Después de algunos días de incertidumbre sobre la situación de la venta de gas natural boliviano a la Argentina, todo parece haber retornado a su cauce normal luego de que el embajador de ese país en Bolivia, Norberto Álvarez, anunciara que su país continuará comprando este combustible, más allá de la compra confirmada de GNL a Chile.

Si bien la confirmación de la compra de GNL a Chile por parte de Argentina suscitó varias posturas y un cruce de información no todo lo completa que se hubiera querido, lo más concreto al respecto es que el gas boliviano sigue siendo el combustible más barato para Argentina, pero, está claro que no se puede obviar la ya rutilante presencia del GNL en América del Sur y tampoco la importancia de aumentar nuestra reservas, para evitar situaciones de infarto.

Si bien al momento algunas proyecciones de las exportaciones de gas desde Estados Unidos pueden ser revisadas a la baja, este país sigue camino a convertirse en un exportador neto de gas, contribuyendo al incremento significativo en el comercio global de este hidrocarburo en los próximos años e incidiendo de manera notable en el mercado latinoamericano.

En este marco, los países de la región se convierten en un mercado potencial para captar el auge de las exportaciones de gas estadounidense en dirección a reducir costos de electricidad, mejorar la seguridad energética y generar energía más limpia, según algunos informes del BID que en 2015 ya señalaban que las ventajas de este combustible no disminuyen sus proyecciones optimistas en el largo plazo.

En esta línea, las perspectivas a corto, mediano y largo plazo del GNL a nivel mundial siguen siendo también altamente auspiciosas y de manera particular el de Estados Unidos. Según BP para este año la oferta de GNL tenía previsto crecer 19 mil millones de pies cúbicos (bcf) por día durante los próximos años, y gran parte de los analistas consideran que Estados Unidos tiende a convertirse en el principal exportador de GNL del mundo, considerando que el mercado total de exportación prevé crecer un cincuenta por ciento en 2035.

En febrero de este año la Agencia Internacional de Energía hizo gala de un informe positivo a favor del estado de situación del GNL, compartiendo el criterio de que las exportaciones de este combustible representaran gran parte del crecimiento de exportaciones en 2040 aunque por el momento queda ver el desempeño de estas proyecciones. 

Lo fundamental para Bolivia, uno de los proveedores importantes de gas natural en la región, es no ceder espacios al GNL. Sin embargo, está claro que esto tiene que ver con el estado de la inversión externa en un escenario deprimido de precios y, entre otros factores, con una estrategia gubernamental coherente con su rol de productor de gas en un contexto difícil y complejo.

Por el momento, está claro que la Argentina debe aprovisionarse de gas, especialmente en invierno, y que Bolivia debe cumplir sus compromisos de venta a este vecino país en condiciones cuando al parecer ya no es posible hablar de “mercados cautivos de gas”, y más allá de la conveniencia de precios de nuestro combustible frente al GNL. Por tanto, lo importante parece ser tomar decisiones inteligentes en un entorno donde el comercio global del gas no ha dejado de crecer, en medio de una demanda imparable de combustibles fósiles.

FUENTE: EL DIA

AUTORA: VESNA MARINKOVIC