En el último coloquio de 2023, la minería estuvo en el ojo del huracán. Los participantes señalaron que, pese a ser una actividad...###

La minería en Bolivia CONFRONTA UN PANORAMA DE ESCASEZ HÍDRICA


En el último coloquio de 2023, la minería estuvo en el ojo del huracán. Los participantes señalaron que, pese a ser una actividad productiva altamente significativa para el país, esta confronta escasez de agua y funciona sin un adecuado control jurídico…

 

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EDICIÓN 125 | 2023

Vesna Marinkovic U.

 

La minería, si bien genera grandes ingresos al país por las exportaciones, la generación de empleo indirecto y tiene una elasticidad muy alta con el crecimiento del Producto Interno Bruto, no deja de confrontar un panorama de escasez hídrica, puesto que se trata de una actividad que, inevitablemente, afecta el medio ambiente y contamina el agua, suelo y aire, sostuvo Ronald Baldivieso, ex presidente de la Asociación Boliviana de Ingeniería Sanitaria y Ambiental (ABIS).

 

“Genera una gran descarga de material tóxico (drenaje ácido de la minería), partículas finas y gases contaminantes, se degrada el suelo y se arriesga la supervivencia de la biota que mantiene el equilibrio de los ecosistemas”, acotó Baldivieso durante el coloquio de este medio informativo, junto Rolando Mancilla, presidente de la Sociedad de Ingenieros de Bolivia, Departamental Santa Cruz de la Sierra.

 

Baldivieso precisó que el agua se utiliza en los procesos de exploración, explotación, concentración y lixiviación mineros y que a esto se suma la pérdida por la evaporación, infiltración y aumento de consumo al disminuir la calidad de los yacimientos conforme son explotados, asegurando que algunos químicos en minería llegan a contaminar el agua y a afectar la salud y la vida de las personas.

 

Entre estos químicos, mencionó el cianuro y ácido sulfúrico que acidifican el agua, provocando debilidad, hemorragias y la muerte a organismos intoxicados; sin descontar el arsénico, a través del consumo de agua y alimentos contaminados; y, por supuesto, el plomo y el mercurio con serios riesgos para la vida acuática y las personas que los consumen.

 

“Existen procesos para el tratamiento de las aguas residuales producto de la minería que las tratan con excelentes resultados como es el tratamiento mediante la utilización de membranas como la Osmosis Inversa (RO), o la Nanofiltración, sin embargo, debido a los elevados costos no siempre son utilizados en el sector minero”, indicó Baldivieso.

 

En este marco, fue enfático al señalar que “existe la normativa jurídica necesaria en Bolivia para una adecuada gestión del agua en el sector minero, pero, que debido a la falta de un adecuado control no siempre se cumple, con las consecuencias de un daño al medio ambiente.”

 

GRANDES RETOS

 

El presidente de la SIB-Santa Cruz, Rolando Mancilla, a su turno, dijo que Bolivia enfrenta grandes retos en la gestión del agua, los mismos que se ven agravados debido al cambio climático y a las actividades desarrolladas por sus habitantes.

 

 

“El aumento de la temperatura y la variación en los patrones de lluvia en las diferentes regiones del país, generan eventos climáticos extremos cada vez más frecuentes como sequías e inundaciones. Asimismo, la contaminación de los cuerpos de agua por descargas mineras es considerable, como es el caso de las cuencas Suches y Cotagaita”, agregó Mancilla.

 

…el 80 % de las aguas residuales resultante de actividades humanas son vertidas a los ríos, lagos o mares sin ningún tratamiento…”

 

 

A su vez, dijo que la disponibilidad de agua limitada en muchas regiones del país, genera conflictos sociales, pues todos buscan acceder a este recurso tan preciado para el desarrollo de las actividades básicas y productivas. “Se estima que en Bolivia, el sector agrícola consume aproximadamente el 80% del agua disponible, el 12% es destinado al consumo doméstico/municipal y el 8% al sector industrial-minero”, precisó con datos del Inventario Nacional de Riego, 2008.

 

PERSPECTIVAS EN SANTA CRUZ

 

Mancilla, consultado sobre la situación y perspectivas del uso y acceso al agua en el departamento de Santa Cruz de la Sierra, dijo que actualmente este tiene una demanda de casi 70 millones de metros cúbicos de agua, con un porcentaje de cobertura de 95.2 %, enfrentando una escasez de agua debido a distintos factores como ser: cambio climático; sobreexplotación de recursos hídricos; y, aumento poblacional, remarcando que en 2001 se tenía 1.7 millones de habitantes y al año 2023 se cuenta con 4 millones, según censo departamental de la Gobernación cruceña.

 

En esta línea, también citó los asentamientos humanos en áreas protegidas; el incremento de actividades agrícolas y el crecimiento de la ganadería, como actividades que terminan graficando una significativa demanda de recursos hídricos.

 

“Aparte de la escasez, tenemos la contaminación, causada por aguas residuales; uso indiscriminado de fertilizantes y plaguicidas; vertido de aguas residuales industriales sin tratamiento a cursos de agua”, anotó agregando que para garantizar el abastecimiento de agua potable en el departamento, las autoridades tienen que llevar a cabo diversas políticas relativas a la gestión y preservación del agua.

 

Mancilla citó políticas tales como educación ciudadana para reducir el consumo excesivo y evitar la contaminación; reducir, conservar y proteger las áreas boscosas, reservas forestales, afectadas recientemente por quemas indiscriminadas; restaurar y reforestar las áreas afectadas por quemas y chaqueos y; finalmente, complementar un sistema de red de información y monitoreo de aguas subterráneas y pozos de agua.

 

DELICADA SITUACIÓN GLOBAL

 

Consultados sobre la situación de la gestión del agua a nivel global, ambos participantes del coloquio coincidieron en que era una situación “delicada”. Baldivieso dijo que el abastecimiento del agua y el saneamiento a nivel global presenta una situación compleja puesto que, de continuar estas tendencias, nos enfrentamos a un riesgo inminente de una crisis mundial del agua.

 

“De acuerdo a datos estadísticos de la UNESCO y la ONU, actualmente más dos mil millones de personas sufren de escasez de agua, es decir que el 26% de la población no dispone de agua potable segura y el 46% carece de acceso al saneamiento. Por tanto, actualmente 3 de cada 10 personas carece de abastecimiento de agua y 6 de cada 10 no disponen de un saneamiento seguro”, subrayó Baldivieso.

 

Por otra parte, dijo que el 80 % de las aguas residuales resultante de actividades humanas son vertidas a los ríos, lagos o mares sin ningún tratamiento. ”El 69% de las aguas extraídas de ríos y lagos son utilizadas en actividades agrícolas y la minería consume aproximadamente entre 50.000 y 100.000 metros cúbicos por día para procesar aproximadamente 140.000 toneladas de material al día”, agregó.

 

“…el abastecimiento del agua y el saneamiento a nivel global presenta una situación compleja…”