Pese a sería muy importante que el Gobierno eliminara el subsidio a los carburantes, por el impacto sobre las finanzas de YPFB, fuentes cercanas a la empresa señalaron...###

El Gobierno no eliminaría el subsidio a los carburantes, NI SIQUIERA DE MANERA PAULATINA


Pese a sería muy importante que el Gobierno eliminara el subsidio a los carburantes, por el impacto sobre las finanzas de YPFB, fuentes cercanas a la empresa señalaron a ENERGÍABolivia que es muy difícil pensar que el mismo pueda ser movido por el Gobierno, aunque sea de manera paulatina, ya que esto afectaría la economía de la población.

 

EDICIÓN 120 | 2023

Raúl Serrano

 

Ayudar a revertir la declinación de los campos gasíferos es una prioridad para Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), la otrora empresa más estratégica de Bolivia, fundada el 21 de diciembre de 1936 por Decreto Ley durante la presidencia de David Toro, con el propósito de manejar el negocio de los hidrocarburos, como factor de desarrollo nacional.

 

Atacada por varios flancos, la empresa, que desde 2006 al 2015 descollaba y disfrutaba los altos precios de las materias primas y mantenía la consigna de convertir al país en el centro energético regional, en función a la calidad y cantidad de sus reservas de gas, ha comenzado a tener problemas.

 

Según expertos del sector, el valor de la exportación de gas natural llegó a un máximo de usd6.011 millones en 2014, en un contexto de incremento de volúmenes y de altos precios de exportación. Desde 2015 la situación fue distinta pues aún con precios de exportación relativamente elevados, la menor producción redujo considerablemente el valor exportado. En 2021 la exportación de gas fue de usd2.249 millones; 260 millones más que en 2020, pero inferior al valor exportado en 2019. Al momento, los volúmenes de exportación de gas natural presentan una tendencia a la baja que agudiza la situación de incertidumbre en el sector y el conjunto de la economía nacional.

 

EL PLAN DE REACTIVACIÓN

 

En este marco, YPFB nuevamente ha hecho énfasis en el Plan de Reactivación del Upstream (PRU) que apunta a desarrollar 36 proyectos exploratorios en los departamentos de Santa Cruz, Tarija, Chuquisaca, Cochabamba, La Paz y Pando, y que se implementa desde 2021 hasta 2024.

 

En relación al biodiésel, este se presenta como una alternativa de industrialización al parecer de largo plazo…”

 

 

Armin Dorgathen, presidente de YPFB Corporación, ha remarcado que este plan busca incrementar la producción de hidrocarburos y la reposición de reservas mediante la optimización de recursos existentes e inversiones en exploración y explotación.

 

“En julio de 2021, YPFB anunció el lanzamiento del Plan de Reactivación del Upstream (PRU) con el objetivo de realizar inversiones en la exploración y explotación de hidrocarburos en el país. En 2022, fortalecimos, comenzamos a perforar y realizar estudios. Nuestro PRU también contempla la reactivación de campos maduros, que ya están produciendo”, indicó Dorgathen, reconociendo que todos estos esfuerzos no son de fácil resolución y tomaran tiempo en presentar resultados.

 

El presidente ha confirmado, de esta forma, los esfuerzos de la estatal petrolera en proyectos de exploración, tanto como YPFB Corporación y sus subdiarias como Chaco y Andina que han hecho desarrollo de producción. Andina, con enfoque en el crudo en Yapacani; y, Chaco, con enfoque en el gas en la zona de los monos, cerca de Villamontes.

 

Se sabe, también, que hay actividades pequeñas de operadoras privadas que están haciendo actividades de desarrollo de campos, resaltando el caso de Margarita 10, lanzado el año pasado y operado por Repsol, ayudando a reemplazar la caída del Margarita 3.

 

Por el momento, se ha observado que la producción de gas natural, después de alcanzar un nivel de 60.8 millones de metros cúbicos por día (mmmcd) en 2014, ha bajado hasta el mínimo de 44.5 mmmcd en 2020; la caída en dicho periodo fue de -26.7 por ciento. En 2021 la producción remontó un exiguo 4.4 por ciento, llegando a 46.5 mmmcd, lo que pone de manifiesto la dificultad del sector hidrocarburífero para revertir su deteriorada capacidad productiva, así como la precariedad para manejar la demanda tanto del mercado interno como externo de gas natural, según apuntes de Fundación Milenio.

 

Las mayores críticas están dirigidas a la falta de Inversión Extranjera Directa (IED) para la exploración de hidrocarburos, debido a las políticas regulatorias del Estado que se habrían traducido en una marcada inseguridad jurídica para los probables inversores, desde que asumiera la presidencia Evo Morales Ayma, en 2006.

 

Junto a esta situación, se suma las consecuencias de la pandemia, la guerra entre Rusia y Ucrania y la tendencia de priorizar la inversión a favor de las energías renovables, en detrimento de los combustibles fósiles, en un mundo que enfrenta las consecuencias del cambio climático, sin resultados contundentes hasta el momento. En este contexto, adverso sin duda, la situación de YPFB ha dejado de ser la de los años anteriores al punto que muchos se preguntan sí para superar la crisis del sector es necesario suspender el subsidio a los carburantes.

 

EL GOBIERNO NO ARRIESGARÁ

 

Revisando contextos, hay dos tipos de subsidios. Uno, el que paga el Tesoro General del Estado (TGE) que es con diésel, gasolina y gas licuado de petróleo y; el otro, el que el sector petrolero resigna, al vender por debajo del precio de paridad de exportación, ingresos tanto en gas natural como en petróleo. Este es un subsidio no directo del TGE sino más bien uno que da la industria petrolera y que se traduce en menores ingresos y menores impuestos, pero, que ayuda a tener un precio bajo en el mercado interno del gas natural y permite que el crudo y condensado, que es procesado en las refinerías, tengan también un precio bajo respecto de los mercados internacionales.

 

El primer subsidio, que es el más significativo y que alcanzó 1.730 millones de dólares el año pasado, obviamente golpea muy fuerte las finanzas de YPFB y la contabilidad del TGE que devuelve ese subsidio a través de notas de crédito. En ese sentido, sería muy importante que el Gobierno actuara sobre este frente por el impacto financiero en la estatal petrolera y el impacto sobre la economía del TGE, pero, es claro que en la situación actual y al ser este un precio relevante o indicador de la economía boliviana, es muy difícil pensar que el mismo pueda ser movido aunque sea de manera paulatina ya que tendría impacto en el costo del transporte y, por ende, en los productos y en la inflación que afectaría la economía de la población boliviana, con un costo político importante para el Gobierno.

 

DE LA INFRAESTRUCTURA GASÍSTICA

 

Asimismo y dado el precario nivel de reservas de gas natural, expertos han comenzado a preguntar sobre el destino de toda la infraestructura gasística en Bolivia, en el corto, mediano y largo plazo. Algunos se inclinan a pensar que serán nuevos “elefantes blancos” de un momento de auge económico, asistido sin planificación responsable, mientras otros aun consideran que son gasoductos viables para la industria del gas.

 

En círculos ligados a YPFB se afirma que la infraestructura gasística de transporte no quedará sólo para llevar gas a Argentina y Brasil; primero, porque esto no es posible hasta 2025 y, segundo, porque aunque hayan expresado en Argentina que este es un objetivo, aún no se tienen claros los volúmenes que se estarían transportando. Sin embargo, y según YPFB, la infraestructura de transporte hoy es utilizada, en el caso de los ductos de exportación, en cerca de un 50% a 60% de su capacidad instalada y lo demás está “ocioso”.

 

Se ha informado que los demás gasoductos del mercado interno tienen un nivel de ocupación aun mayor, lo que equivale a decir que no se trata de ductos que están quedando vacíos sino que estarían expresando “una capacidad instalada sobrante” que puede tranquilamente transportar el gas argentino a Brasil, si esta fuera la decisión de los productores argentinos y si este gas encontrara compradores en ese país.

 

En todo caso, YPFB ha informado que Bolivia seguirá exportando gas a Brasil y Argentina. A la Argentina hasta 2024, puesto que antes de esa fecha no tendrán revertido el gasoducto que hoy está en la zona atendida por gas boliviano y el decreciente gas que ellos producen en la cuenca noroeste.

 

En relación al mercado brasilero, YPFB sigue exportando y una vez se concluya con Argentina, seguirá haciéndolo, según fuentes gubernamentales. Señalan que obviamente los volúmenes de exportación a Brasil dependerá de la evolución de la producción y de la evolución del mercado interno que es prioritario ya que Bolivia exporta lo que sobra, después de atender el mercado interno como establece la legislación, a partir de la Ley 3058 y según establece la legislación en muchos países del mundo.

 

¿EL GOBIERNO DE LA INDUSTRIALIZACIÓN?

 

Frente a la publicidad que habla del “Gobierno de la Industrialización”, fuentes cercanas a YPFB señalan que la faceta industrializadora de Bolivia contempla varios proyectos. En lo que atañe al sector gasífero, se habla de una segunda planta de amoniaco y urea aunque la pregunta que habría que hacerse es ¿con qué gas se atenderá esa planta? ¿se renunciará para ello a la exportación? ¿Qué precio tendrá ese gas? si sigue siendo el precio actual es imposible pensar en una reactivación de la inversión en exploración y producción, según algunos entendidos en la materia.

 

Luego, todo el resto de la cadena de los hidrocarburos está con capacidad instalada para, al menos, iniciar procesos de industrialización del gas como las plantas separadoras de líquido, en tanto las refinerías más bien estarían volcadas a la alternativa de importar líquidos para procesar y mantener la carga procesada en los niveles más altos posibles. Actualmente se utilizan las refinerías a una capacidad de alrededor del 60% de la instalada, que sería el caso de Santa Cruz y Cochabamba, dijeron fuentes de YPFB.

 

En relación al biodiésel, este se presenta como una alternativa de industrialización al parecer de largo plazo en la medida que, como combustible, comience a formar parte de la cadena de hidrocarburos mezclándose con diésel para atender las necesidades del transporte como se está haciendo con el etanol; agregado a las gasolinas desde hace cinco años. Todo esto, mientras se espera un estudio sobre el estado actual de las reservas de gas en Bolivia que, de acuerdo a la Ley 3058, deber hacerse anualmente.

 

…la infraestructura de transporte hoy es utilizada, en el caso de los ductos de exportación, en cerca de un 50% a 60% de su capacidad instalada…”