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¿CUÁL ES LA CONTRIBUCIÓN DE LA ENERGÍA al cambio climático?
La producción, generación, transporte y consumo de energía es una de las actividades que genera la mayor cantidad de Emisiones de Efecto Invernadero (GEI), siendo el origen del problema mismo que a la fecha no puede ser atendido en toda su magnitud por las diferentes instancias de Gobierno.

 

1 CAMBIO INDUCIDO POR EL HOMBRE

 

El cambio climático inducido por el hombre está directamente relacionado con la transformación surgida de la revolución industrial. La aparición de nuevas fuentes de energía basadas en la quema de combustibles fósiles y el crecimiento de las áreas urbanas, junto con las necesidades directas e indirectas de suelo que ello supone, originaron una transformación sin precedentes del entorno, con impactos en el delicado equilibrio del sistema climático.






 

 

 

2 TEMPERATURA MEDIA

 

La acumulación de gases de efecto invernadero desde entonces nos ha llevado a superar la concentración de 400ppm de carbono en la atmósfera por primera vez en 2013, haciendo cada vez más difícil mantener la temperatura media de la superficie terrestre a un nivel que no exceda en más de 2ºC la temperatura media de la era preindustrial.







 

3 GARANTIZAR EL ACCESO

 

La energía representa hoy alrededor del 40% de las emisiones globales totales y, en países industrializados, puede suponer entre el 60 y el 70%. Es, de hecho, la primera causa en el origen del problema. Garantizar el acceso a formas básicas de energía para toda la humanidad de modo que no se incrementen las emisiones de gases de efecto invernadero son dos de los grandes retos que afronta la humanidad en el siglo XXI.






 

 

 

4 ESCENARIOS DE EMISIÓN

 

Así, en los escenarios de emisión que presenta el Grupo 1 del IPCC en su 5º Informe de Evaluación, se apunta la necesidad de que las emisiones originadas por la quema de combustible fósiles alcancen su máximo histórico alrededor de 2020 y que tanto el sector eléctrico como el residencial sean neutros en emisiones en el año 2080.







 

 

5 UN CLIMA DIFERENTE

 

Ahora bien, un clima diferente significa también necesidades energéticas y condiciones para el correcto funcionamiento de los sistemas energéticos distintas a las actuales. Implican muy probablemente cambios en las puntas de demanda del sistema eléctrico, incrementos en el consumo para refrigerar y minoración de las necesidades de calefacción.







 

 

6 MODELOS CLIMÁTICOS

 

Pero los modelos climáticos aventuran también cambios significativos en el régimen de precipitaciones y un incremento de los fenómenos meteorológicos extremos. La consecuencia práctica puede ser, por un lado, alteraciones significativas en la disponibilidad de agua, lo que ocasionaría dificultades para la generación hidroeléctrica, o para la refrigeración de calderas u otras infraestructuras de generación.








 

 

7 CONOCER Y EVALUAR LOS RIESGOS

 

Por otro, un incremento notable de las presiones meteorológicas a las que se vean sometidas las instalaciones de todo tipo, incluidas las redes de transporte, aumentan su vulnerabilidad ante fenómenos e inundaciones, vendavales o golpes de mar más intensos. Son impactos que también pueden afectar a instalaciones eólicas o modificar los rendimientos de instalaciones solares. Es, por tanto, importante que el sector energético se acostumbre a conocer y evaluar preventivamente los riesgos a los que su negocio puede quedar expuesto, en función de los modelos climáticos.


 

 

Fuente: http://www.transicionenergeticaycc.org/web/es/cambio-climatico/como-afecta-el-cambio-climatico-al-sistema-energetico/