Bolivia irrumpe en el imaginario europeo como una colonia de España poseedora de la mayor riqueza argentífera conocida hasta entonces; allá por el año 1541. La veta de plata descubierta al azar, por Diego Huallpa, es el inicio de lo que más tarde sería una de las formas de explotación minera más exhaustiva, depredadora e inhumana de la que se tiene memoria. ###

El lado amable de la
minería inhumana de Potosí:

la pintura

Vesna Marinkovic U.

Bolivia irrumpe en el imaginario europeo como una colonia de España poseedora de la mayor riqueza argentífera conocida hasta entonces; allá por el año 1541. La veta de plata descubierta al azar, por Diego Huallpa, es el inicio de lo que más tarde sería una de las formas de explotación minera más exhaustiva, depredadora e inhumana de la que se tiene memoria.



L a explotación minera no sólo devoraba hombres; también demandaba ingentes cantidades de agua para lo que construyeron embalses destinados a solventar la actividad minera que luego recibió las bendiciones de la Santa Inquisición con la llegada de clérigos de la iglesia católica nominados para “salvar almas” y construir templos a cada paso. 

Todavía hoy se puede apreciar el legado de la treintena de aparatosas iglesias que construyeron para habilitar los rituales religiosos, con retablos y altares de plata y oro, al puro estilo Neoclásico y Barroco Mestizo. El turista que llegue a Potosí, aún puede persignarse en uno de estos tantos templos y pedir, según la tradición católica, tres milagros; en una ciudad sombría por su geografía, su clima y sus muertos.

EL RASGO AMABLE
Probablemente el rasgo más amable de este periodo, vinculado a la extracción de la plata, ha sido el impulso brindado a la pintura, arte donde resaltan nombres como el del pintor cochabambino Melchor Pérez de Holguín que retrata ese período, marcado por la religiosidad, la ostentación y la angurria; con el arte del “buen lector”.

En efecto, Pérez de Holguín grafica cómo, al furor de la plata, los constructores de pueblos convirtieron a Potosí en una de las metrópolis más importantes del siglo XVI y se levantaron grandes casonas señoriales, conventos, casas de bohemia y juego ostentando mobiliario flamenco, cristal veneciano y pinturas de autores europeos aunque muchas de ellas también se pintaban en Potosí, generalmente por autores anónimos. Hoy, algunas de estas edificaciones han quedado como museos, albergando preciosas filigranas de plata como las cigarreras y escarcelas (carteras) que usaban las mujeres; espejos, candelabros y hasta bacenillas de plata, como parte del lujo virreinal.

casa de la moneda

De esa época hoy queda, como la construcción más paradigmática, la Casa de la Moneda, construida en 1572 para acuñar las monedas, cerca al lugar de donde se extraía la plata. La Nueva Casa de la Moneda, concluida en 1773, hoy luce remodelada, pero, todavía quedan allí las huellas indelebles de los indígenas condenados a acuñar la plata para evitar que ésta saliera en lingotes, rumbo a España, para beneficio principal de Inglaterra y Holanda: la mayor paradoja del dominio español en estas latitudes.

EL ESTAÑO: LUJOS Y POBREZA
Después de la explotación de la plata vendría el estaño; el metal que catapultó a Simón Iturri Patiño como el hombre más rico e influyente de Bolivia. Este mineral, a diferencia de la plata, era transportado directamente de la veta al puerto, sin necesidad de sufrir ningún proceso de concentración (Galeano: 1972). Alimentó a la Primera Guerra Mundial y luego vendría, en 1952, la medida que nacionaliza el estaño cuando las minas de este metal se habían vuelto pobres.

Según Galeano (1972), la nacionalización no había modificado el papel de Bolivia en la división internacional del trabajo, en la medida que continuó exportando el mineral en bruto. “Un país-dice-puede seguir tan condenado a la impotencia como siempre, aunque se haya hecho nominalmente dueño de su subsuelo”.

Con todo, la minería fue el eje trasversal en la economía antes, durante y después de la Colonia, aunque no precisamente del desarrollo nacional. Es más, hay quienes consideran que la minería siempre estuvo ligada a situaciones de pobreza y problemas medioambientales. La riqueza mineral de la plata en Potosí contribuyó al desarrollo de Europa y situó a Potosí como el centro internacional de la economía; pero, terminó por provocar migraciones que deshabitaron sus provincias, desestructurando toda la organización productiva agrícola de Potosí y dejaron a estas regiones en un estado de pobreza que hasta nuestros días no logra superar (Tejada:2012).

“Potosí aún representa el paradigma de la minería como deudora de las vastas regiones en las que ocurre”, dice Tejada y señala que una muestra de esta afirmación es que se conoce que el Gobierno invertirá en obras que eviten que el Cerro Rico se desplome, puesto que la población potosina habría pedido conservarlo como patrimonio, horadado y con sus principales riquezas extraídas durante siglos.

Tejada refiere que los daños ambientales que ocasionó la minería en Potosí fueron prácticamente irreversibles hasta nuestros días, con la volatilización del mercurio y la contaminación masiva: más de 40.000 toneladas de azogue fueron diseminadas en el medio ambiente sólo durante la época colonial. Finalmente, remarca que las utilidades de esta actividad no se quedaron en el país: actualmente Potosí es uno de los departamentos que encabeza el mapa de pobreza de Bolivia.

SANTA CRUZ: EL FUTURO
¿REEDITADO?
En el departamento de Santa Cruz estaría el futuro de la minería boliviana por lo que se demanda incentivar la exploración en esta región, aunque la minería en las tierras bajas del país tendería a reeditar el modelo minero desarrollado en el occidente del país, sin incidencia en el crecimiento económico (Tejada: 2012).

tejadaSe trata de un modelo de explotación minera que tiene como técnica principal el “tajo a cielo abierto”.
Alicia Tejada observa que habría, en efecto, una realidad minera que se expande hacia nuevas zonas, creando regiones mineras emergentes, sin embargo, advierte que se trata de un modelo de explotación minera que tiene como técnica principal el “tajo a cielo abierto” pero, nuevamente con empresas internacionales como protagonistas centrales y con mayores impactos al medio ambiente y la ecología de la región.

“El modelo de producción de esta nueva minería no es mejor que el que empobreció al altiplano boliviano. Como en tiempos pasados, predominan unas cuantas grandes empresas, rodeadas de titulares de derechos a nombre de la élite local y de testaferros”, dice y agrega que, al igual que en la minería de occidente, está orientado solamente a la obtención de regalías e impuestos.

Remarca algunas de las varias demandas de los asociados al sector minero cruceño que exigen, precisamente, que: “la tributación no debe afectar la economía de los proyectos (del sector), ni la inversión; y que los aspectos mineros no deben estar incluidos en el código minero, sino en la legislación tributaria para no afectar la ley minera” (Tejada:2012).

VISIÓN MINERA
El experto en temas mineros, José Otaño Noguel (2012) considera que, en efecto, cuando los complejos mineros se ubican en zonas de fragilidad ambiental, con ecosistemas ricos en biodiversidad como los casos de la minería artesanal en Perú, Bolivia, Brasil, Colombia, Venezuela Chile e incluso en la gran minería, se pierden importantes espacios lo cual termina afectando la calidad de vida de los habitantes de dichas regiones.

Por ello considera, en coincidencia con el sector minero privado del país, que: “la minería, como todas las actividades antrópicas, ocasiona impactos negativos y positivos sobre el medio ambiente. La cuestión que tienen que resolver los empresarios y los actores políticos y comunitarios, es cómo minimizar los negativos y de qué forma hacer que los positivos se conviertan en una fuente de elevación de la calidad de vida”.

BOLIVIA MAYOR
PRODUCTOR DE
MINERALES “RAROS”


Pese a las varias observaciones al desempeño de la minería en Bolivia, Tejada destaca que el país es muy rico en “minerales raros” como el escandio, el neodimio, samario, lantano o el disprosio y otros 17 elementos entre los que se encuentran también “las tierras raras”.

En esta línea, afirma que Bolivia es el mayor produc- tor de minerales raros (97%), minerales cuyos precios han subido al 1000% en un solo año asegurando que, a medida que se encuentran nuevos usos para mate- riales como los “minerales raros”, habrá más compe- tencia y el acceso a ellos podría cambiar el modelo de la política mundial.

Considera que los nuevos descubrimientos tecnoló- gicos están modificando la demanda, el valor de los minerales y las relaciones económicas de las potencias mundiales.

“Paradógicamente, ello ha coincidido con el retornó a la minería como el principal exponente de la econo- mía en Bolivia; una minería que por cierto aún no se basa en los “minerales raros”, cada vez más livianos y de propiedades irremplazables”, dice y prevé que esta situación terminará por influir a mediano plazo, en la economía mundial, en las relaciones geopolíticas (ya que podrían no basarse tampoco en petróleo) y, por cierto, en las formas de explotación de minerales.

Por el momento, indica que la minería, al constituirse en una actividad extractiva-estratégicamente ligada al sector energético-, basada en “el menor tiempo posi- ble y en la mayor utilidad”, no se preocupa por indica- dores de desarrollo. Agrega que el aporte al Estado, comparado con las cifras de exportaciones de las em- presas mineras, es mínimo y desproporcionado con el costo socioambiental y económico del modo de pro- ducción minero.