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La compañía japonesa Tokyo Electric Power Co. (Tepco) ha cargado de combustible su mayor central nuclear, Kashiwazaki Kariwa, por primera vez desde el desastre de Fukushima.

La medida forma parte del regreso de la energía nuclear a la escena japonesa tras la tragedia de 2011, en la que se apagaron todos los reactores nucleares del país. Pero el reinicio de Kashiwasaki Kariwa, que es el mayor generador de energía nuclear del mundo, aún no está garantizado.

La Autoridad de Regulación Nuclear de Japón aprobó el lunes los planes para insertar barras de combustible en el reactor número 7 de la central, situada en la prefectura de Niigata.

La central aún tendrá que completar inspecciones adicionales y obtener el consentimiento del gobernador local, lo que no está garantizado, antes de que Tepco pueda reiniciar la generación.

La central de Kashiwasaki Kariwa, de 8,2 GW, se apagó en 2012, pero eso no fue lo único que le ocurrió. Ya en 2021, la Autoridad de Regulación Nuclear prohibió a Tepco operar la planta, tras detectarse incumplimientos de los protocolos de seguridad, entre ellos la falta de protección de los materiales nucleares, según un informe de Reuters del pasado diciembre.

Fue en diciembre cuando las autoridades japonesas levantaron la prohibición de funcionamiento, citando mejoras en el tratamiento de los problemas de seguridad en Kashiwasaki Kariwa.

El gobierno japonés pretende acelerar la reanudación de la actividad de los reactores nucleares actualmente fuera de servicio con el fin de garantizar un suministro eléctrico estable y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Japón está recuperando la energía nuclear como fuente energética clave, buscando proteger su seguridad energética tras la crisis energética de 2022 que provocó la subida de los precios del petróleo y el gas.

Este país pobre en recursos, que necesita importar alrededor del 90% de la energía que consume, dio un giro de 180 grados a su política de energía nuclear a finales de 2022, ya que su factura de importación de energía se disparó en medio de la crisis energética y el aumento de los costes de importación de GNL a precios récord.

El Gobierno japonés confirmó en diciembre de 2022 una nueva política para la energía nuclear, que el país había abandonado en su mayor parte desde el desastre de Fukushima en 2011.

Un grupo de expertos dependiente del Ministerio de Industria japonés también ha decidido que Japón permitirá el desarrollo de nuevos reactores nucleares y permitirá que los reactores disponibles funcionen después del límite actual de 60 años.



Fuente: World Energy Trade