Cuando el planeta parece que arde, por efecto de la loca demanda energética; las renovables no pueden resolver sus propias limitaciones. La energía solar, por ejemplo, mantiene la intermitencia como un problema central irresuelto; y, las hidroeléctricas, no pueden desprenderse del impacto socioambiental que supone su implementación. En este marco, el petróleo mantiene su reinado sin prisas y siempre contundente; diagramando un mundo que no para de contaminar.

Los expertos en energía son cautos; no lo quieren decir de esta forma, pero, saben que la generación de energía tiene, entre sus fuentes primarias de abastecimiento; combustibles que contaminan en exceso. Las propias renovables continúan dependiendo del diésel para funcionar como es el caso del sistema híbrido solar de Cobija en Bolivia, por ejemplo. 

Renán Orellana, ex consultor del BID, dice que: “El sistema de Cobija todavía continua utilizando diésel, y no se ha alcanzado el valor esperado de ahorro de combustible del 50 por ciento”. En su exposición durante la Cena Anual de las Energías, realizada en Santa Cruz de la Sierra, dijo que esto se da básicamente porque los operadores prefieren tener una máquina rotando a tener un sistema fotovoltaico oscilando. Acotó que a pesar de tener un banco de baterías muy grande, Cobija no es un caso totalmente resuelto y que vale la pena referirlo como aprendizaje.

“El tema diésel es muy crítico”, afirmó recordando que en lo que a Bolivia respecta, se gasta mucho dinero en su compra. Aseguró que lo estamos haciendo a razón de 8 bolivianos el litro; y que para generación eléctrica tenemos que entregar a 1 boliviano con 10 centavos, lo cual se convierte en un “problema serio”.

En este contexto, dijo que si bien las  renovables están ayudando, no parecen ser la solución total al tema energético en los sistemas aislados. 

Reconociendo que en los últimos años se ha dado una inserción mayor de energías renovable al Sistema Integrado Nacional (SIN) en Bolivia, dijo que es necesario analizar hasta qué punto se puede apostar por ellas como una solución a los desafíos del sector energético del país. 

“Por el momento no podemos pensar en resolver el problema de abastecimiento de energía solamente con renovables; más bien, en la medida que no tengamos una fuente de generación complementaria como la hidroeléctrica de embalse, siguen siendo parte del problema; por otro lado, creo que pueden ser muy útiles en producir un ahorro de gas”, afirmó al recordar que el gas consumido para generación eléctrica se encuentra a razón de 1,25 dólares por millar de BTU, mientras que vender a la Argentina sale a razón de 6,43 en precio de estos días. Agregó que todo lo que pueda ahorrarse con energías renovables podría favorecer la exportación de gas, generando un ingreso para el país.

En su análisis sobre el estado de las renovables en Bolivia, dijo que es importante reflexionar sobre este sector, sus perspectivas y desafíos, luego de ponderar los avances realizados por ENDE Corporación, en materia de esfuerzos por su incorporación en el país. Sin embargo, hizo notar que seguir extendiendo las redes para consumos en torno a los 20 y 25 kilovatios/hora/mes, no parece tener mucho sentido, sobre todo por el nivel de inversión que ello supone. Ergo, lograr el acceso a la energía, continua siendo un componente crítico a la hora de enfrentar los desafíos del desarrollo global.


FUENTE: EL DÍA 
AUTORA: VESNA MARINKOVIC 

You have no rights to post comments