La petroquímica es una de las opciones más adecuadas para la industrialización del gas puesto que ésta le confiere un valor agregado significativo además de constituirse en la base para la industria química, indicó a ENERGÍABolivia, el ex ministro de Hidrocarburos y Energía, Álvaro Ríos Roca. ###

¿Petroquímica estructurada?, un debate “off the record” en el país


Vesna Marinkovic U.


La petroquímica es una de las opciones más adecuadas para la industrialización del gas puesto que ésta le confiere un valor agregado significativo además de constituirse en la base para la industria química, indicó a ENERGÍABolivia, el ex ministro de Hidrocarburos y Energía, Álvaro Ríos Roca.

Asimismo, sostuvo que cuando se tiene excedentes muy grandes de gas y se tiene consolidada la venta del energético, como sería el  caso de Bolivia, lo más adecuado es entrar a procesos de industrialización puesto que es posible compensar el alto precio de la energía con el bajo precio que se necesita para transformar el gas a un producto petroquímico, por ejemplo. “El caso de Bolivia es  precisamente ese, estamos vendiendo gas a muy buen precio y estamos dando impulso a la petroquímica”, dijo Ríos como parte del  análisis que se viene haciendo sobre la industria del gas en Bolivia.

PETROQUÍMICA ESTRUCTURADA

Si bien Ríos considera que la decisión de implementar la Planta de Urea y Amoniaco en el Chapare es una decisión geopolítica ya  cerrada, por parte del Gobierno, no dejó de expresar que lo ideal habría sido ubicarla en Puerto Suárez, próxima a la frontera con el Brasil.

Al mismo tiempo, agregó que habría sido mejor concebir la industrialización del gas, a partir de un complejo petroquímico refiriendo que en Puerto Suárez se tenía el gas disponible,  sobre todo la proximidad del acceso a Brasil para sacar los productos terminados.

Ríos señaló que esto habría permitido, además, concebir la transformación del gas, a partir de una idea de petroquímica estructurada  que supone pensar en una gestión integrada de la producción de los derivados del gas como son la urea, el amoniaco y el metanol para después armar productos mayores en la cadena de valor de la petroquímica.

“Ahora, con esta dispersión, son dos plantas aisladas sin ninguna visión de complejo petroquímico a futuro”, dijo en alusión a la  postura del Gobierno que argumentó que la ubicación de la Planta de Amoniaco-Urea, en Bulo Bulo, provincia Carrasco del departamento de Cochabamba, tenía el propósito de “cerrar asimetrías” tradicionalmente existentes entre los departamentos  productores de hidrocarburos en el país.

La afirmación fue vertida en Santa Cruz por el presidente de YPFB Corporación, Carlos Villegas en el marco de la presentación del  Programa de Inversiones 2013 YPFB Corporación, cuando justificó la ubicación de este proyecto dirigido a inaugurar la industrialización de los derivados del gas en Bolivia, a partir de la petroquímica, a un costo de $us 843.9 millones.

Villegas señaló que como parte de la estrategia del actual Gobierno, se está buscando dar oportunidad de desarrollo a todos los departamentos del país, en particular a aquellos que son productores de hidrocarburos, como Cochabamba, Santa Cruz y Tarija.

FACTIBILIDAD

Sobre la factibilidad del proyecto, Ríos indicó que este es un tema que no se podrá ver si no de aquí a 10 años tiempo cuando se estaría en condiciones de establecer si es posible evacuar los productos. Aseguró que, por el momento, es prematuro adelantarse a los acontecimientos.

Sin embargo, remarcó que no debería preocupar el tema de mercado, especialmente por que el vecino Brasil es deficitario en términos de productos petroquímicos.

Asimismo, indicó que Brazil sigue con una importante expansión agrícola lo que estaría garantizando la demanda hacia los productos  petroquímicos de Bolivia.

Ríos no dejó de señalar que, por el momento, el proyecto petroquímico de urea, anunciado por el Gobierno, no cuenta con un estudio  de factibilidad para su localización y que al parecer se habría priorizado la variable política antes que la económica en la concepción del mismo.

UN PROYECTO DE LARGA DATA

Según Roberto Tapia Quiroga, con más de treinta años de experiencia en la industria del petróleo, la industrialización del gas en Bolivia, no es una empresa sencilla. En este marco, trajo a colación los esfuerzos que se hicieron desde los años 70 a cargo de YPFB, para tratar de implementar la petroquímica, mediante el proyecto de polímeros que no pudo cristalizarse a lo largo de 20 años.

“Este proyecto, asignado a Bolivia mediante el Pacto Andino, finalmente fue desechado”, recuerda Tapia a tiempo de mencionar otra iniciativa instalada en la localidad de Warnes, por la firma Petroquímica Boliviana S.A., con el propósito de producir fertilizantes nitrogenados, a partir del gas natural.

“Esta firma fue la pionera de la industria petroquímica en Bolivia, sin embargo, su puesta en marcha fue imposibilitada por contradicciones surgidas en lo referente al precio del gas y ha trascendido que, finalmente, la planta fue desmantelada y trasladada al Perú”, indicó Tapia.

Considera que en la implementación de una planta petroquímica, es importante tomar en cuenta las diferentes dificultades que ella conlleva: el mercado, el transporte-especialmente en atención a la situación de mediterraneidad del país-, además de fuertes inversiones.

Asimismo, indicó que la legislación vigente, orientada a la represión de los compuestos denominados precursores de la fabricación de drogas o estupefacientes, que dificulta el manejo de toda clase de solventes y otros productos similares, entre los cuales figura el metanol, es otro impedimento al desarrollo de la petroquímica.

INCENTIVOS

Tapia Quiroga señaló que, en el marco de los esfuerzos realizados por el actual Gobierno, en dirección a la industrialización del gas,  se debería considerar la aplicación de incentivos como liberar al gas de todo pago adicional, además de una rebaja de regalías departamentales y promover la participación de empresas petroquímicas privadas de reconocida experiencia para asegurar la viabilidad económica de los proyectos, a tiempo de reducir los montos de inversión por parte del Estado.

Explicó que actualmente la Ley 3058 otorga ciertas ventajas a los proyectos de industrialización como ser la rebaja de aranceles de importación, pero, no efectúa concesiones en cuanto a las regalías e impuestos del gas de insumo, pese a establecer un precio preferencial del 50% para la industrialización dentro del territorio, aspecto que deberá ser reglamentado, ya que supone una disminución de regalías departamentales e IDH.