Llegó a mis manos El sueño chino, un libro de Oswaldo Rosales, publicado por la CEPAL, organismo de Naciones Unidas y publicado por siglo veintiuno editores. La fuente ofrece credibilidad y el contenido nos ancla ya en lo que estaría siendo el nuevo orden mundial, apalancado por la sorpresiva irrupción del COVID-19 en la economía mundial, en los hábitos y la salud de la población, cambiando de un  plumazo el escenario global.

El libro, que refiere cómo se ve China a sí misma y cómo nos equivocamos los occidentales al interpretarla, en palabras de Rosales; sostiene que el crecimiento de la economía mundial y del comercio internacional, la evolución de las tecnologías disruptivas, el cambio climático, la preservación del multilateralismo, por mencionar algunas grandes cuestiones, dependen cada vez más de las políticas que se adopten en China.

Habla, en este marco, de que la vertiginosa irrupción de China en la economía mundial está reconfigurando el escenario global de las próximas décadas, un fe- nómeno que –junto con la dinámica del cambio tecnológico y climático– definirán, en su criterio, el mundo del siglo XXI y para entender este proceso recomienda “una mirada histórica larga.”

Como muestra, refiere que China ha atravesado uno de los procesos de industrialización y urbanización más intensos y acelerados de la historia, consiguiendo en treinta años lo que a Inglaterra y a los Estados Unidos les tomó doscientos. Destaca que en 1950, solo un 13% de la población china era urbana y que en 2020 ya lo será el 60%, y el 75% en 2030, agregando que las ciudades con más de un millón de habitantes, que eran 15 en 1980, ya son más de 120.

“La reducción de la pobreza más intensa que ha conocido la humanidad también puede verse en la experiencia china: más de 850 millones de personas han salido de ella en los últimos cuarenta años”, dice aunque probablemente la cifra no hable de la miseria de “las cajas de fósforo” en la que habita un ejército de chinos que son la mano barata y esclavizada del sistema.

Con todo, Rosales remarca que según el Banco Mundial, el porcentaje de población en condiciones de pobreza en ese país ha caído desde el 88% en 1981 a menos del 1% en la actualidad y que sus empresas, especialmente las tecnológicas, están a la cabeza de las redes 5G, clave en la difusión de las nuevas tecnologías, subrayando que el avance de la China ocurre “a expensas del deterioro relativo de Estados Unidos.”

En este punto, Rosales habla del desafío chino de reconquistar el lugar central que el país tuvo en la civilización y economía mundiales hasta el siglo XV, como parte del sueño chino, que hace parte de su cultura milenaria. Se trataría, entonces, de una dinámica que avanza en la reconquista del “Reino del Medio” que ocupaba un lugar central en la economía mundial y, por ello, dice, que la interacción y la convivencia entre la potencia actual y la emergente, serán los principales temas de la economía política y la geopolítica del siglo XXI.

El autor sostiene que “China es la civilización más importante de la humanidad, la más antigua y además la única que mantiene un hilo de continuidad histórica de cinco mil años, hasta nuestros días” y, agrega, que lo llamativo de esa continuidad es que, después de cada período de guerra civil, caos, violencia y desmembramiento, el Estado chino logró reconstituirse “como una inmutable ley de la naturaleza.”

Considero que es un libro que debe ser leído, no solo para entender el desafío chino, sino el reto de la humanidad en general.

FUENTE: EL DÍA
AUTORA: VESNA MARINKOVIC