Qué es la norma ISO 50001? Como no es una norma muy socializada, pese a su importancia, habrá que decir que es un modelo o un patrón a seguir para mejorar el rendimiento en el uso de la energía que incluye eficiencia y eficacia.

Es, por tanto, una medida de orden y normalización que si bien responde al paraguas de todas las normas ISO, tiene la peculiaridad que se indica. En este marco, está dirigida a regular o como dice la nomenclatura de las ISO, a “normalizar” la gestión de instituciones u organizaciones vinculadas al sector energético.

Se ha indicado que su aplicación debe lograr la reducción de costo de emisiones de gases de efecto invernadero y permitir impactos ambientales favorables, vía una gestión permanente y planificada de la energía.

Sus especificaciones señalan que esta norma es aplicable a todos los tipos y tamaños de organizaciones independientes de su ubicación geográfica, condiciones culturales o sociales y que su implementación acertada depende del compromiso de todos los niveles y funciones de la organización, y sobre todo de lo que se ha dado en llamar, de la dirección superior.

El manual de la norma ISO 50001 señala que esta da lineamientos para: reportar y validar la mejora continua en el tema de gestión energética, lograr transparencia y comunicación sobre la gestión de los recursos energéticos, mejores prácticas de gestión y buen comportamiento durante la gestión energética; evaluar, seleccionar y priorizar la aplicación de nuevas tecnologías de eficiencia energética; ser un marco para la integración de la eficiencia energética en las prácticas de gestión y hacer un mejor uso de los activos que consumen energía.


También da pautas para la medición, documentación y presentación de informes y mejoras de la intensidad energética; así como para establecer un marco que permita promover la eficiencia energética en toda la cadena de suministro y; por supuesto, mejorar la gestión energética en el contexto de proyectos para reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

Fue aprobada en junio de 2011 y, como todas las otras normas ISO que la anteceden, está pensada para ayudar a las empresas a documentar los elementos implementados para mantener un eficiente Sistema de Calidad aunque está claro que cada norma tiene su espacio y peculiaridad; más allá de eso, su aplicación se tornaría, paradójicamente, ineficiente.

Es decir, cada una de las normas está dirigida a regular solo aquello para lo que fue concebida: no se puede normar, por ejemplo, una granja de pollos, con una de las normas ISO tomada al azar, con el único afán de aparentar una medida de orden. Está claro que cada sector tiene su propia forma de hacer las cosas y la norma no puede sino corresponder a sus características.

En esta lógica, cada una de las normas ISO describe los fundamentos de los sistemas de gestión de la calidad y especifica, incluso, la terminología para regular adecuadamente los sistemas de gestión, en función del sector que se pretende “normalizar”, más allá si este término suena a imposición de alguna visión en particular.

Con todo, una medida de orden en el sector energético, considerado el más importante de la agenda económica de todos los gobiernos, no debería caer en saco roto. Su implementación sin duda que amerita un carácter voluntario y claramente dirigido a prevenir la contaminación, el mejoramiento continuo y, por supuesto, una gestión eficiente del manejo de la energía.




AUTOR
VESNA MARINKOVIC








FUENTE
EL DIA