Si se logra resolver el problema del almacenamiento de la energía solar y eólica, en un futuro se podrá  depender menos de la energía proveniente del gas y el petróleo, aseguró categórico Jeffrey Callard, profesor asociado en la Escuela Mewbourne de Petróleo e Ingeniería Geológica de la Universidad de Oklahoma, en diálogo con la revista ENERGÍABolivia.

Sin embargo, Callard es un convencido de que la presencia de los combustibles fósiles en la matriz energética global tiene para rato. Él afirma que “viéndolo desde la perspectiva petrolera, esto puede tomar mucho tiempo y me animaría a decir que unos 200 años”, acotó al remarcar que por el momento y pese a considerar un declive constante de la demanda de energía proveniente de los combustibles fósiles, la dependencia hacia estas fuentes de energía continúa siendo importante.

Si bien reconoce que hasta hace unos cuantos años atrás la dependencia del hombre frente a los combustibles fósiles era del cien por ciento, no deja de señalar que actualmente podríamos estar dependiendo apenas un 20 por ciento menos, debido a la irrupción de las energías alternativas como la eólica o la solar. Piensa que paulatinamente se irá reduciendo la dependencia hasta probablemente llegar a un 10 o 15 por ciento, pero, reiteró que este tránsito será marcadamente lento.

En esa línea, considera que el mundo no corre el riesgo de quedase sin reservas hidrocarburíferas, fundamentalmente porque paulatinamente habrá menos demanda para el uso de estos combustibles en la generación de energía, debido a la incidencia de fuentes renovables. Por tanto, asegura que debido a esta especie de complementariedad entre las fuentes fósiles y las alternativas, no habrá agotamiento de las reservas de gas y petróleo.

Desde una perspectiva auspiciosa para los combustibles fósiles, remarcó que si bien en este escenario ya no se puede hablar objetivamente de un monopolio de estos en la matriz energética global, tampoco es posible pensar que su ciclo ha concluido, pese a toda la presión existente en su contra a consecuencia del cambio climático del que prefirió no comentar.

Su lectura es que pese a todos los esfuerzos que se vienen haciendo en materia de sustituir la matriz energética por combustibles menos dañinos al medio ambiente, los combustibles fósiles no han dejado de ser extremadamente importantes en la generación de energía por lo que está convencido de que la industria de los hidrocarburos gozará de muy buena salud por mucho tiempo. En esta línea sacó a colación las virtudes del gas, por ejemplo, en cuando a inmediatez para el consumo humano, sobre todo frente a la variabilidad que implican las energías alternativas.

En esta línea recordó también los esfuerzos que se vienen haciendo por apostar a la energía nuclear en la idea de solventar la matriz energética global con menos consecuencias para el cambio climático pero dijo que al momento las iniciativas al respecto no han sido todo lo satisfactorias que se esperaban y además destacó que por lo menos actualmente hay sectores como el de la aviación que aun deben funcionar en base al gas y al petróleo. Cerró sus apreciaciones remarcando que en este escenario la presencia de las renovables es apenas algo tangencial.

FUENTE: EL DÍA 
AUTORA: VESNA MARINKOVIC