El modelo de las energías renovables, en base a la hidroelectricidad, parece estar en apronte. El Vicepresidente Corporativo de Infraestructura de CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, Antonio Pinheiro, dijo este mes ante el Gobierno de Bolivia que si bien en el país no es necesaria la implementación de proyectos hidroeléctricos en áreas protegidas, su potencial es muy importante: casi 38.000 megavatios (MW) fuera de estas zonas de preservación.

Sin embargo, Pinheiro aseguró que según el mapeo de la potencialidad de esta forma de generación de energía, en base al agua,  “las principales iniciativas podrían ser hechas sin grandes impactos ambientales o interferencias en áreas de preservación permanente”, asegurando que CAF está muy interesada en seguir con la conversación que iniciaron con el Gobierno para priorizar proyectos que en el futuro puedan garantizar el aprovisionamiento a largo plazo de energía en Bolivia.

Precisó que el potencial hidroeléctrico, sumando el de las zonas de preservación conocidas como áreas protegidas, alcanza a 60.000 MW aproximadamente lo que en su criterio fortalecería la condición de Bolivia como país exportador de energía, apuntalando la economía y procesos de integración regional; en la misma línea discursiva recurrente de Brasil, interesado en el desarrollo de las hidroeléctricas en Bolivia, a partir de su importante demanda energética dentro de América del Sur.

Es decir, aclaró que si bien no es necesario hacer las hidroeléctricas en áreas protegidas, los adecuados cuidados ambientales bien podrían incluso permitir la incursión hacia estas zonas sin mayor riesgo. Consiguientemente, los proyectos de Cachuela Esperanza, El Bala y otros potenciales sobre el río Madera además de otros de la cuenca amazónica, considerada zona de preservación, podrían abandonar los límites puestos por observaciones medioambientalistas.

Si bien el debate público sobre este tema no ha alcanzado un nivel de conocimiento necesario para una adecuada toma de decisiones al respecto, se hace impostergable hacerlo. Debatir temas vinculados al sector eléctrico no ha dejado de ser algo prioritario en Bolivia, pese a la poca costumbre de socializar temas de interés nacional y que requieren de aporte público en el marco de discusiones abiertas, permanentes y propositivas, antes de la promulgación de leyes.

Hasta ahora el debate sobre el estado de situación del sector eléctrico como por ejemplo sus niveles de cobertura, producción y consumo así como la pertinencia o no de la puesta en marcha de proyectos hidroeléctricos en zonas protegidas; no ha sido el esperado; consiguientemente, persiste la falta de información en perjuicio de lo que podría ser una planificación participativa y dirigida a solventar procesos de desarrollo integral a nivel nacional.

Si bien en la visión del actual Gobierno los proyectos hidroeléctricos deberían consolidar el cambio de matriz energética en Bolivia para, fundamentalmente, “liberar gas para la exportación regional”, a tiempo de apuntalar la reducción de los gases de efecto invernadero por la vía de suplir a los combustibles fósiles; el paso se muestra bastante dubitativo, mientras la presión de organismos internacionales para consolidar la ruta hacia las hidroeléctricas, parece gozar de muy buena salud.


Fuente: EL DÍA
Autora: Vesna Marinkovic 

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