Los procesos migratorios están provocando niveles de inestabilidad política en Europa pese a que en 2017 estos se redujeron en un 53% frente a 2016. Si bien las migraciones han ocurrido desde siempre y generalmente vinculadas a problemas económicos; en este último tiempo su importancia ha aumentado significativamente a partir de la guerra en Siria, mientras las agendas de la Unión Europea no logran encarar adecuadamente el todavía masivo flujo de migrantes.

Si revisamos la historia de las migraciones en el mundo, observamos que a partir del siglo XVI el volumen de personas desplazadas desde Europa hacia las colonias de América del Sur, por ejemplo, fue de aproximadamente 55 millones de europeos, de los cuales alrededor de un 60% se estableció en forma definitiva en esta región. En ese momento solo bastaron espejitos de colores como salvoconducto para colonizar.

Hoy, la situación es distinta y más compleja para los migrantes que van hacia Europa desde regiones menos desarrolladas del planeta. Es, en realidad, una migración a la inversa pues aunque llegan similarmente desesperados por la violencia de la guerra y la hambruna, muchos solamente están aptos para desempeñar trabajos infrahumanos por su condición de extranjeros pero también por falta de preparación.

La guerra en Siria, que va por su quinto año, ha agudizado la huida de cientos de ciudadanos hacia Europa en busca de paz, estabilidad y trabajo pese a que este Continente se ha tornado más xenófobo y ha comenzado a establecer duras barreras migratorias. Al momento de escribir este artículo, países como Alemania buscan evitar una crisis administrativa como la de 2015 provocada, precisamente, por la llegada de miles de refugiados a ese país.

Angela Merkel se opone a rechazar en frontera a las personas que hubieran solicitado refugio en todo país de la UE. Ella es de la idea de impedir la entrada a aquellos cuya solicitud ya hubiera sido rechazada en Alemania, pero no al resto de personas en busca de asilo, lo que le ha significado que su propio ministro de Interior, Construcción y Patria, la acuse de ser incapaz de restringir la entrada de refugiados; mientras se recrudecen las posturas antiinmigración y ultranacionalistas en Europa.

Según reportes de la agencia EFE, en 2017 llegaron a Europa desde el norte de África 171.635 inmigrantes y refugiados a través de las peligrosas rutas del Mediterráneo, lo que supone un 53% menos que en 2016. Sin embargo, el mar mediterráneo continúa siendo por hoy lo que alguien ya calificó como el mayor cementerio de personas en busca desesperada de asilo.

Por el momento, Merkel continúa haciendo esfuerzos por liderar, desde una nueva alianza de conservadores y socialdemócratas, la modernización de su economía, considerada la más importante de Europa; así como la reforma del armazón institucional de este continente, en un intento por enfrentar el descontento y sobre todo el desencanto de gran parte de la sociedad; en un ambiente global de agudización de las precariedades y las fluctuaciones y donde el tema migratorio amenaza con desestabilizar su propio gobierno.

FUENTE: EL DÍA 
AUTORA: VESNA MARINKOVIC 

You have no rights to post comments