Algunos organismos internacionales como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), han comenzado a responsabilizar a las ciudades como las causantes del cambio climático, debido a la concentración de personas, activos y actividades económicas; sumando, a ello, una notoria falencia a nivel de planes consistentes con un fundamento técnico sólido, lo que estaría agudizando la precariedad de vida en estos espacios urbanos y sus efectos sobre el cambio climático.

Sostiene que más de la mitad de la población mundial vive en ciudades y precisa que esta cifra alcanzará un 70% al 2050. Por tanto, agrega que las ciudades generan más del 80% del PIB mundial y son responsables del 70-80% de la energía consumida que genera las emisiones de gases efecto invernadero (GEI).

El estudio Vulnerabilidad y adaptación de las ciudades de América Latina al cambio climático, de Sergio Margulis, publicado por la CEPAL, destaca que la principal fuente de emisiones de GEI en las ciudades es el uso de energía en la producción industrial, el transporte y en los edificios residenciales, comerciales y públicos.

Observa que el transporte tiene una de las mayores contribuciones de emisiones de GEI en América Latina con más de una tercera parte de las emisiones de CO2– de las cuales la mayoría provienen del transporte por carretera. 

En este marco, refiere que las emisiones de los vehículos no solo contribuyen con el cambio climático, sino también en los problemas de contaminación local y regional. Además, dice, son altamente regresivas ya que son producidas por los segmentos de la población más rica. El transporte urbano, en consecuencia, representa un sector clave para la mitigación de emisiones de GEI en el largo plazo.

Hace notar que, probablemente por ello las mejores iniciativas de mitigación identificadas en el reporte pertenecen al sector transporte, luego de analizar los casos de Río de Janeiro y los sistemas de Transporte Rápido de Autobuses (BRT), de Bogotá y el programa de control de contaminación de la Ciudad de México).

Remarca que si bien históricamente la región ha tenido una contribución menor en el problema, aún así, es altamente vulnerable a estos efectos debido a su geografía, al clima, a sus condiciones socioeconómicas y a factores demográficos. Agrega que, además, existen grandes disparidades internas entre los países de la región, destacando Brasil y México por sus emisiones.

Con todo, reconoce que existen buenos ejemplos de municipios adaptando medidas junto con comunidades, ONGs y otros actores locales para promover, simultáneamente, el desarrollo y reducir la vulnerabilidad: evitar que las poblaciones más pobres se establezcan en áreas vulnerables, se mejoren sus estándares de calidad de vida y recuperar y proteger las áreas naturales más vulnerables.

En esta línea, el informe permite concluir que si bien las ciudades frecuentemente han sido culpadas por ser causantes de los problemas ambientales, hace ver que las altas densidades y grandes concentraciones de población traen, también, una gran cantidad de ventajas para conjuntar necesidades humanas y el manejo del medio ambiente como, por ejemplo, el aumento de la densidad que puede reducir significativamente el consumo de energía en las zonas urbanas. Por tanto, afirma que las ciudades bien manejadas ofrecen las mayores oportunidades de soluciones para la mitigación y la adaptación.

FUENTE: EL DÍA
AUTORA: VESNA MARINKOVIC
 

You have no rights to post comments