En el marco de un trabajo silencioso, dos jóvenes biólogos aportan con nueva información sobre la historia natural de la “Viudita” (Diglossa carbonaria), una especie de ave endémica que habita en la zona de los valles de Bolivia.

###

ANOTE: Ave “la viudita”, NUEVO REGISTRO PARA VALLEGRANDE

EDICIÓN-54 | OCTUBRE 2017


En el marco de un trabajo silencioso, dos jóvenes biólogos aportan con nueva información sobre la historia natural de la “Viudita” (Diglossa carbonaria), una especie de ave endémica que habita en la zona de los valles de Bolivia. Un tema para contarlo y considerarlo…

 

Vesna Marinkovic U.

 

Dos investigadores bolivianos estudian a la “viudita o pinchaflor boliviano”, una especie de ave endémica en la región de Vallegrande y Comarapa, en el marco de una evaluación ecológica y poblacional, apoyada por la Academia Nacional de Ciencias de Bolivia-Departamental Santa Cruz (ANCB-SC), en la línea de promover la investigación y la conservación de aves endémicas en el país.

 

ENERGÍABolivia conversó con Anahí Cosky Paca Condori y Miguel Angel Montenegro Ávila, los dos jóvenes investigadores y biólogos de profesión, que participan en esta investigación y forman parte del 7mo Taller de Proyectos de Investigación, en el marco del programa de la ANCB-SC.

 

La “viudita o pinchaflor boliviano”, recibe el nombre científico de “Diglossa carbonaria”, dice Cosky Paca Condori al precisar que se trata de una especie endémica de los valles de La Paz, Cochabamba, Santa Cruz y Potosí, que se alimenta del néctar de las flores, perforándolas en su base, sin entrar a la condición de depredadora o polinizadora. También se alimenta de algunos insectos.

 

Se trata de una especie de ave paseriforme de la familia Thraupidae que vive en Sudamérica. Hasta el momento, se sabe que la fecha de reproducción de estas aves se iniciaría en los meses de octubre o noviembre, de acuerdo al registro de los investigadores.

 

SOBRE LOS INVESTIGADORES

 

Anahí Cosky Paca Condori es potosina de nacimiento y formada en Santa Cruz, Bióloga de profesión con una maestría en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en Ecuador, en el tema de Biodiversidad en Áreas Tropicales y su Conservación, y realizó su tesis de licenciatura sobre la vocalización de las aves (con el canto que estas emiten), y de maestría en parásitos sanguíneos en Colibríes. Le gusta lo que hace, trabajó en diferentes proyectos de investigación relacionados a ecología, aves y conservación, y ahora es asociada “ad honorem” del museo Noel Kempff Mercado y también del museo de historia Natural Alcides D´Orbigny de Cochabamba.

 

Anahi Cosky Paca Condori trabaja con Miguel Ángel Montenegro Ávila, egresado y titulado de la carrera de Biología de la universidad Autónoma Gabriel René Moreno quien, desde hace tres años, viene trabajando con aves y también es investigador asociado del museo Noel Kempff Mercado. Montenegro ha realizado algunas consultorías esporádicas en esta área poco reconocida y, probablemente, con escaso mercado laboral aunque de significativa importancia para el desarrollo de la fauna y flora, el medio ambiente y el ecosistema en general.

 

LA FUNCIÓN DE LAS AVES

 

Ambos que como otros observadores de aves se denominan “pajareros” nos cuentan de las distintas funciones de las aves en el ecosistema: controladores de plagas (aves que se alimentan de roedores, insectos, reptiles, etc.) y recicladores de materia (aves que se alimentan de animales muertos).

 

Incluyen, dentro de estas funciones, la de polinizadores, bioindicadores y diseminadores de semillas, que son parte de los procesos de germinación y producción de plantas en bosques, plazas y jardines, que conforman el patrimonio natural del país y que, en muchos casos, está siendo afectado por situaciones de deforestación, pasturas, incendios, desarrollos urbanísticos y/o proyectos de la industria extractiva en general.

 

ESPECIE DESCONOCIDA

 

Los investigadores sostienen que Bolivia, como un país megadiverso, cuenta con alrededor de 1.435 especies de aves identificadas. Montenegro también explica que de la “Diglossa carbonaria” aún se desconoce la historia natural en el portafolio de las 16 especies de aves endémicas existentes en el país y que ahí radica la importancia de su investigación, pues se traduce en un aporte a los estudios de la Ornitología, que es precisamente la rama de la biología que estudia a las aves.

 

Miguel Ángel Montenegro Ávila habría sido el primero en registrar esta especie en la región de Vallegrande, base para la investigación en curso.

 

Él explica que la región de Vallegrande y Comarapa, donde realizan esta investigación, es pródiga en distintas especies de aves donde destacan el cóndor andino (Vultur gryphus), matorralero boliviano (Atlapetes rufinucha), rayo de sol (Aglaeactis pamela), y la misma “Viudita” (Diglossa Carbonaria), entre más de 150 especies.

 

Ambos consideran que con esta investigación se está realizando un aporte al registro de aves en Bolivia, especialmente en los valles cruceños. Las características de “la viudita o pinchaflor boliviano”, que no es el conocido picaflor o colibrí, hablan de un ave con la punta del pico curvo que perfora la base de las flores tubulares para “robar” el néctar.

 

Indican que se trata de una especie con migración altitudinal que habita entre los 2500 y 4000 m.s.n.m., en el marco de lo que seguramente grafica un encuentro científico entre ellos y las aves que observan en medio de silencios, cánticos y rutinas de vida silvestre. Es un ave que, dependiendo de la temporada, puede estar presente en una determinada altura, pero este es un fenó- meno del cual aún no se tiene mucha información, afirman asegurando sin embargo que es característica de toda la región de los valles en Bolivia.

 

…la “Diglosa Carbonaria” es aun desconocida en el portafolio de las 16 especies de aves endémicas existentes en el país”

 


Se trata de una investigación subvencionada por la ANCB-SC y se encuentra a la mitad de su desarrollo y el propósito de los investigadores es aportar con conocimiento en la difusión de esta especie endémica y contribuir a la formalización de los “nuevos registros” sobre la especie en el país. Ambos biólogos buscan poder clarificar las características puntuales de la “Diglossa carbonaria”: un pajarito de color negro y plomo, colores que le habrían valido también el calificativo de “viudita” por los comunarios de la Siberia (Comarapa), y que presenta rasgos marcadamente territoriales.

 

La idea es aportar con el rol que estos “individuos”, fáciles de observar según la temporada, cumplen en todo el ecosistema, su forma y tiempo de reproducción en relación a las características que presenta el nido, los huevos y el cuidado parental de los mismos; así como su aporte al estado actual de la especie en el departamento de Santa Cruz. Dicha investigación será de alta significación para una futura evaluación de la especie a nivel nacional.