Un pueblo que vive de pesca y turismo el más afectado por concentración de metales en el suelo. Aún falta evaluar flora y fauna local y monitorear sus niveles de polución a través del tiempo. En total 1.500 hectáreas fueron destruidas por el peor desastre ambiental de Brasil en 2015…###

Brasil: impacto de DESASTRE MINERO puede agravarse

 

EDICIÓN 65 | SEPTIEMBRE 2018

 

Rodrigo de Oliveira Andrade (*)

 

Un pueblo que vive de pesca y turismo el más afectado por concentración de metales en el suelo. Aún falta evaluar flora y fauna local y monitorear sus niveles de polución a través del tiempo. En total 1.500 hectáreas fueron destruidas por el peor desastre ambiental de Brasil en 2015…

 

“…la solubilización de los oxihidróxidos de hierro pueden desencadenar la liberación progresiva de metales tóxicos…”

 

 

El pueblo de Regência, en el estado de Espírito Santo, una de las áreas afectadas por el peor desastre ambiental de Brasil, se enfrentaría a un escenario de contaminaciónambiental crónica en el futuro cercano, según una reciente investigación.

La contaminación crónica sería fatal para Regência, debido a que es un pueblo que depende de actividades pesqueras y turísticas.

El 5 de noviembre de 2015, una presa de retención de residuos mineros dirigida por la empresa brasileña Samarco se rompió en una zona próxima a la ciudad de Mariana, en el estado de Minas Gerais, y una ola de 50 millones de metros cúbicos de agua y sedimentos de mineral de hierro inundó las inmediaciones, diezmando la vida silvestre y arrojando una nube de óxido y lodo rojizo por el río Doce, de gran importancia económica para la región.

ARRASARON LA VIDA ACUÁTICA

Además de destruir aldeas y dejar a cientos de personas sin hogar, los relaves arrasaron la vida acuática de la región mientras discurrían 600 kilómetros río abajo por 17 días hasta llegar a su estuario, próximo a la villa de Regência.

Desde entonces, después de haber sido arrastrados constantemente hacia el océano por el río, los residuos han formado una mancha móvil que se desplaza hacia arriba y abajo a lo largo de 200 kilómetros de la costa, al norte y al sur del río Doce, llegando al menos a dos centros de preservación de vida marina.

Ahora, un equipo de científicos ha comprobado que los metales llegados al estuario del río Doce están asociados a un grupo de minerales llamados oxihidróxidos de hierro y están almacenados sobre todo en las capas superiores del suelo.

“Resulta que los oxihidróxidos de hierro pueden solubilizarse, causando la liberación progresiva de los metales asociados al medio ambiente”, explica a SciDev.Net Tiago Osório Ferreira, profesor en la Escuela de Agricultura Luiz de Queiroz de la Universidad de São Paulo y uno de los autores del estudio, que será publicado próximamente en la revista Science of the Total Environment.

METALES TÓXICOS

Según los investigadores, los hallazgos indican que las condiciones actuales en el ambiente del estuario y la solubilización de los oxihidróxidos de hierro pueden desencadenar la liberación progresiva de metales tóxicos, con alta probabilidad de causar una contaminación ambiental crónica en el área. Los estuarios son conocidos por mantener sistemas ecológicos muy activos, con una amplia gama de funciones ecosistémicas.

Los investigadores esperan ahora evaluar otros componentes del ecosistema afectado, como la fauna y flora local, con el fin de monitorear los niveles de polución a través del tiempo, de modo que se puedan desarrollar estrategias para mitigar la contaminación en esta área. En total, unas 1.500 hectáreas han sido completamente destruidas por el desastre.

Para Omar Yazbek Bitar, geólogo del Centro de Tecnologías Geoambientales del Instituto de Investigación Tecnológica de Brasil, el estudio indica que hay un enriquecimiento en los contenidos de metales de estos suelos, posiblemente debido a la interacción de los relaves con la vegetación ribereña, que con el tiempo podría incrementar el riesgo de contaminación ambiental.

“La principal contribución del estudio es la observación de que los efectos e impactos ambientales en el área costera pueden manifestarse de manera más significativa a medida que pasa el tiempo”, complementa a SciDev.Net.

“También es una alerta de la necesidad de un monitoreo constante sobre la presencia de metales en la región del estuario y el desarrollo de soluciones viables que podrían contribuir a evitar o mitigar los impactos ambientales y sociales”, señala.