En tantos siglos de historia, el hombre continúa buscando maneras eficientes de enfrentar el reto del desarrollo equitativo y sustentable; sin embargo, se trata de una meta que hasta ahora ha tenido mucho de fracaso y demasiada redundancia a nivel del discurso de los administradores de las economías, a partir de los Estados e incluso a partir de los organismos internacionales.

Se han intentado varios proyectos, estrategias, lecturas y varias siglas en dirección a promover formas de desarrollo que encuentren el equilibrio y muchos de estos esfuerzos han quedado, al menos, deslegitimados, como es el caso del tan mentado proyecto de la modernidad que es, en sí mismo, uno de los mayores discursos, sin éxito, a favor de encontrar una ruta donde el hombre se haga cargo de manera eficiente del desarrollo equitativo en el planeta.

Reeditando estos esfuerzos, la CEPAL ha presentado hace poco una nueva estrategia llamada “Desarrollo en transición” (DiT, por su sigla en inglés), para apoyar, de manera particular, el avance de América Latina y el Caribe (ALC), hacia un desarrollo incluyente y sostenible. Indica que este esfuerzo representa la oportunidad de avanzar hacia los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible (Agenda 2030) al repensar el concepto de desarrollo, las estrategias que los países deben adoptar y la función de la cooperación internacional para facilitar estos esfuerzos. 

Asegura que frente a un contexto cambiante tanto a nivel nacional como global, el DiT destaca la necesidad de aumentar las capacidades institucionales internas y adoptar modalidades más innovadoras de cooperación internacional para el desarrollo, asegurando que esto debería apoyar tanto los objetivos nacionales de progreso como los esfuerzos internacionales para promover los bienes públicos regionales y mundiales. 

Remarcando el rol de la cooperación internacional en los procesos de desarrollo, afirma que esta nueva estrategia es necesaria por varias razones. Cita, en primer lugar, que el avance hacia niveles más altos de ingresos de los países de ALC está creando nuevos retos de desarrollo que, desde su perspectiva, se trataría de las “nuevas” trampas del desarrollo”, haciendo ver que, en realidad, “no todo lo que brilla es oro”.

Otra de las “trampas” que según la CEPAL habría que considerar, es el hecho de que ALC ha alcanzado niveles de Producto Interno Bruto (PIB) per cápita en los que el ingreso pierde relevancia como componente del bienestar. “Esto sugiere la necesidad de contar con una estrategia multidimensional del desarrollo”, afirma a tiempo de lanzar su visión sobre lo que sería “una tercera trampa”, referida a que el contexto global está ganando complejidad. 

“Las políticas públicas tradicionales resultan insuficientes ante el surgimiento de nuevas mega-tendencias y nuevos actores en el escenario mundial”, dice y agrega que, por esta razón, la región necesita estrategias de políticas públicas innovadoras para apoyar un desarrollo incluyente y sostenible. En esta línea, plantea que para responder a estos desafíos, la DiT debe mejorar, entre otras cosas, las capacidades nacionales para afrontar “las trampas del desarrollo” y promover una estrategia multidimensional de desarrollo sostenible en América Latina y el Caribe. 

En resumen, el documento de la CEPAL, dependiente de las Naciones Unidas, denominado Perspectivas económicas de América Latina 2019, se centra en dos capacidades transversales que serían fundamentales para aprovechar las oportunidades de desarrollo en la región: Una mejor elaboración de políticas públicas para el desarrollo, y un mejor financiamiento para el desarrollo. Nada nuevo bajo el sol, pero, aporta con nuevos términos que seguramente serán manejados en los próximos años de manera recurrente; lo que sin duda implica estar atentos a los resultados.


Fuente: El Día 
Autora: Vesna Marinkovic 

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