No son fáciles los equilibrios, tampoco para un país productor de gas en América del Sur donde, tradicionalmente, los países se especializaron en la venta de materias primas, sin valor agregado. ###

OPINE: El gas y los equilibrios a LARGO PLAZO en Bolivia

 

EDICIÓN-54 | OCTUBRE 2017

 

No son fáciles los equilibrios, tampoco para un país productor de gas en América del Sur donde, tradicionalmente, los países se especializaron en la venta de materias primas, sin valor agregado. Transitar hacia la industrialización trae aparejado el desafío mayor de certificar nuevas reservas y elevar la producción.

 

  Raúl Serrano

 

 

D el 21 al 24 de noviembre Bolivia es país anfitrión del Foro de Países Exportadores de Gas (FPEG). Algunos analistas dicen que esto ha sido posible debido a la conjunción de varios elementos que le han permitido, a este combustible, modificar sustancialmente los equilibrios a largo plazo del país.

 

En esta línea, destacan como elementos clave, los precios altos de las materias primas; la nacionalización de los hidrocarburos en la gestión de Evo Morales, que transforma las relaciones de compra y venta del gas y; el tercer factor identificado y no menos importante, es la creciente importancia de este hidrocarburo como combustible limpio.

 

En septiembre pasado se añade, a estos factores clave, la condición de país agregador de valor al gas como materia prima, a partir de la puesta en marcha de la planta de urea y amoniaco, ubicada en Bulo Bulo, provincia Carrasco del departamento de Cochabamba, convirtiendo a Bolivia en fabricante novel de productos petroquímicos con un mercado expectable en la región, particularmente en Brasil y Argentina.

 

Sin embargo, el análisis de las condiciones de producción del gas natural y de financiamiento para una cartera mayor de proyectos de industrialización no ha concluido con la puesta en marcha de esta planta. El desafío continua, de acuerdo a varios actores gubernamentales y de fuera del Gobierno.

 

PERSPECTIVAS

 

Por el momento, las perspectivas derivadas de la transformación del gas en productos petroquímicos, han sido calificadas de “altamente significativas”, principalmente en atención a las balanzas negativas de producción de estos productos en América del Sur, según el experto argentino Jorge De Zabaleta, presidente del Instituto Petroquímico Argentino (IPA), que a finales de 2014 remarcaba la importancia de promover la petroquímica en Bolivia.

 

En efecto, uno de los argumentos a favor de esta tendencia señala que “para involucrarse en un proyecto de industrialización del gas, es prioritario tener materia prima barata y mercado”, y según el Gobierno, Bolivia no sólo tiene reservas de gas natural y materia prima disponible a buen precio; sino que también cuenta con mercados importantes para sustentar sus proyectos de industrialización, principalmente el de la petroquímica.

 

DEL MERCADO

 

Tanto Argentina como Brasil, los vecinos más próximos de Bolivia, presentan un importante déficit en materia de productos petroquímicos; al punto que Argentina importa más de lo que exporta y en estas condiciones es un mercado potencial para los productos provenientes de Bolivia, principalmente fosfatos, urea y plásticos.

 

Brasil también mantiene una balanza negativa en petroquímica, de casi 40 mil millones de dólares este año, mostrando una carencia puntual de químicos, fertilizantes y plásticos que hablan de la buena disposición del mercado de la petroquímica en América del Sur y que Bolivia busca aprovechar.

 

...la demanda mundial de petroquímica aumentó en casi el 50% por la cantidad de uso que tienen sus derivados...”

 


Asimismo, es importante decir que la demanda mundial de petroquímica aumentó en casi el 50% por la cantidad de uso que tienen sus derivados, en el marco del mayor confort que exigen los niveles de crecimiento especialmente de los países emergentes. En este marco, varios expertos consideran que el des

 

acople de los precios del gas, respecto del petróleo, también es un factor que ayudaría a proyectos de industrialización del gas.

 

Por el momento, la demanda mundial de estos productos está en alrededor de los 150 millones de toneladas y la capacidad de producción latinoamericana cubriría apenas el 5% de esta demanda.

 

Cerrando octubre, el presidente Evo Morales Ayma, participó de la suscripción de tres convenios comerciales en la localidad de Montero para la compra - venta de 14.000 toneladas métricas (TM) de urea granulada entre YPFB y tres instituciones del sector agroindustrial a un precio de $us 335 la tonelada métrica, puesto en planta para volúmenes mayores.

 

Según informes oficiales, la bolsa de 50 kilogramos de urea que antes le costaba al productor Bs 220, ahora en Bulo Bulo le va costar Bs 134. La tonelada que costaba 550 dólares, ahora será vendida a 335 dólares, en el marco de condiciones comerciales que se muestran gratificantes para el mercado de interno.

 

Sin embargo, la razón de mayor peso en contra de la industrialización, sigue siendo la falta de reservas certificadas de gas que otorguen mayores certezas a la exportación, al consumo interno y, por supuesto a la industrialización. El Gobierno tiene, en este punto, un desafío pendiente que debe encarar pues el gas boliviano no sólo está en la mira de los bolivianos sino que ya forma parte de las redes del capital internacional.