscando confundir a la población.

Finalmente, deseo destacar que en estos últimos años se ha puesto de moda el denominativo de analista seguido por el adjetivo de “político”, “económico”, “social”, etc. y se ha perdido la verdadera esencia de la profesión del cientista en sí mismo. Valdría la pena volver a nuestros antiguos designios donde el periodista hacía periodismo y el economista no hacía periodismo.





FUENTE
HIDORCARBUROS BOLIVIA