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La empresa sería un excelente ejemplo de “capital constructivo” posible en…###

COBEE, un extraño caso de autonomía en el sector eléctrico


La empresa sería un excelente ejemplo de “capital constructivo” posible en Bolivia, aún en el marco de los vaivenes sociales y políticos del país…

 

EDICIÓN 105 | 2022

ENERGÍABolivia

 

La Compañía Boliviana de Energía Eléctrica (COBEE S.A.), antes Bolivian Power Co., por existir conanterioridad e independientemente de la Capitalización, se mantiene como empresa privada operando las plantas de Zongo y Miguillas, comienza señalando el análisis de Francesco Zaratti, alrededor de la Inversión Extranjera Directa (IED), en el sector energético de Bolivia.

 

Zaratti, físico, docente universitario, Investigador Emérito en el Laboratorio de Física de la Atmósfera de la UMSA y Asesor y Delegado Presidencial para la Revisión y Mejora de la Capitalización, durante el Gobierno de Carlos Mesa, analiza parte de las experiencias de “capital constructivo” en las áreas de hidrocarburos y energía en la historia económica reciente de Bolivia.

 

Destaca que las primeras inversiones en el sector de la energía, mediante capitales extranjeros y de la minería nacional, pueden datarse para comienzos del siglo XX, cuando se construyeron generadoras hidroeléctricas para cubrir la demanda de electricidad de minas y ciudades.

 

“Las primeras plantas hidroeléctricas fueron las de Landara (1902) y Cayara (1908) ambas en Potosí; Angosto de San Luis (1908) en Tarija; Achachicala (1909) en La Paz; y Durasnillo (1908) en Chuquisaca. Sucesivamente, hubo emprendimientos, privados en su mayoría, para satisfacer la demanda de electricidad a lo largo del siglo XX, destacándose la participación de la Bolivian Power Co. en el occidente del país”, dice.

 

Zaratti remarca que, sin embargo, la IED en energías tuvo un crecimiento espectacular recién en la década de 1990, gracias a la capitalización de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENDE), y de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).

 

En su criterio, el diseño de la Capitalización permitió atraer capitales de gran envergadura a Bolivia, sin necesidad de vender activos, gracias al compromiso de la empresa capitalizadora de invertir el monto de la capitalización en mejorar y ampliar las operaciones de las empresas asegurando que de ese modo, a partir de la capitalización de ENDE se crearon tres empresas eléctricas de capital mixto: Guaracachi, Valle Hermoso y Corani y el capital fue de origen estadounidense.

 

DEL CASO COBEE

 

Refiere que la Compañía Boliviana de Energía Eléctrica (COBEE S.A.), antes Bolivian Power Co., posee y opera diez plantas hidroeléctricas en el valle del río Zongo, cuatro plantas hidroeléctricas en el valle del río Miguillas y, hasta 2019, operó también una planta termoeléctrica en la ciudad de El Alto.

 

Indica que fue establecida en 1925 para la generación y transmisión de electricidad en el occidente de Bolivia (La Paz, Oruro y Potosí), al margen de los sistemas aislados de minas y poblaciones que existían hasta entonces.

 

“Entre 1941 y 1942, la empresa se enfocó en el desarrollo del oriente boliviano, por su potencial hidrocarburífero y agroindustrial, lo que posibilitaría el desarrollo de la generación eléctrica, la vinculación caminera y el desarrollo industrial del agro”, agrega.

 

Relata que recién el 9 de febrero de 1962 se crea la Empresa Nacional de Electricidad Sociedad Anónima (ENDE S.A.), con el objetivo de estudiar, construir y operar plantas eléctricas, lo que dio lugar al inicio de la integración eléctrica en el país, y la construcción de la planta hidroeléctrica de Corani.

 

Añade que a mediados de 1970, ENDE se enfocó en estudios de dos proyectos hidroeléctricos: Rositas, en el departamento de Santa Cruz, y Misicuni, en el departamento de Cochabamba.

 

“…la empresa cumple una función económica y social importante para el desarrollo del país, está desde hace un siglo en el país actuando de manera transparente…”

 

“En 1980 ENDE y COBEE dan impulso al Sistema Interconectado Nacional (SIN), operando un mismo sistema eléctrico; sin embargo, con la implementación del D.S. 21060, del 29 de agosto de 1985, el sector eléctrico entra en crisis”, precisa Zaratti.

 

En este marco recuerda que el proceso de capitalización atrae en 1995 capitales de IED en tres empresas que pertenecían a ENDE: Corani, Valle Hermoso y Guaracachi y que, contemporáneamente, se privatizan los servicios de distribución y transmisión.

 

Acota que, finalmente, el año 2012, el Estado Plurinacional de Bolivia decide expropiar las acciones que posee la sociedad IBERBOLIVIA, en las empresas ELECTROPAZ, ELFEO S.A, CADEB y EDESER, precisando que, sin embargo, COBEE, por existir con anterioridad e independientemente de la Capitalización, se mantiene como empresa privada operando las plantas de Zongo y Miguillas.

 

En este marco evalúa las características del capital privado internacional de COBEE, en cuanto empresa privada que sigue generando hidroelectricidad e invirtiendo en plantas, al margen de los vaivenes de ENDE.

 

Zaratti indica que de los datos recabados para esta investigación integrada al libro denominado El capital constructivo, La inversión extranjera en Bolivia, una recopilación realizada por Fundación Milenio, se desprende que el capital accionario de COBEE pertenece a un grupo internacional de inversores con sede en los EE.UU. y que la empresa actúa con total autonomía en Bolivia.

 

“A lo largo de su centenaria historia, COBEE ha realizado inversiones mediante IED, especialmente en los comienzos de su actividad, reinversiones de utilidades casi en su totalidad y colocación de Bonos en la Bolsa de Valores boliviana alcanzando un patrimonio de USD 250 millones”, dice.

 

Agrega que COBEE S.A. no cotiza en Bolsa, debido a su naturaleza de Fondo de Inversiones, pero remarca que sí cuenta con el aval de Fondo, coloca bonos y está sometida a auditorías locales, internacionales y corporativas por prestigiosas firmas del ramo.

 

El empleo que genera COBEE es estable y duradero; con escasa presencia de expatriados (casi siempre para proyectos específicos de corto término); cuenta con sindicato y la planta ejecutiva es mayoritariamente nacional. Reconoce que, debido a la crisis de comienzo de siglo y al achicamiento de las actividades de la empresa, hubo una reducción del personal (de 215 a 155 empleados), pero afirma que se privilegió los empleos técnicos y los altos salarios.

 

“En cuanto a los aspectos financieros, la empresa no contribuye a las RIN porque no exporta, pero tampoco transfiere utilidades al exterior, sino que las reinvierte, junto a la emisión de bonos en la Bolsa”, subraya la investigación de Zaratti.

 

Hace notar que COBEE es regulada por cuatro entidades: “la Autoridad de Electricidad y Energía Nuclear (AEEN) por el rubro en que se desenvuelve; la ASFI por ser emisor de Bonos; el Ministerio de Hidrocarburos y Energía en temas ambientales, al igual que por la Secretaría de Medio Ambiente de la Gobernación de La Paz”, reconociendo que esa cuádruple regulación genera conflictividad en el cumplimiento de las normas y sobre todo incrementa los costos de transacción.

 

Asegura más adelante que COBEE se autodefine como una empresa “limpia” en cuanto al cuidado del ambiente y acota que sus centrales son híbridas, de potencia modesta individualmente, de paso con cascadas lado del río (que reutilizan el agua de las centrales más elevadas) y con pequeñas represas naturales, de modo que pueden generar casi 190 MW efectiva en Zongo y 20 MW en Miguillas.

 

“En resumen, en el caso de COBEE se colige que la empresa cumple una función económica y social importante para el desarrollo del país, está desde hace un siglo en el país actuando de manera transparente; generando empleos, impuestos, inversiones y tecnología; capacitando a su gente y buscando disminuir la conflictividad mediante protocolos estrictos y programas de relacionamiento social con las comunidades involucradas en sus actividades. En suma, estamos ante un excelente ejemplo de capital constructivo, posible en Bolivia, aún en el marco de los vaivenes sociales y políticos del país”, concluye afirmando el investigador.

 

…la IED en energías tuvo un crecimiento espectacular recién en la década de 1990, gracias a la capitalización…”