Prepararse para la cuarta revolución industrial, ha sido uno de los temas que ha marcado la agenda de la Reunión Anual de 2017 en Davos, realizada todos los años a fines de enero. Los otros temas de agenda hicieron énfasis en la necesidad de alcanzar una mayor colaboración mundial, revitalizar el crecimiento económico y reformar el capitalismo.

Según el creador del Foro de Davos, Klaus Schwab "La cuarta revolución industrial, no se define por un conjunto de tecnologías emergentes en sí mismas, sino por la transición hacia nuevos sistemas que están construidos sobre la infraestructura de la revolución digital (anterior)".

Las argumentaciones del foro en torno a este nuevo tema de agenda refieren que, en realidad, “las transformaciones actuales no representan una prolongación de la tercera revolución industrial, sino la llegada de una distinta”, caracterizada por una velocidad sin precedentes y que estaría repercutiendo en casi todas las industrias del mundo global.

Estamos hablando del reinado de las nanotecnologías, neurotecnologías, inteligencia artificial, de  sistemas de almacenamiento de energía y, entre otras tecnologías de punta, de impresoras 3D y drones que ya son parte de nuevos procesos en la industria, en las empresas e incluso en el mundo académico.

Lo que el Foro de Davos ha intentado dejar en claro es que si bien esta tecnología está cambiando la forma de hacer y pensar las cosas, también podría acabar con varios millones de puestos de trabajo, principalmente en los países con mayor grado de industrialización.

Más allá de que algunos expertos consideren que los propios avances tecnológicos serán los encargados de crear nuevos empleos, también es cierto que las nuevas habilidades no serán necesariamente parte de los nuevos desempleados del siglo XXI. Es decir, habrán legiones de desempleados sin las herramientas necesarias para entender el “know how” de los oficios creados por la denominada cuarta revolución industrial.

El Foro de Davos, que ha concluido señalando que “el mundo tiene un nuevo rey” en la figura del presidente de China, Xi Jimping, quien ha realizado una defensa puntual de la globalización, de las ventajas del mercado, remarcando su disponibilidad por invertir en todos aquellos países donde no lo haga Estados Unidos; no ha dejado de mostrar que sigue siendo el sitio donde el poder mundial se reúne para poner en escena sus directrices, sus apuestas y a veces también sus incertidumbres.

Por el momento, cómo encarar la denominada cuarta revolución industrial es una de las directrices de Davos que habla del esfuerzo que tendrá que hacer la comunidad global por adaptarse a los nuevos cambios tecnológicos y adquirir las habilidades necesarias para hacer frente a las transformaciones en un mundo con nuevas narrativas y donde, al parecer, ¿la pelota está en la cancha de los empresarios, pese a los quiebres de la globalización? Estamos transitando por un mundo extraño, no hay duda.

FUENTE: EL DÍA 

AUTORA: Vesna Marinkovic