Debo insistir en que la situación de las energías renovables y el acceso energético en zonas rurales no conectadas a la red en Bolivia no es un tema que amerite mucha discusión en los foros energéticos. Sin embargo, algunos colectivos importantes lo están haciendo; tal es el caso de Energética, un instituto fundado en Cochabamba el año 1993 para promover el mejor y mayor uso racional de la energía en Bolivia.

Miguel Fernández, su director, sostiene que los avances en esta materia se han activado notoriamente este último tiempo y que ello ha implicado el desarrollo de parques eólicos, fotovoltaicos, centrales hidroeléctricas y geotermia. Asegura, en esta línea, que la implementación de estudios sobre biomasa para generación de electricidad a gran escala también están avanzando de manera vertiginosa.

Él coincide con otros expertos en que, de manera particular, dos fuentes denominadas “alternativas” se privilegian en este avance: la solar y la eólica. Mientras que la hidráulica continuaría posicionándose para llegar a ser una de las principales fuentes de generación de electricidad en Bolivia. En relación a la geotermia asegura que, de momento, está confinada al desarrollo del proyecto de Laguna Colorada en el occidente del país.

Desde el punto de vista del acceso a la electricidad se podría decir que, de manera semejante, hay un incremento sostenido de la cobertura rural, aunque Fernández  precisa que existen importantes grupos de población dispersa que aún no ha sido atendida y que tienen muy pocas posibilidades de acceder a la electricidad bajo formas convencionales como la extensión de la red eléctrica.

En base a datos de la Autoridad de Electricidad se puede ver que efectivamente existe un incremento en el acceso a la electricidad con red eléctrica. Sin embargo, analizando las tasas anuales de crecimiento relativo de la cobertura, Fernández hace notar que el máximo crecimiento se ha logrado el año 2014 con un 13,2% y que para el año 2015 ya se registran tasas menores de crecimiento, estipuladas en un 12,4%.

En este marco, considera que es posible que el año 2016 el crecimiento sea aun menor. Sostiene que la razón de estas variaciones es que varios proyectos de electrificación rural iniciados hace algunos años atrás han logrado su meta de conexiones y están concluyendo.

Esto hace ver que hasta que se implementen nuevos proyectos de electrificación rural, posiblemente esta tasa de nuevas conexiones tendrá un crecimiento más bien parco. Con todo y según fuentes oficiales, los proyectos de electrificación rural están recibiendo el apoyo de organismos internacionales como el BID y el Banco Mundial para reactivar, en el corto plazo, las conexiones a velocidades suficientes con la idea de alcanzar la meta del acceso universal el 2025, como precisa Fernández en la revista ENERGÍABolivia.

Por el momento, la tendencia parece señalar que aproximadamente la mitad de la población rural, sin acceso a la energía, posiblemente tenga como única opción de entrada el empleo de tecnologías descentralizadas basadas en energías renovables y principalmente fotovoltaica, además de las mini y pequeñas centrales hidroeléctricas que, en Bolivia, tendrían un potencial prácticamente inexplotado. Opciones que, sin embargo, todavía no han resuelto temas referidos a su financiamiento, monitoreo y mantenimiento adecuado en contextos rurales dispersos.

FUENTE: EL DIA 

AUTORA: VESNA MARINKOVIC