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La industria de los hidrocarburos está en situación de “reacomodo”, después del derrumbe de los precios del crudo, en junio de 2014.

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LEA: Cautela y reacomodos en la INDUSTRIA HIDROCARBURÍFERA

EDICIÓN-47 | MARZO 2017


La industria de los hidrocarburos está en situación de “reacomodo”, después del derrumbe de los precios del crudo, en junio de 2014. Hay indicadores que señalan que 2017 será el año del resurgimiento del petróleo, aunque la tendencia es a mostrar perspectivas más bien moderadas a nivel general.

 

ENERGÍABolivia

 

Por el momento y si bien la OPEP pronosticó un descenso en el su perávit de suministros de petróleo este año y está poniendo de su parte para reducir la oferta, el panorama general no resulta del todo optimista. Con todo, la organización considera que “una contínua normalización de las políticas monetarias, que indica una mejora de las condiciones económicas, junto con la reciente cooperación histórica entre productores de dentro y fuera de la OPEP, debería ayudar a traer la necesaria estabilidad al mercado petrolero.”

 

Si bien la mayoría de las compañías del sector se muestran “cautas” en el análisis de las perspectivas de los precios del crudo, hay lecturas que señalan que 2017 será un mejor año para esta industria que da la impresión de estar en “situación de despliegue”, después de un “repliegue” complejo y complicado como en efecto han sido los más de dos años de crisis motivada por el derrumbe de los precios del petróleo.

 

Todos los expertos coinciden en señalar que para industrializar el gas es necesaria la certificación de reservas”.

 


¿ESTABILIDAD DE LARZO PLAZO?

 

El nuevo contexto de precios internacionales del crudo parece haberse estabilizado en torno a los U$S 50-60 el barril y, aunque muy por debajo de los precios anteriores a la crisis, este año se observa una dinámica de mayor optimismo en el sector, pero, como ocurre después de toda crisis, los desafíos son más grandes también.

 

Según el secretario ejecutivo de ARPEL, Jorge Ciacciarelli, la nueva realidad energética regional está marcada fundamentalmente por tres factores: uno de ellos es, precisamente, el nuevo contexto de precios internacionales de los hidrocarburos fósiles; la competitividad que están alcanzando las energías renovables y, por último, los compromisos asumidos por los países en la COP21, con respecto a mitigar los efectos del cambio climático.

 

En diálogo con la revista ENERGÍABolivia dijo que frente a esta realidad la industria de los hidrocarburos en la región está mostrando señales de crecimiento en términos de inversiones en exploración y aumento de la producción y que en esta nueva realidad energética, uno de los principales desafíos de la industria consiste en atraer el flujo de inversiones necesario para desarrollar el potencial geológico, tanto en el onshore como en el offshore, en campos maduros y en no convencionales; remarcando la importancia de eficientizar sus procesos.

 

Se mostró optimista con México y afirmó que la reforma energética de este país está abriendo las puertas al sector privado y aumentando los niveles de inversión y actividad. También destacó las habilidades de Colombia por hacer más eficientes sus operaciones y ampliar sus fronteras hacia el off shore; las de Brasil en materia de desarrollar el pre-sal y sus campos maduros; así como la estrategia de Argentina, para el desarrollo de sus yacimientos tight, no convencionales y off shore. Promotor de la Conferencia ARPEL 2017 que se realizará el mes de abril en Punta del Este Uruguay, Ciacciarelli afirmó que desde ARPEL se promueve la mejora de la competitividad de América Latina como foco de atracción de inversiones, fomentando la transparencia, una adecuada fiscalidad, la innovación y la capacitación de los recursos humanos.

 

Sin embargo, no dejó de reconocer que “los desafíos que enfrenta la humanidad en esta realidad de cambio climático y la necesidad de restringir las emisiones de carbono son de una magnitud extraordinaria.” Ergo, los hidrocarburos fósiles mantienen su reinado aunque probablemente como nunca antes deben enfrentar presiones significativas para regular sus procesos de gestión.

 

¿REACOMODO?

 

En Bolivia, un país considerado el mayor exportador de gas de la región, la situación no parece ser diferente pese a que su economía se expandió a 4.9 por ciento al primer trimestre de 2016, liderando hasta finales de año el crecimiento económico de la región. Algunos ejecutivos de empresas del sector consideran que “la industria ha comenzado a sentir los efectos del derrumbe de precios” y lo dicen con un énfasis que no se había advertido hasta inicios de este año.

 

Se ha empezado a reconocer que cuando caen los precios, caen directamente los ingresos de las compañías productoras o de los Estados, como es el caso concreto de Bolivia como productor de gas, opinan algunos. La observación puntual es que las compañías que proveen los servicios no necesariamente han bajado sus tarifas, porque todavía es un tema que tiene que ir desacelerándose, y los sueldos de las personas no están asociados a los precios del petróleo por lo que las estructuras de costo de las compañías de servicios, las compañías de construcción, de los que perforan pozos, y de las estructuras de costos, siguen siendo las mismas de antes de la crisis.

 

Esta situación estaría hablando de un desfase en función de las subidas y caídas de los precios del petróleo en espera de un “reacomodo” de la industria a esta nueva realidad mientras se observa que varias empresas, principalmente de servicios al sector petrolero, están atravesando por situaciones difíciles y complejas al punto de haber cerrado algunas de ellas. Todo este proceso está siendo entendido como “una crisis concreta del sector energético”, acaso el más golpeado de la agenda productiva del país.

 

El tema de exploración es un tema en ciernes en Bolivia. En la percepción de algunas operadoras y empresas de servicios, el Gobierno ha realizado importantes esfuerzos por incentivar la exploración pero manifiestan que la Ley de Incentivos se ha quedado “corta.” Sin embargo, hay sectores, incluso al interior de algunas operadoras, que reconocen la dificultad de flexibilizar las condiciones a un punto que al Gobierno le resulte “políticamente incorrecto”, en un país que presenta uno de los modelos contractuales más duros del ámbito petrolero, por lo menos de la región.

 

..el Gobierno boliviano ha realizado importantes esfuerzos por incentivar la exploración pero manifiestan que la Ley de Incentivos se ha quedado “corta”…”

 

 

LAS PREMISAS BÁSICAS

 

Como un retorno cauteloso a las premisas básicas de la industria de los hidrocarburos, algunos analistas del sector indican que si bien es imposible hacer proyecciones en materia de precios -una variable definitoria para la estabilidad del sector, sí es posible pensar que finalmente habrá una ecuación límite a nivel de precios en la producción del crudo.

 

En este marco, consideran que tanto las compañías como los Estados que producen estos recursos, tendrían un tiempo limitado para producir a pérdida y que al momento de caer la producción, el mercado comenzaría a hacer lo suyo, en base a la ley de la oferta y la demanda que, en primera y última instancia, acomoda y equilibra la situación tanto de producción como de precios.

 

Dentro de esta dinámica, hay quienes consideran que las energías renovables son, por ahora al menos, poco efectivas y sobre todo caras, especialmente en un escenario de precios bajos del petróleo, ratificando la ventaja de los combustibles fósiles en la generación de energía. Sin embargo, capítulo aparte parece merecer en esta lectura el sector de la hidroelectricidad, especialmente en Bolivia.

 

En efecto, si bien resulta extraño escuchar opinar sobre hidroeléctricas dentro de las empresas petroleras, hay algunos actores que la consideran altamente significativa, especialmente para la exportación de energía a países vecinos. Ergo, la hidroelectricidad se presenta como un capítulo por desarrollar, más allá de las recurrentes observaciones a su impacto ambiental.

 

Claramente, la coyuntura en el sector energético es difícil en términos generales pero al mismo tiempo no deja de ser desafiante en general. Por el momento, todas las compañías están contrayendo sus costos y sus inversiones porque objetivamente han caído sus ingresos. Aseguran que el tiempo de los despidos ha pasado y que se está entrando a un tiempo de reacomodo del sector, en medio de una coyuntura con muchas incertidumbres.