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El área metropolitana de Houston, la cuarta mayor de Estados Unidos y con una economía que se coloca entre las 25 más ricas del mundo, está inundada y sigue lloviendo. El impacto del huracán Harvey, el más potente que azota Texas desde Rita en 2005, también se hará sentir en el resto del país. Dos de los mayores puertos del continente están cerrados este lunes y el 15% de la capacidad de refinado de petróleo en EE UU está suspendida.

Las petroleras están empezando a hacer una evaluación de daños. Texas es un nodo vital en la infraestructura energética de EE UU, con cerca del 30% de la capacidad de refinado. Harvey también forzó el cierre temporal de las plataformas de extracción de petróleo y gas natural en el golfo de México. Se calcula que el 22% de la capacidad de producción en la región está suspendida.

La mayor refinería de EE UU está localizada en Port Arthur, propiedad de Saudi Arabian Oil y tiene capacidad para producir el equivalente a 600.000 barriles diarios de combustible. ExxonMobil opera en Baytown, la segunda mayor, que procesa 560.000 barriles. Hay una decena de refinerías fuera de servicio en Houston, Galveston y Corpus Christi que producen 2,2 millones de barriles, que incluyen instalaciones de Shell, Valero, Citgo y Petrobras.

Todo ese combustible se transporta utilizando oleoductos o por barcos. Harvey provocó el cierre del puerto de Houston, el segundo mayor del país tras el de Luisiana, en Nueva Orleans. También está fuera de servicio el de Corpus Christie, el sexto más importante de EE UU y clave también para el transporte de energía. Juntos mueven 319 millones de toneladas, el equivalente al 14% de todos los puertos de la nación.

El impacto inmediato fue de un incremento del 5% en el precio de las gasolinas, pero el alza puede ser mayor si las refinerías tienen daños que obliguen a prolongar la suspensión. La prueba a la que está sometiendo Harvey a la industria, por tanto, es real y puede afectar también a las exportaciones. En el caso del precio del barril del petróleo, la situación permitirá aliviar el exceso de oferta.

Efecto en la gran ciudad

Si las anteriores catástrofes naturales como KatrinaRitaIke o Issac sirven de referencia, el impacto de Harvey en el mercado de la energía se notará durante dos semanas. Después los precios a pie de manguera suelen bajar con rapidez, conforme el combustible vuelve a entrar en el sistema. La temporada de huracanes. Hay 23 semanas de gasolina en las reservas.

La tempestad Sandy, que azotó Nueva York hace cinco años, demostró, sin embargo, lo que cuesta recuperar las zonas más afectadas de una gran ciudad, donde los trabajos de reconstrucción continúan. Aún es pronto para tener una valoración de daños, porque todos los efectivos se concentran en las labores de rescate y de atención a las personas necesitadas. Se calcula que hay 30.000 personas que necesitan cobijo.

La economía del área de Houston se estima en medio billón de dólares. Uno de cada cinco condados en Texas está afectado. Las compañías aseguradoras empezarán a desplegar sus “tropas” a mediados de la semana. Pero como indican desde la aseguradora Farmers, las televisiones no pueden mostrar la cantidad de casas que van a tener durante días niveles de agua que llegan a la altura de la encimera de sus cocinas.

Valoración de daños

Los cortes de luz y de las comunicaciones impiden a los afectados entrar en contacto con las aseguradoras para hacer sus reclamaciones. La gran dificultad es que la mayoría de los hogares no tienen pólizas para inundaciones, por lo que la asistencia tendrá que llegar del fondo federal para catástrofes, que acumula un negativo de 25.000 millones y solo puede soportar 6.000 millones en el presupuesto actual, que expira el 30 de septiembre.

Cada evento catastrófico es diferente, por eso los expertos evitan hacer comparaciones. Katrina provocó daños por valor de 108.000 millones. Las aseguradoras recibieron reclamaciones por 48.000 millones. La inundación que siguió al huracán era de otra naturaleza, porque reventaron los muros de contención en Nueva Orleans. Con Harvey las lluvias siguen 96 horas después y el daño está más extendido. La recuperación será aún más compleja.

Las primeras estimaciones anticipan un coste superior a los 30.000 millones de dólares, aunque esa cifra es conservadora y dependerá del tiempo que dure la crecida de las aguas. Las proyecciones más pesimistas multiplican esa cifra por tres, con lo que se colocaría como la segunda mayor catástrofe por delante de Sandy. Se estima que aproximadamente una tercera parte de las pérdidas estarán aseguradas, frente a la mitad en Katrina.

FUENTE: EL PAÍS