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Según el experto brasileño Edmar Fagundes de Almeida, uno de los expositores en la última jornada del Congreso de Gas y Energía, hay tres factores que cambian las condiciones en las que se debe negociar el nuevo contrato de venta de gas a Brasil. Se trata del alto riesgo para garantizar nuevas reservas en Bolivia, la incertidumbre sobre quién comprará el gas en Brasil, así como la fuerte competencia entre los gases licuado y natural en ese país.


El especialista dijo que su país necesita el gas, pero que Bolivia debe tener una nueva estrategia.

El actual contrato fenece en 2019 y Fagundes de Almeida, director de Investigación del Investigación del Instituto de Economía de la Universidad Federal de Río de Janeiro (Brasil), hizo notar que Bolivia no cuenta con la cantidad de reservas que garantice la firma de un contrato con similares características al de 1999.

Fagundes de Almeida, durante su ponencia presentada la mañana de ayer, explicó que Brasil continuará siendo dependiente del gas boliviano, lo que conlleva a una nueva firma de contrato de importación. No obstante, aclaró que las condiciones serán diferentes a las actuales porque, en primer lugar, “las reservas certificadas actuales del gas boliviano no son las suficientes” para tal renovación.

En segundo lugar, indicó que existe un alto riesgo en Bolivia para garantizar el hallazgo de nuevas reservas de gas que serán indispensables para abastecer la demanda de Brasil, que, además, tiene dudas sobre la disponibilidad de recursos económicos en Bolivia para llevar adelante los proyectos de exploración.

Por otro lado, Fagundes de Almeida dijo que en Brasil no hay la certeza sobre quién será el comprador del gas boliviano, puesto que existe la posibilidad de que, además de Petrobras —que es la que actualmente compra— se incluyan otras empresas privadas en el nuevo contrato. “Los nuevos compradores no van a asumir el riesgo relativo a la capacidad de suministro de gas en el largo plazo por parte de Bolivia”, indicó, a tiempo de advertir que Bolivia debe elaborar una nueva estrategia de venta de gas.

Por su parte, el ministro de Hidrocarburos y Energía, Luis Alberto Sánchez, durante su presentación en el evento, manifestó una postura diferente al indicar que Bolivia tiene los recursos y las potencialidades para la firma del nuevo contrato con Brasil, aunque admitió que el acuerdo será con otras condiciones.

Respecto a la certificación de reservas, dijo que no es una condición para la renegociación, que ya empezó sin que Bolivia tenga un informe elaborado por una empresa internacional, como lo establece la Ley 3740 de Hidrocarburos de agosto de 2007. El último informe de certificación fue presentado en 2013.

En este contexto, el analista y exministro de Hidrocarburos, Álvaro Ríos, considera que Bolivia debe prepararse para una nueva forma de hacer negocio con Brasil porque en ese mercado hay “cambios fundamentales”, pues Petrobras ya no será el único comprador y los precios de referencia ya no serán los mismos.

CONTRATO ACTUAL

El actual contrato de compraventa de gas entre Brasil y Bolivia establece el envío de un volumen máximo de 30,08 millones de metros cúbicos diarios (MMmcd).

Como efecto de la caída de los precios internacionales del petróleo, a los que está indexado el gas natural boliviano de exportación, Brasil pagó 5,7 dólares el millón de BTU (Unidad Térmica Británica).

FUENTE: LOS TIEMPOS