El parque tiene ingentes recursos naturales pero no oculta proyectos en materia de hidrocarburos.

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Kaa Iya, un área protegida CON INTERVENCIÓN HIDROCARBURÍFERA

EDICIÓN-57 | ENERO 2018

 

El parque tiene ingentes recursos naturales pero no oculta proyectos en materia de hidrocarburos. La zona es una riqueza escondida: especies animales únicas transitan a paso lento en medio de cactus, bromelias y un importante gasoducto; acompañadas por el trinar de los pájaros…

 

Raúl Serrano

 

Vsibilizar uno de los parques naturales más importantes de Bolivia y Sud América fue la apuesta deRosa Leny Cuellar, la bióloga que trabaja más de 20 años en el Kaa Iya, con la premisa de que “solo se ama lo que se conoce”. Ella es la directora de este parque y la persona que inició los contactos con Daniel Alarcón Arias, el fotógrafo español quien, finalmente, logro su objetivo: mostrar el parque a través de imágenes muchas veces inenarrables con las palabras.

 

El trabajo de visibilizar especies en extinción e incluso de aquellas que se creía habían perecido, junto a increíbles potencialidades de la flora en un territorio como El Chaco boliviano; fue largo y difícil, cuentan los protagonistas que consiguieron el auspicio de la empresa española Técnicas Reunidas y del Ministerio de Hidrocarburos para mostrar el parque.

 

ESPECIES EXTINGUIDAS

 

Daniel Alarcón Arias, que fotografió este ecosistema único en Sudamérica por espacio de ocho años, sostiene que en el parque “siempre vas a encontrar algo diferente que surge de acuerdo a la temporada del año”. Refiere, en este marco, al Chancho Solitario, un emblema para quienes estudian especies extinguidas y que, sin embargo, se encuentra en el corazón del Chaco boliviano.

 

“Me costó trabajo dar con él”, dice al remarcar peripecias para encontrar a este animalito importante por el número reducido de su especie y por lo poco catalogado que se encuentra en la propia región del Chaco sudamericano.

 

El Chancho Solitario, junto al Guanaco, hacen parte de las peculiaridades del Kaa Iya; por donde ellos transitan tranquilamente. “Se saben protegidos”, dice Cuellar al destacar lo fácil que resulta, incluso, fotografiar a especies como los jaguares.

 

Leny Cuellar dice que el Gran Chaco ofrece innumerables oportunidades científicas y académicas, aunque en la actualidad presenta una ambivalente dualidad: parcialmente explorado, casi virgen en amplias zonas de Bolivia y con serios problemas ambientales, en el resto de su geografía.

 

Sin embargo, recalca que la zona resguarda pumas, jaguares, “gatos menores”, ranas y monos de distintas especies, en medio de sendas plagadas de cactus, bromelias y el gasoducto al Brasil; escuchando el sonido de las aves y el croar de las ranas.

 

RESPONSABILIDAD CON EL MEDIO AMBIENTE

 

Oscar Terceros, Gerente de Operaciones de la empresa española de servicios petroleros Técnicas Reunidas, que tuvo a su cargo la puesta en marcha de la Planta Separadora de Líquidos Gran Chaco, también en esta región; remarca que el apoyo a esta iniciativa tiene que ver, fundamentalmente, con la responsabilidad de la compañía frente al medio ambiente, parte vital de los trabajos que realizan precisamente en esta zona.

 

“Difundir las maravillas del Chaco es un compromiso corporativo social medioambiental”, remarca Terceros en medio del diálogo propiciado con la directora del parque y Daniel Alarcón Arias, el fotógrafo catalán con cursos en el IEFC (Instituto d´Estudis Fotográfics de Catalunya) y que reside en Bolivia desde el año 2007, retratando, precisamente, los diversos parque naturales en el país

 

ECOSISTEMAS PROPIOS

 

El Parque aglutina gran parte de los ecosistemas propios de esta región del Continente; como son los ecosistemas de Bosque Xerofítico bien drenado, además de otros tipos de bosques chaqueños pluvioestacionales de transición, bosques secos decíduos y xerofíticos, en terrenos con poco drenaje.

 

Alberga, asimismo, el Bosque Semisiempreverde de transición al Cerrado o Bosque Chiquitano, con presencia de palmares (Copernia alba) en terrenos salinos, matorrales bajos xerofíticos y pastizales de inundación estacional, según un informe de La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), fundada en 1948 para nuclear y alentar la conservación y la diversidad de la naturaleza y asegurar que cualquier uso de recursos sea equitativo y ecológicamente sostenible.

 

La UICN viene aportando estudios sobre el nuevo rol de las áreas protegidas de América Latina y el Caribe en los últimos 20 años, y su trabajo ha permitido reconocer los retos de compatibilizar los objetivos de conservación de la biodiversidad de las áreas protegidas con las necesidades de desarrollo de las comunidades locales, y así aportar en los procesos de reducción de la pobreza.

 

Según Jorge Banegas Franco, jefe de protección del Kaa Iya, este parque “solo muestra su riqueza cuando quiere y no cuando los curiosos quieren ver”. Lo que ofrece el lente de Navarro y los otros fotógrafos que capturaron la belleza de este parque es, en efecto, un tesoro.

 

DE LA POBLACIÓN

 

La UICN indica que dentro del parque habitan aproximadamente 8000 pobladores distribuidos en 25 comunidades Izoceñas-Guaraní, 126 habitantes repartidos en dos comunidades Chiquitanas y 230 habitantes de la comunidad Ayorea, remarcando que el patrón de asentamiento en el Parque es esencialmente “periférico”.

 

“Muchos de los asentamientos alrededor del área tienen una relación directa con ella en lo que se refiere al uso de recursos naturales. En la zona de amortiguación externa del Área, los centros urbanos más importantes son Charagua, San José de Chiquitos, Roboré, y Pailón”, sostiene al destacar que la región es, sin duda, reservorio natural de una importante diversidad de recursos genéticos, tanto silvestres como modificados por el hombre (culturas indígenas chiriguanas).

 

Conocerlo es introducirse en paisajes inusualmente hermosos y potencialmente llenos de vida vigorosa, resistente, a pesar de sus extremas condiciones climá- ticas. Como dice Rosa Leny Cuellar, “es habitar un ambiente lleno de sutilezas y poderes que permite vislumbrar la fortaleza que tuvo algún día la naturaleza sobre la humanidad”.

 

LAS AMENAZAS

 

Para la UICN, las amenazas más serias sobre el parque provienen principalmente de las actividades hidrocarburíferas; prospección sísmica en los Bañados, perforación petrolera en Ustarez y el Gaseoducto Bolivia – Brasil, seguida por la expansión de las fronteras agrícolas y propiedades ganaderas; la caza furtiva con fines comerciales y los desvíos de las aguas del río Parapeto para fines agropecuarios.

 

Esta precisión arranca debido a la construcción del gasoducto Gas TransBoliviano S.A., que transporta gas a Brasil, pasando por el corazón de esta área. Las obras de este gasoducto se iniciaron en 1997 y estuvo plenamente operativo a partir de 2010, abasteciendo el 15% de la demanda de gas del vecino país.

 

Sin embargo, autoridades del sector han señalado recientemente que dicha zona “es una muestra de cómo la actividad hidrocarburífera puede convivir con la Madre Tierra de manera sostenible y sustentable”, y han dado varias muestras del apoyo a dicho Parque.

 

El ministro de Hidrocarburos, Luis Alberto Sánchez dijo que: “Se tuvo la capacidad de poner trancas petroleras con YPFB para que, a la reserva, no entren cazadores, los que deforestan y talan, de tener un mayor manejo del parque, de que Yacimientos aporte recursos para dar mejores condiciones e ítems para los guardaparques”.

 

En esta línea, la autoridad sostuvo que YPFB tiene una clara normativa para apoyar las actividades dirigidas a la conservación de la naturaleza y asegurar un uso sostenible de los recursos naturales, precisamente en las áreas donde tienen operaciones, en la línea de incorporar, además, principios para abordar procesos de reducción de la pobreza.

 

LA APERTURA DE LAS ÁREAS PROTEGIDAS

 

En mayo de 2015 el Gobierno promulgó el Decreto Supremo 2366 de Apertura de las Áreas Protegidas a la Actividad Petrolera en Bolivia, para flexibilizar los obstáculos a la actividad hidrocarburífera, al amparo del numeral 19 del Parágrafo 11 del Artículo 298 de la Constitución Política del Estado, que establece que las áreas protegidas son competencia exclusiva y responsabilidad del nivel central del Estado.

 

En este marco, se oficializó el ingreso de YPFB al Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Kaa-Iya del Gran Chaco, también conocido en habla guaraní como: “Amos del Monte”, y caracterizado como uno de los más importantes del planeta, por los recursos naturales que ostenta y, por ser, al mismo tiempo, una de las zonas hidrocarburíferas, con mayor cantidad de biodiversidad.

 

La presentación del libro fotográfico “Kaa Iya del Gran Chaco, Amo del Monte”, del fotógrafo Daniel Alarcón Arias, con auspicio de la empresa española Técnicas Reunidas y del Ministerio de Hidrocarburos y YPFB, visibiliza las características de la flora y fauna de este parque, poco usual por sus ingentes y peculiares recursos naturales.