El litio puede permitir el desarrollo de grandes reservorios de energía de flujo continuo, resolviendo de esta forma una de las grandes limitaciones de las energías renovables, plantea Mónica Bruckmann, asesora de la secretaría general de Unasur, en una entrevista con ENERGÍABolivia

Dentro de un marco teórico que habla de que la innovación tecnológica actual está inmersa en una dinámica destructora de antiguos sistemas tecnológicos para crear nuevos que sustenten un modelo de producción dominante, ella concuerda con matrices analíticas como las de Nicolai Kondratiev para sostener que, en efecto, periodos de crecimiento económico de nuestra historia están justamente vinculados a momento de grandes innovaciones tecnológicas.

En esta línea ella afirma que América Latina y particularmente América del Sur, tiene condiciones inigualables para, por ejemplo, producir energía limpia, en base a lo que podría ser el desarrollo de la tecnología del litio. Precisa, en este punto, que hay que tener en cuenta que no toda la energía renovable es limpia tal el caso de la leña que todavía es utilizada como combustible en muchos hogares de América Latina.

Según Bruckmann, América del Sur detenta casi el 30%  de los recursos hídricos del planeta lo que representa enormes posibilidades de incrementar la producción de hidroelectricidad a través de proyectos transfronterizos de envergadura como las hidroeléctricas que están en la agenda binacional de Bolivia y Brasil.

Asimismo, sostiene que gran parte de la región, debido a su condición tropical, tiene un “potencial gigantesco” para producir energía fotovoltaica, cuyos costos serían cada vez más reducidos. Además, agrega que muchos de los acuíferos de la región tienen reservas de aguas subterráneas a temperaturas de 50 a 60 grados centígrados, lo que permitiría producir, también, energía geotérmica.

En su gráfica de las condiciones energéticas de la región, refiere asimismo que los vientos antárticos en el cono sur de ser aprovechados en toda su magnitud, permitirán abastecer el 100% del consumo de energía de sus habitantes, como indican algunas estimaciones técnicas.

Sin embargo, su aporte central radica en visibilizar al litio como el elemento que garantizaría un flujo energético continuo de energía limpia, considerando que la gran limitación de este tipo de energía es, precisamente, la dependencia de la variable climática.

“El día que no hay sol no se puede captar energía fotovoltaica o la ausencia de vientos disminuye la capacidad de producir energía eólica”, dice al señalar la importancia del litio como estabilizador de energía, debido a su gran densidad energética.

Esto significa que pequeñas unidades de peso pueden almacenar grandes cantidades de energía, un tema que debería ser considerado principalmente porque América del Sur posee aproximadamente el 64% de las reservas mundiales de litio y gran parte de este porcentaje en territorio boliviano. Probablemente y desde la perspectiva de Brockmann, este sería el reto de la región al momento de concebir un período de crecimiento económico, enlazado con el desarrollo de nuevas tecnologías.

Con todo, afirma que aprovechar todo este potencial energético, vía un espaldarazo a la innovación tecnológica, solo es viable a partir de una visión estratégica regional y a través de políticas y proyectos continentales en el marco de una gran integración y colaboración científica, tecnológica, económica y política en la región.

FUENTE: EL DÍA  

A
UTORA: VESNA MARINKOVIC