Construir un futuro competitivo sin los peligrosos niveles de emisiones de dióxido de carbono que ahora están impulsando el calentamiento global, parece ser la meta de varios organismos internacionales, a medida que se acerca la cita que en diciembre reunirá a los líderes mundiales para debatir, nuevamente, sobre la necesidad de mirar la contaminación que se genera principalmente por la emisión de gases de efecto invernadero.

La cita genera sentimientos encontrados porque todas las cumbres sobre clima y medio ambiente que se han realizado hasta el momento no han tenido resultados eficaces para frenar la contaminación del planeta. Con todo, hay nuevas lecturas e iniciativas como las que plantean Jim Yong Kim, presidente del Banco Mundial (BM) y Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI).

En un artículo difundido por Project Syndicate ellos señalan que hasta la fecha, 150 países han presentado planes que detallan cómo van a mover sus economías hacia una trayectoria más resistente de bajo carbono y sostienen que  estos planes representan la primera generación de inversiones a realizar con el fin de construir un futuro competitivo sin los peligrosos niveles de emisiones de dióxido de carbono que ahora están impulsando el calentamiento global.

Consideran que la transición a un futuro más limpio requerirá tanto la acción de los gobiernos como incentivos adecuados para el sector privado. “En el centro, debe haber una fuerte política pública que ponga precio a la contaminación de carbono”, dicen a tiempo de remarcar que la colocación de un mayor precio a los combustibles a base de carbono, la electricidad y las actividades industriales creará incentivos para el uso de combustibles más limpios, ahorrar energía y promover un cambio hacia inversiones más verdes.

En esta línea opinan que medidas tales como los impuestos al carbono, programas de comercio de emisiones y otros mecanismos de fijación de precios, junto a la eliminación de los subsidios ineficientes pueden ofrecer a las empresas y a los hogares, la certeza y previsibilidad que necesitan para hacer inversiones a largo plazo en el desarrollo climáticamente inteligente.

Sostienen que en el Fondo Monetario Internacional la atención se centra en la reforma de los sistemas fiscales de los países miembros con el fin de recaudar más ingresos de los impuestos sobre los combustibles intensivos en carbono y menos ingresos procedentes de otros impuestos que son perjudiciales para el rendimiento económico, como los impuestos sobre el trabajo y el capital. 

Están seguros de que: “Los precios de carbono pueden ser más inteligentes con sistemas fiscales más eficientes, antes que simplemente impuestos más altos”. En su criterio, los impuestos al carbono deben aplicarse exhaustivamente a las emisiones procedentes de los combustibles fósiles y aseguran que  el precio debe ser lo suficientemente alto como para alcanzar los objetivos ambientales ambiciosos, en consonancia con las circunstancias nacionales y debe ser estable, con el fin de alentar a las empresas y a los hogares invertir en tecnologías limpias. 

Para ayudar a lograr estos objetivos climáticos tanto Jim Yong Kim como Christine Lagarde están promoviendo una serie de espacios de diálogo “antes y más allá de la conferencia sobre el cambio climático en París” y han anunciado la conformación de un Panel de Precios de Carbono, que reunirá a jefes de estado, ciudad, líderes y representantes de las principales empresas para instar a los países y empresas de todo el mundo a poner un precio al carbono.

Dentro de estos líderes destacan la canciller alemana, Angela Merkel, la presidente de Chile, Michelle Bachelet, el presidente francés, François Hollande, el primer ministro etíope Haile Mariam Desalegne, de Filipinas el presidente Benigno Aquino III, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, el gobernador Jerry Brown, de California, y el alcalde Eduardo Paes de Río de Janeiro. No hemos visto destacar a nadie más de América Latina...

FUENTE: EL DÍA

AUTORA: VESNA MARINKOVIC