Mirar hacia el litio es inevitable. Estados Unidos, la China y Europa no han dejado de hacerlo en tanto se constituyen en los principales productores de baterías.  Según la consultora británica Roskill,  planean invertir más de $us. 50,000 millones en la expansión de su capacidad de fabricación en los próximos 5 años; marcando una senda donde el litio se ha convertido en materia prima estratégica.

El desembarco de China en el salar de Uyuni, por tanto, no es casual. Roskill asegura que, a medida que la demanda de baterías de iones de litio siga creciendo, se espera que la tensión sobre la cadena de suministro de materia prima sea significativa y considera que la amplia gama de productos requeridos; incluyendo litio, cobalto, sulfato de níquel, cobre, aluminio y grafito, y los cambios en las cadenas de suministro, “son inevitables”.

Por el momento, Roskill sostiene que la capacidad de suministro global en 2018 fue igual a 334.5GWh. Es decir, 50% más que en 2017, y 54 veces más que en 2010. Las tasas de utilización global en 2018 se situaron en el 41,4%, en comparación con el 36% en 2017, mientras que las empresas en expansión predicen incluso mayor demanda.

Afirma, también, que en 2018, el líder mundial de suministros fue China con 242GWh (74% del mercado global) y subraya que hay más expansiones de este país para alimentar la demanda interna. De hecho, la empresa china Contemporary Amperex Tecnology Ltda. (CATL) es, hasta ahora, “imbatible” en la fabricación de baterías de iones de litio.

Según Roskill, habrá que sumar a estos datos que las aplicaciones automotrices representaron más del 70% del total de los despachos de baterías de iones de litio en 2018, en comparación con sólo el 43% en 2015 y el 6% en 2010, lo que hace pensar que el crecimiento de las aplicaciones automotrices se mantendrá a un ritmo acelerado, con un aumento en los envíos de más de 30% hasta 2030.

En este marco, imaginarse un salar de Uyuni plagado de tractores, maquinaria y hombres trabajando sin descanso, ya no es un cuento chino; es parte de lo que está en pleno proceso de gestación. El espacio que ofrece este sitio para turistas embelesados por la belleza del salar; será cada vez más reducido y en unos años más será algo así como una leyenda de tiempos pasados.

Por el momento, ni la industria del turismo ni la industria del litio; que se muestra mastodóntica, han aportado para que el pequeño poblado de Uyuni sea una puerta de entrada de ensueño hacia un salar de ensueño. El pueblo ha crecido sin medida de orden y es espacio-tránsito de contrabandistas de todo tipo.

Sus calles, lo dijimos e insisto, se mantienen como inmensas alcantarillas al aire libre y la proliferación de edificios, sin ninguna normativa municipal, son un ruido visual que enloquece junto al sonido del reguetón.

Entretanto, crece la idea de que los países de América Latina no han podido superar su triste rol de abastecedores de materia prima estratégica y que están lejos, muy lejos del arte de la planificación.

En esta ruta, puede que alcancemos el “honorífico” papel de importantes proveedores de litio e incluso que logremos desarrollar la tan ansiada industrialización del litio, pero, es posible que una vez más no logremos encontrar el equilibrio entre la demanda exorbitante de los grandes países y la necesidad de conservar, para nosotros, lo que corresponde.  En este caso, una obra maestra de la energía del universo como espacio protegido de la angurria del capital. El Dakar ya la violó y los capitales internacionales están en pleno desembarco.


FUENTE: EL DÍA
AUTORA: VESNA MARINKOVIC 

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