La Reserva Nacional de Flora y Fauna Tariquía ha comenzado a transitar el dilema del extractivismo vs la sobrevivencia; un drama que soportan muchas de las áreas ricas en recursos naturales y desprovistas, al mismo tiempo, de la protección del Estado.###

TARIQUÍA, el dilema del extractivismo vs la sobrevivencia

 

EDICIÓN 70 | FEBRERO 2019

 

Raúl Serrano

 

La Reserva Nacional de Flora y Fauna Tariquía ha comenzado a transitar el dilema del extractivismo vs la sobrevivencia; un drama que soportan muchas de las áreas ricas en recursos naturales y desprovistas, al mismo tiempo, de la protección del Estado.

 

La Reserva tiene una cantidad importante de especies de plantas registradas en alguna categoría de amenaza…”

 

 

Antes que el gas fue la madera. Los tarijeños lograron en 1989 la creación de la Reserva Nacional de Flora y Fauna Tariquía (RNFFT) para evitar la excesiva extracción de madera de la zona. Exigieron proteger la flora y fauna, regular los caudales hídricos, en las cuencas del Río Bermejo y el Río Grande Tarija, y planificar el uso racional, sostenido y sistemático de los recursos naturales renovales existentes en le área.

Esta demanda fue elevada a rango de ley en 1992 pero no resolvió suficientemente el problema y ahora los comunarios de la zona tienen otro problema: la exploración del gas por parte de YPFB y Petrobras. Todo el mes de febrero estuvo alborotado por las repercusiones del ingreso de las empresas petroleras a la zona para cumplir contratos de exploración y extracción de hidrocarburos en las áreas de San Telmo Norte y Astillero, que son zonas protegidas.

El Gobierno aprobó en abril de 2018 tres contratos de exploración y extracción de hidrocarburos en las áreas de San Telmo Norte y Astillero, remarcando que se trataba de una política de Estado para encontrar reservas hidrocarburíferas y mejorar las reservas de gas para el consumo interno y la exportación. Lo hizo amparado en el Decreto Supremo No 2366 que autoriza actividades de exploración en dichas áreas protegidas.

CUIDADORES DE BOSQUES, NO SOMOS

El vicepresidente, Álvaro García Linera, quien para muchos analistas confiere contenido a las políticas de Gobierno, considera que el extractivismo continúa siendo necesario para el país. Dijo, hace algún tiempo, que para países como Bolivia, Ecuador, Perú, Sud África, países del Sur; la fase extractivista se presenta como algo temporal para generar condiciones materiales, sociales, médicas y tecnológicas que permitan pasar a otra fase social, dejando claro que el ingreso a zonas protegidas es parte de esta visión y no una mera agresión a los ecosistemas.

“Los críticos del extractivismo le hacen el juego a USAID que pretende convertirnos en cuidadores de bosques; hay que superar esta tendencia que afecta a la madre tierra y lo haremos con tecnología, con conocimiento, con mejores condiciones productivas que emerjan de esta fase de transición”, dijo en el marco de la Cumbre del G-77 más China que se realizó en Bolivia en 2014.

De ese entonces al presente, la política hidrocarburífera del Gobierno se ha caracterizado por una crítica contundente a la economía verde que según García Linera es “una hipocresía planetaria”, mientras los críticos al Gobierno, como Marco Gandarillas del Centro de Documentación e información de Bolivia (Cedib), sostienen que el Decreto Supremo 2366; más que promover el desarrollo integral del país busca convertir las áreas reservadas en áreas de explotación intensiva, en franca agresión a preceptos medioambientales.

DE LA RESERVA NATURAL

La Reserva Natural de Flora y Fauna de Tariquía (RNFFT), está dentro del departamento de Tarija en el municipio de Padcaya, conteniendo a las comunidades Volcán Blanco, Chillahuatas, Motovi, Pampa Grande, Potrerillos y San Pedro, cuya actividad económica más importante se concentra en la producción de miel de abejas, al amparo de la Asociación de Apicultores de esta Reserva y, en la carpintería.

Fue creada con el objetivo de proteger la flora y fauna del lugar; regular los caudales hídricos, en las cuencas del Río Bermejo y el Río Grande Tarija; y planificar el uso racional, sostenido y sistemático de los recursos naturales renovables existentes en el área, al ver el ingreso indiscriminado de madereros a la zona que alteró la propia producción artesanal de ventanas, puertas, cercos y puntales de los comunarios.

La región, que existía ignorada del interés global sobre sus recursos naturales hasta hace no mucho tiempo; tenía una economía de subsistencia de sus bosques y de su propio sistema productivo tradicional en base a la cría y engorde de animales, además de la siembra de maní y maíz y por supuesto la pesca en los ríos. Los comunarios consideran que el ingreso de maquinaria y personal foráneo, bajo la determinación de explotar yacimientos hidrocarburíferos, alterará su convivencia pacífica, sus ingresos y ni siquiera generara desarrollo en la región.

Para muchos de los que han testificado procesos extractivos en las zonas rurales del país, el saldo no ha sido precisamente el progreso sino la explotación irracional de personas, de los recursos y de todo el ecosistema; lo que más allá de un manejo político de la situación, por parte de sectores opositores y del mismo Gobierno, demanda una lectura integral, según algunos expertos.

LA MIEL

La producción de miel a cargo de la Asociación de Apicultores de la Reserva de Tariquía (AART), es una iniciativa que cuenta con apoyo estatal con la idea de dar una respuesta económica a los habitantes de esta Reserva, de acuerdo al Movimiento Regional por la Tierra y, de esta forma, lograr de alguna manera una “compensación” o indemnización de respuesta de la RNFFT a sus pobladores por los servicios de monitoreo y protección realizados de manera conjunta.

Según la propia Asociación, esta nace para canalizar recursos tanto del Estado como de la cooperación, para cumplir el objetivo de conservación de la RNFFT y mejorar la calidad de vida de los pobladores que habitan una zona de caminos de herradura para comunicación interna y donde hasta el uso de caballos para el transporte es complicado especialmente en épocas de lluvia.

La Miel de Abeja de Tariquía tiene todas las certificaciones de ley, el posicionamiento del lugar de origen como marca y ha sido objeto de varios premios por la característica multifloral del bosque y la especie de la abeja que habita esta región, según el estudio de caso del Movimiento Regional por la Tierra; sin embargo, los productores, que son los comunarios, no han logrado hasta el momento superar su economía de subsistencia. Tampoco la gestión de la madera les ha permitido mejores condiciones de vida.

El temor visible es que con el ingreso de las petroleras, en busca de recursos hidrocarburíferos, la situación de precariedad se agudice por lo que podría ser la destrucción del hábitat natural de las abejas, descompensando toda iniciativa dirigida a favorecer la vida en esta región.

Da la impresión que las normas de la modernidad; que continua llegando de manera heterogénea a nivel global y con el discurso de mejorar la calidad de vida de las personas, amerita una revisión de fondo y de forma. Por el momento, el conflicto entre el Gobierno de Morales y una fracción sin poder de comunarios rurales en el departamento de Tarija, ha comenzado a desatar sus propios demonios en la senda marcada por el dilema del extractivismo vs la lucha por la sobrevivencia.

 

“…la explotación irracional de personas, de los recursos y de todo el ecosistema…”