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LITIO: NUEVO ESTADO DE SITUACIÓN


Juan Carlos Zuleta Calderón (*)
Luego de la inauguración de tres plantas piloto (dos de cloruro de potasio en Uyuni y Coipasa, y una de carbonato de litio en Uyuni) en los últimos 8 meses, y a poco tiempo de la llegada desde China de la planta piloto de baterías de litio construida por una empresa especializada en materiales (no baterías) de tales sistemas avanzados de almacenamiento energético, con gran despliegue mediático se ha intentado demostrar que la estrategia de industrialización de los recursos evaporíticos de Bolivia es todo un éxito. La realidad es, sin embargo, muy distinta a los deseos de quienes han estado a cargo desde hace poco más de 5 años de uno de los desafíos más importantes de la historia de nuestro país y han fallado a la confianza del Gobierno y el pueblo boliviano.



Como la claridad es un bien escaso en el proyecto piloto resulta difícil saber cuáles son sus verdaderos avances. Lo que sí se ha podido evidenciar son los retrasos y las dificultades que ha tenido que enfrentar en materia tecnológica.


Ahora parecería que apunta a empezar a producir algo así como 12 toneladas métricas al mes de cloruro de potasio de calidad desconocida que resultan insignificantes frente a las 1.000 que debía producir desde hace por lo menos un año y medio. Y ni hablar de las 40 TM de carbonato de litio que habrían sido relegadas a un segundo plano y con pronóstico de producción reservado.


Tampoco se sabe nada de la fabricación de cátodos de litio acordada con el consorcio de Corea del Sur Kores-Posco que al parecer quedó paralizada luego del impasse que surgió el año pasado cuando el Gobierno decidió no aceptar el pago por el uso de la patente descubierta con las salmueras entregadas a título gratuito y sin que medie compromiso alguno por parte de los surcoreanos. Esto explica el interés por inaugurar cuanto antes la planta piloto de baterías de origen chino que aparece como un pésimo “Plan B” porque nadie sabe de dónde se proveerá del carbonato o hidróxido de litio “grado batería” necesario para operar. Atrás va quedando también el cliché del esfuerzo “100% estatal”, por cuanto el proyecto piloto cuenta desde hace varios años con personal extranjero, a partir del año pasado un contingente de especialistas japoneses se encuentra investigando métodos alternativos de explotación de litio en el Salar de Uyuni y en meses recientes la gerencia de evaporíticos habría empezado a recibir asesoramiento técnico alemán especializado para producir cloruro de potasio.


Tampoco se sabe nada de la fabricación de cátodos de litio acordada con el consorcio de Corea del Sur Kores-Posco

Entretanto, continúan las tendencias favorables para el litio en el contexto mundial en virtud de los tres factores identificados por mí desde mediados de 2008: precios altos de petróleo, desarrollo tecnológico dinámico de baterías de litio y una resistencia cada vez menor a la propulsión eléctrica del automóvil por parte de gobiernos, empresas y consumidores.


En estas circunstancias, el país habría perdido una oportunidad de oro para posicionarse en un mercado que seguirá creciendo a pesar de la crisis económica en Europa permitiendo la consolidación de productores de litio mineralizado que más temprano que tarde incentivarán la aparición de sustitutos del metal más liviano de la tierra en el mercado clausurando por siempre las aspiraciones de Bolivia de convertirse en el centro energético del planeta.


(*) Economista con maestría en Economía Agrícola y Aplicada de la Universidad de Minnesota, Saint Paul, Estados Unidos y estudios de doctorado en Economía en la New School for Social Research, Nueva York, Estados Unidos. Tiene una larga trayectoria como analista de la economía del litio con publicaciones en diferentes periódicos y revistas del país y del exterior.


...a partir del año pasado un contingente de especialistas japoneses se encuentra investigando métodos alternativos de explotación de litio en el Salar de Uyuni...”