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Se prevén grandes cambios en 2016 en el sector energético, principalmente en fuentes de energía como el gas, carbón, energía solar y eólica. Aunque hay una excepción: el petróleo, para el que se pronostica que sigan los bajos precios.

No hay nada en el sector energético que se compare al petróleo en términos de volatilidad, drama geopolítico o pura utilidad. El bajo precio del barril, actualmente en 50 dólares, no durará para siempre, pero tal vez se mantenga así durante el año próximo.


¿Qué es lo que cambiará a una velocidad histórica en el año 2016? Todo lo demás: el gas, el carbón, la energía solar, la eólica, las baterías, los vehículos.


Cada fuente de energía se abrirá camino por encima de otras compitiendo por mercados, financiamiento, subsidios y políticas favorables.


El carbón es el mayor perdedor, pues los bancos (Citigroup es sólo el más reciente) se niegan a proveer fondos para nuevas plantas. Las nuevas leyes, como el Plan de Energía Limpia del presidente estadounidense Barack Obama, están apuntalando los combustibles menos contaminantes, y el movimiento climático internacional está tratando de reducir a cero las emisiones de carbono en las próximas décadas. Este año se espera que la industria del carbón registre su mayor caída en el consumo.


Más allá de la difícil situación del carbón, el cambio es tan monumental que es difícil saber quién será el ganador. Es más fácil decir quién no ganará la carrera. La energía nuclear no tiene posibilidades, digamos que se mantiene en su sitio sin avanzar, se beneficia de su estatus de fuente de energía con baja huella de carbono pero padece altos costos y la renuencia de la mayoría a tener reactores en sus territorios.


El gas natural es el asesino del carbón, pues tiene precios más bajos que los del carbón como generador de electricidad. La abundancia de gas estadounidense mantendrá bien abastecido el mercado mundial de gas natural licuado hasta 2020. Los bajos precios son excelentes para aniquilar a la competencia, pero pueden perjudicar a los inversionistas.


Las energías renovables han dejado de ser "energías alternativas". La energía solar compite cada año en más y más lugares con la electricidad de origen fósil, y hay que monitorear a China, India y Chile en 2016.


La demanda mundial del sol alcanzó un nuevo récord este año, y la energía solar es esa cosa rara que aman tanto liberales como conservadores en Estados Unidos.


La energía eólica es más barata que el carbón en Alemania y Reino Unido, que planea cerrar todas sus centrales de carbón para 2023.


Lo que nos lleva otra vez al petróleo. Los precios pueden mantenerse bajos gracias a la fuerte producción de Estados Unidos, las renovadas exportaciones iraníes y la estrategia de Arabia Saudita de vender a cualquier precio con el fin de mantener su cuota de mercado. Y hay algo curioso respecto al petróleo que tal vez no hayas notado: en realidad no compite con las otras fuentes de energía. Alimenta a autos, barcos y aviones, mientras que las otras generan electricidad.


Así que el verdadero punto de quiebre para el petróleo, más allá de cualquier desplome en los precios en 2016, es qué tan rápido comenzarán los automóviles a funcionar con electricidad en lugar de gasolina.


Si los vehículos eléctricos unifican el transporte y la generación, la civilización se sumergirá en una contienda energética sin cuartel.


FUENTE: HIDROCARBUROS BOLIVIA