La combustión generada por el diésel está comenzando a ser cuestionada en varias ciudades de Europa.

Se aduce que termina siendo un contaminante importante y está echando por tierra argumentaciones en dirección contraria que mostraban que sus emisiones eran menos peligrosas que las de otros combustibles.

Según investigaciones realizadas hace algún tiempo por el Institut de Ciènces de la Terra Jaume Almera, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), de España, el diésel resulta ser uno de los combustibles fósiles que contamina hasta cuatro veces más que la gasolina, lo que ha movido a tomar  regulaciones en varias ciudades europeas.

Lo que terminaría afectando la calidad del aire a partir de la circulación de movilidades a diésel sería la combustión de este combustible fósil. El humo, producto de esta combustión, contiene cientos de compuestos químicos emitidos en fase gaseosa o fase particulada. Se indica que los principales productos gaseosos son dióxido de carbono (CO2), oxígeno, nitrógeno, y vapor de agua.

Sin embargo, la característica más importante de las emisiones del diésel es que se producen partículas en una proporción 20 veces superior a la de los motores de gasolina, lo que haría de este combustible un producto cuyas emisiones afectan notoriamente la calidad del aire. Las partículas están compuestas de carbono elemental, compuestos orgánicos absorbidos por el gasoil y el aceite lubricante, sulfatos del azufre del gasoil y trazas de componentes metálicos que, según las investigaciones de CSIC, lo convierten en un generador importante de emisiones.

Estas constataciones han provocado sorpresas y con ellas algunas prohibiciones para la circulación de movilidades a diésel que se han puesto en marcha este año en algunas ciudades de Europa como Oslo, Noruega, generando cierto malestar entre los propietarios de movilidades a diésel. La Organización Mundial de la Salud (OMS), ha informado que el humo diésel es cancerígeno para los humanos pues contendría más de 40 sustancias calificadas de peligrosos contaminantes del aire, por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA).

Cynthia Bojanic, ingeniera química con maestría en gestión y prevención del medio ambiente, reafirma que en Europa y en Noruega, de manera particular, se está tratando que para el 2025 ya no haya autos en base a combustibles fósiles como el diésel o gasolina, remarcando que por ello están trabajando con todos los prototipos eléctricos. Hizo notar que en Bolivia desde el año 2005 se ha prohibido la importación de vehículos livianos a diésel, disminuyendo con ello las probabilidades de emisiones en el país.

Por el momento, tanto Bojanic como Diego Rojas a cargo de cargo de la Red de Monitoreo de la Calidad del Aire – Red MoniCA, del Gobierno Autónomo Municipal de Santa Cruz de la Sierra (GAMSC) coinciden en que para elaborar una regulación que prohíba la circulación de vehículos, independiente del tipo de combustible que se utilice, primero se debe tomar en cuenta los datos de calidad del aire y que, por el momento y en lo que respecta a Santa Cruz, que ostenta un importante crecimiento de su parque automotor, la calidad del aire oscila entre buena y regular, gracias a la topografía y a las condiciones climáticas que presenta.

Rubén Rivero Gallardo, responsable de Tráfico y Transporte del GAMSC, considera que de seguir el crecimiento acelerado del parque automotor, la calidad del aire no dejará de presentar riesgos y exhortó a trabajar en la consolidación de soluciones alternativas de transporte masivo como las ciclovías, trenes subterráneos y también un manejo adecuado de las vías existentes para la circulación de los micros.

Por el momento, en Bolivia el debate sobre si contamina más un vehículo a diésel que su equivalente de gasolina, no ha comenzado de manera formal. Las opiniones de algunos expertos son aún dispares al respecto aunque hay datos sobre el fortalecimiento de la institucionalidad ambiental, por lo menos en Santa Cruz de la Sierra. Con todo, el tema requiere de un análisis riguroso.

FUENTE: EL DIA

AUTORA: VESNA MARINKOVIC