El aumento de la producción de crudo y el derrumbe de los precios del petróleo han afectado negativamente la estabilidad de Canadá.

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Canadá, DESPUÉS DEL AUGE de los shales

El aumento de la producción de crudo y el derrumbe de los precios del petróleo han afectado negativamente la estabilidad de Canadá. Después de ser el mayor proveedor de energía de Estados Unidos, este mercado le ha cerrado las puertas afectando su economía, fuertemente dependiente de las exportaciones de recursos energéticos.

 

ENERGÍABolivia

 

La situación energética de Canadá mueve al análisis. Durante los úl- timos 15 años este país sostuvo el tercer lugar en reservas de petróleo a nivel mundial, pasando de 10.000 millones de barriles en 2000, a 173.000 MMb en 2014 y es el sexto mayor productor global. En gas natural ocupa el puesto número 20 a escala mundial en reservas y es el cuarto productor global, pero, al momento enfrenta varios riesgos principalmente debido al aumento de la producción de crudo y al derrumbe de los precios del petróleo, de acuerdo a la Asociación Canadiense de Productores de Petróleo (CAPP).

 

En conjunto, se puede ver que la baja demanda de petróleo debido a la débil recuperación económica mundial, la sobreoferta de crudo en el mercado global a causa del boom de los shales en Estados Unidos y la negativa de la OPEC a ajustar su producción que la mantiene oscilante y sin superar los 50 mbpd, han llevado a Canadá a reestructurar sus planes de inversión y a reconocer que está en una situación delicada.

 

RECURSOS

 

Canadá tiene recursos prospectivos en el Ártico y en las costas Oriental y del Pacífico y cuenta con gas recuperable de baja permeabilidad en otras provincias, y se espera que su producción de petróleo se incremente de 4 mbdp en la actualidad a 5.8 mbdp en 2035. (CISAM-UNAM).

 

En materia de petróleo ligero y condensados presenta un 31%; petróleo crudo pesado 14%; petróleo regiones costa afuera, 10%; cuenca sedimentaria occidental, 18% en declive pero con posibilidades de recuperar producción. La exploración y producción mar adentro está postergada por diversos impedimentos regulatorios y legales.

 

Los hidrocarburos no convencionales en Canadá contribuyen actualmente con 56% de la producción y la tendencia es al aumento. El 98% de reservas probadas son recursos no-convencionales (arenas bituminosas; petróleo crudo sintético; petróleo y gas de lutitas; petróleo confinado (tight oil), recursos en el Ártico, etc.). Los métodos de perforación y procesamiento no-convencionales utilizados son la minería superficial, in situ y fracking. La Agencia Internacional de Energía prevé que la producción aumentará de 1.6 mbpd en la actualidad a 5.0 mbpd en 2030. (CISAM-UNAM).

 

ELECTRICIDAD Y ENERGÍAS RENOVABLES

 

En 2012, más de la mitad de la electricidad generada en Canadá provino de la hidroelectricidad. Tiene, asimismo, una producción creciente de energía eólica(6.1 GW); este mismo año se adicionaron 900 megawatts (MW) de capacidad (18% má s que en 2011). Tiene un enorme potencial solar y las principales provincias que producen energía renovable son Quebec, Columbia Británica y Ontario. (Ficha país 2015).

 

Con Stephen Harper, anterior primer ministro, se fijaron los siguientes hechos: 1984 cambio de paradigma energético; en 1988 (ALCEU) se dio luz verde a la cláusula de reparto proporcional (dependencia de exportaciones a EU) y desde 2006 se instituyó una transformación estructural que posicionó a Canadá como “superpotencia energética emergente”; sustentada en la exportación de energía como prioridad, con una gran influencia de élites dirigidas a favorecer el mega extractivismo energético principalmente en Alberta.

 

Esta política tuvo su principal oposición en posturas de izquierda, ONGs y naciones originarias y enfrentó tensiones económicas que se expresaron en un rezago de infraestructuras; desequilibrios fiscales y presupuestarios, indefinición de inversiones así como tensiones políticas, sociales y medioambientales que llevó a muchos a decir, por ejemplo, que “el fracking no es la energía limpia del futuro que estamos buscando”.

 

EL OLEODUCTO DE LA DISCORDIA

 

En este marco, la construcción del oleoducto Keystone XL que se presentó como algo vital en la línea megaextractivista de la política energética de Harper con sus 1700 millas; prometiendo transportar 800 mil bpd diarios desde Alberta hasta Texas a un costo de US $ 5.4 mil millones, ha sido rechazada por Estados Unidos, su socio mayor en largas e importantes apuestas en el sector energético. La razón mayor, más allá de la medioambientalista, es que Estados Unidos ya no requiere de los recursos hidrocarburíferos de Canadá.

 

La construcción de Keystone XL marcó un debate geopolítico. Tenía a su favor el argumento de que la máxima explotación del bitumen contribuiría a la seguridad y a la independencia energética de Canadá y de Norteamérica en su conjunto. En contra, refería que el bitumen no sería utilizado para abastecer el consumo en la región, sino para su refinación y exportación a los mercados internacionales.

 

El debate económico al respecto señalaba que la ventaja de dicho oleoducto permitiría el crecimiento económico y contribuiría a la generación de empleos bien remunerados. Como desventaja remarcaba que la dependencia, con relación a la exportación del bitumen conduciría a una economí a menos diversificada y productiva. Asimismo, refería que la naturaleza volátil del mercado petrolero global elevaba el riesgo y la vulnerabilidad de las finanzas públicas y de la economía canadiense. (CISAM-UNAM)

 

Probablemente el debate medioambiental y climático ha sido el más conflictivo en relación a este oleoducto. Las lecturas favorables indicaban (aunlo hacen), que el progreso científico y el desarrollo tecnológico harían sustentable la explotación de recursos no-convencionales (Explotació n in situ, CSC) pero estos argumentos siempre chocaron con la versión de que la máxima explotación de recursos fósiles es incompatible con la reducción de emisiones de GEI y que ocasionaría la deforestación masiva en la reserva boreal de Alberta; más allá del permanente peligro de derrames.

 

En el debate social sin bien el oleoducto se presentó como una alternativa para abatir el alto nivel de desempleo, especialmente entre la población indígena, inmediatamente se refutó que este se traducirá en una violación a los derechos de las naciones originarias y que se trataba de una ofensiva gubernamental contra las libertades democráticas de expresión y disidencia; y que se trataría de una criminalización del movimiento medioambiental y de los derechos de las naciones originarias.

 

MEGAEXTRACTIVISMOS VS PRODUCCIÓN REGLADA

 

En el marco de las elecciones federales de 2015 se intensificó el debate megaextractivismo vs producción reglada y sustentable y durante el nuevo gobierno de Justin Trudeau, los argumentos medioambientales se convirtieron en un impedimento real a la puesta en marcha de este oleoducto que, de haber sido concretado, podría ser al momento una clara “ruina romántica”, dada la autosuficiencia energética de Estados Unidos y/o facilitar la exportacion de recursos energéticos de Canadá fuera de la región.

 

Se advertía y de hecho está ocurriendo ahora, una profundización de las tensiones económicas, políticas, sociales y medioambientales generadas por la política de máxima explotación energética y exploración intensiva de Harper; una tendencia que, sin embargo, tiene muchos seguidores en varios puntos del planeta, bajo la lógica de tener las reservas necesarias para responder de manera planificada a la demanda energética global.

 

Por el momento Canadá, en el marco del derrumbe de los precios del crudo, refiere una fuerte caída de sus ingresos tributarios provinciales por bajos precios petroleros, se habla de la burbuja de carbono, se mantiene una oposición a nuevos proyectos de infraestructura energética y explotación de recursos no convencionales y hay una intensificación de protestas de naciones originarias.

 

Sin embargo, oleoductos de la catadura de Keystone XL mantienen su importancia estratégica después de que Estados Unidos se volviera autosuficiente en materia energética, llegando a prescindir de la importación energética que tradicionalmente realizaba desde Canadá. La razón estriba en que este país necesita nuevas vías para la exportación y una mayor infraestructura para llevar su materia prima a otros mercados como Europa y la China principalmente y hacer atractiva la inversión para las petroleras.

 

EL AUGE DE LOS SHALES

 

Está claro que el auge de los shales, de manera particular, ha ocasionado un remezón en la política energética de Canadá y no ha dejado de alterar la relación de buena vecindad existente con Estados Unido, aunque Justin Trudeau hubiera dicho en su reciente visita a Barak Obama que “la relación entre las dos naciones no se puede comparar con ninguna otra del mundo”.

 

Con todo, Canadá tiene problemas. De ser el mayor proveedor de energía de Estados Unidos; con más del 16% de las importaciones de petróleo estadounidenses y aproximadamente el 15% del consumo de gas natural, hoy este mercado le ha cerrado las puertas y Canadá está buscando nuevos espacios, fuera de Estados Unidos, para exportar sus recursos energéticos pues su economía depende fuertemente de sus exportaciones que además han sido duramente golpeadas por la caída en los precios del petróleo y la baja de precios de las materias primas.

 

En este marco, los canadienses están a la espera de que el gobierno de Trudeau cumpla sus promesas electorales de invertir de manera intensiva en exploración y en el desarrollo de infraestructura energética y, prioritariamente, diversificar su economía y reactivarla. Por ahora, se anuncia un aumento de sus déficits públicos en los próximos años, de acuerdo a distintas fuentes del sector que señalan que “la economía canadiense tiene dificultades para recuperarse tras la recesión mundial”. Los expertos observan que el crecimiento solo fue de 1% en 2015 y sería poco probable que mejore antes de 2019.

 

...Está claro que el auge de los shales, de manera particular, ha ocasionado un remezón en la política energética de Canadá...”