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EDICIÓN-55 | NOVIEMBRE 2017

Nuestra entrevistada grafica la gestión que concluye como un estado de “Gran Transición”, con una clara reconfiguración del sector de energía tanto por el ingreso de nuevas tecnologías así como por la digitalización…

1 Como presidenta del Comité Boliviano del Consejo Mundial de Energía y miembro del Comité de Estudios del WEC (WEC´s Studies Committee), ¿cómo evalúa la gestión que concluye, en términos de desempeño del sector?

La gestión que concluye es parte de lo que el Consejo Mundial de Energía denomina como la Gran Transición en la que hay una reconfiguración del sector de energía tanto por el ingreso de nuevas tecnologías así como por la digitalización y optimización de los procesos, también por la incertidumbre en los precios y el mayor poder del consumidor.

En el contexto de América Latina y el Caribe los aspectos más críticos que han mantenido a líderes de energía preocupados han sido prioritariamente tres; la desaceleración económica regional. Hemos visto por ejemplo a la principal economía de Sudamérica, Brasil, en recesión durante 2015 y 2016 y con una leve recuperación este año. El segundo aspecto de preocupación es el precio de las materias primas el cual al finalizar 2017 tiene un cierto repunte y estabilización en un rango que oscila entre los $us 50 y 60 por barril en el último bimestre. Entre enero y noviembre el mismo osciló entre los $us 43 por barril que fue su punto más bajo en junio y los $us 58 al final de noviembre. Como tercer punto de preocupación de los líderes están los eventos climáticos extremos. Hemos tenido un año con muchos eventos climáticos cuatro veces más que en gestiones anteriores poniendo especial énfasis en los huracanes los cuales han generado daños estructurales en el suministro de energía. Tal vez el ejemplo más preocupante es el de Puerto Rico que va tomar al menos un año para retomar la normalidad.

En los puntos que se ha estado trabajando e invirtiendo más recursos ha sido en la eficiencia energética, la revisión de los subsidios de energía y una gran preocupación sobre la política estadounidense sobre la región. Si bien hasta ahora no ha habido efectos concretos, la elección del presidente Trump ha puesto este punto en la agenda de los gestores.

En la evolución de Bolivia podemos partir por un hecho positivo que es el que haya tenido el mejor crecimiento económico de la región y que a pesar de haber disminuido su ritmo, éste continúa siendo positivo.

En lo relacionado al precio de las materias primas compartimos el escenario global y estamos expectantes a ver si esta estabilización del petróleo va mantenerse en ese rango.

En cuanto a la ejecución de proyectos ha sido un año con muchos desafíos, hubo cambios importantes en la normativa y se ha trabajado intensamente en darle dinamismo al sector y al mismo tiempo optimizar y controlar los costos.

Los números oficiales sobre el desempeño de las inversiones aún están en ejecución y no han sido comunicados pero podemos ver que la producción de gas que comenzó el año con una variación importante, principalmente por un tema de demanda, en el promedio del año ha quedado con un 6% menor a la de 2016 con una media diaria de 53.7 millones de metros cúbicos, con datos a junio.

2 Usted ha asegurado que la industria de los hidrocarburos es una industria cíclica, acostumbrada a momentos de altas y baja, ¿la presente crisis de los precios bajos se proyecta más larga que las anteriores?

Si bien es muy difícil proyectar los precios del petróleo, podríamos inferir que el ciclo de precios bajos está llegando a su nivel de equilibrio y en apariencia podría estabilizarse entre los $us 50 y 60. El consenso de los analistas es que debería haber una lenta recuperación para quedar entre $us 60 y 70 en el mediano plazo.

3 La crisis ha afectado sobre todo el desempeño de inversiones en exploración de hidrocarburos, en este marco, ¿la industria de los hidrocarburos en América Latina ha resultado más golpeada que en otras latitudes?

Según datos de la consultora McKinsey Analysis, a escala global las inversiones Capex en petróleo y gas han disminuido en más de $us 100 mil millones entre 2015 y 2016 (de 500 a 400 mil millones), aunque hubo una pequeña recuperación en 2017 hay una evidente afectación al upstream fruto de la caída de los precios.

América Latina es un productor de gas y petróleo por lo tanto el impacto también ha sido notorio. En cuanto al número de equipos de perforación (rigs) en actividad en la región se redujo a la mitad entre 2014 y 2017 tanto onshore así como en offshore.

4  ¿Cómo observa la situación del sector en Bolivia?

El país se encuentra en un momento de grandes desafíos en materia energética: buscar generar exploración intensiva, consolidar un inventario de reservas para un horizonte de largo plazo y negociar contratos para consolidar mercados más allá de la próxima década. Estos tres objetivos son centrales y necesarios, existen recursos, el país tiene el potencial y las condiciones para tener éxito en superar estos desafíos y conseguir un ambiente favorable para el crecimiento del sector.

5 En términos generales y pese a la crisis, ¿los hidrocarburos gozan de buena salud?

En un proceso como este siempre han habido empresas que terminan golpeadas, fusionadas, vendidas, también hay otras que salieron fortalecidas. Los ciclos en este sector marcan en muchos casos un antes y un después, pero la industria sigue y seguirá por muchas dé- cadas. La población mundial continuará creciendo y sus necesidades energéticas también, por ende esta dinámica continúa y se necesita empresas para el desarrollo de estos proyectos.

6 Ha sido reconocida recientemente con el premio a la excelencia empresarial, ¿un gran cierre de añopara su persona?

Sin duda un premio siempre es un estímulo gratificante. Por eso estoy muy agradecida a la Escuela Europea de Negocios y también muy agradecida con los miembros de mi equipo de trabajo en la Cámara Boliviana de Hidrocarburos y Energía, los cuales con su trabajo profesional, son los que realmente hacen posible que nos destaquemos a nivel internacional.