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En las próximas horas, la petrolera española Repsol podría recibir una multa superior a los 5 millones de euros por haber digitado precios de los combustibles en estaciones de servicios que no son propias, y por pautar con la competencia el valor de plaza de las naftas, moldeando el mercado a su gusto, violando leyes de competencia.
La ex propietaria de YPF hasta que el Estado argentino recuperó el management de la compañía, ya había incurrido en el mismo delito por lo menos tres veces en los últimos cuatro años.

Ayer, la Comisión Nacional de la Competencia de España (CNC), abrió un expediente en el que sanciona a Repsol, Cepsa, Disa, Meroil; la portuguesa Galp y la británica BP, por acordar los precios a cobrar.

Una particularidad registrada fue que, por ejemplo, Repsol subía los precios de los combustibles los fines de semana y los bajaba los días lunes.

Esta actividad ilegal se confirmó luego de una serie de inspecciones en las sedes de las compañías, en las que se observaron "indicios racionales de la existencia de conductas prohibidas" por las leyes de competencia en materia de precios, clientes y condiciones comerciales.

Y lo que es aun más grave: las empresas como Repsol intercambiaban información sensible para operar contra la competencia.

Ya en 2008, la Comisión Europea le puso a Repsol una multa de 19,8 millones de euros por participar en un cártel con el que controló, desde 1992 hasta 2005, buena parte del mercado de derivados de hidrocarburos como cera de parafina, vasos y vasos de papel, neumáticos y sustancias químicas.

Por la gravedad de los hechos, el caso fue caratulado como "la mafia de la cera". Un año después, en 2009, la firma también recibió una penalización de 5 millones de euros por dictarles a las estaciones de servicio que no son propias pero que sí tienen bandera, los precios de venta al público.

En este último caso, fue la propia angloholandesa Shell quien denunció estas maniobras. Ayer, la CNC apuntó en su nota que "ha puesto de manifiesto en sucesivos informes la falta de competencia en el sector de los combustibles de automoción en España, tras constatar incrementos significativos en el precio de los carburantes".

Sin embargo, la compañía que conduce Antonio Brufau salió a negar los detalles de la investigación al rechazar "de pleno" la existencia de "una conducta comercial restrictiva de la competencia". Repsol creció fuerte en el mundo en los años '90, cuando el menemismo le entregó la compañía YPF con sus recursos.

Así, en un país sin recursos energéticos, la española se transformó en líder del mercado de los hidrocarburos en el mundo. En abril de 2012, el Gobierno Nacional expropió el 51% de las acciones de Repsol en YPF y recuperó el manejo de la compañía.

Los españoles están en plena negociación por intentar cobrar por la pérdida de sus acciones, pero está pendiente un estudio de daño ambiental que se estima bajará considerablemente las expectativas de percibir dinero por parte de Repsol.

Y la percepción no es gratuita, ya que Repsol ha tenido en los últimos años episodios similares de daño ambiental: por caso, en octubre de 2012, el Consejo de Cataluña le impuso una multa de medio millón de euros por verter hidrocarburos al mar, frente a la localidad de Tarragona.

El derrame de naftas afectó al menos 19 kilómetros cuadrados de la costa.





FUENTE
TIEMPO ARGENTINO