América Latina ha comenzado a debatir el acceso a la energía en las zonas rurales donde vive aproximadamente el 70 por ciento más pobre de la población mundial con el propósito de universalizar el acceso a la electricidad principalmente vía las energías renovables. Esto está ocurriendo justo cuando el escenario de bajos precios del petróleo refiere una reestructuración del sector vinculado a la extracción de combustibles fósiles lo que probablemente también pueda leerse como un signo de que algo está cambiando en la industria más poderosa del planeta como en efecto lo es la de los hidrocarburos.

Por el momento, decir que bajo el concepto de Aldeas Inteligentes ha surgido la idea de ofrecer un “marco unificador” que sea lo suficientemente flexible como para permitir vías de desarrollo diferentes, mejorar la vida de los pobladores rurales y contribuir a un crecimiento nacional e internacional equilibrado. Sin embargo, el concepto está actualmente en fase de evaluación y afinación a través de una serie de talleres mundiales, como refiere el dossier 36 de la revista ENERGÍABolivia.

Al respecto, el Informe No 11 de la iniciativa Aldeas Inteligentes refiere que los países de América del Sur han hecho avances significativos en el acceso a la energía, pero, precisa que más de 30 millones de personas (alrededor de 7% de la población) continúan viviendo sin electricidad.

Puede verse, en este estudio, que aunque los niveles de acceso a la energía en América Latina son mucho más altos que en el sur de Asia y en el África subsahariana, las comunidades que aún no tienen electricidad tienden a vivir en lugares particularmente remotos, en las montañas o en los bosques amazónicos y que su  lejanía se vincula a niveles altos de pobreza, haciendo que la electricidad sea menos asequible.

Consiguientemente y según este Informe, llevar electricidad y tecnologías de cocción más limpias y sostenibles a estas comunidades representa un reto importante si es que se ha de lograr el acceso universal a la energía en 2030, como es requerido por los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

La Iniciativa Aldeas Inteligentes sostiene el criterio de que los gobiernos desempeñan un rol crucial en el acceso a la energía.

Considera que por lo menos deben proporcionar un impulso político fuerte y una visión integral para poder lograr el acceso universal a la energía en América del Sur para el año 2030 y no deja de remarcar que “el tiempo es corto, y la experiencia previa indica que lograr el acceso a la energía toma más tiempo y recursos de lo previsto”.

Asimismo, destaca que la participación del sector privado requerirá de políticas y marcos normativos estables que apoyen los programas, brindando la confianza necesaria para que las empresas y los financiadores inviertan en el acceso a la energía en las zonas rurales alejadas, bajo la premisa de que se convierta en un factor catalizador del desarrollo. Asegura que la prestación de servicios de energía requiere un entorno en el que las burocracias y los regímenes fiscales no impongan retrasos y costos inapropiados.

Por ahora puede advertirse que los problemas de acceso a la tecnología renovable tropieza fundamentalmente con problemas de financiamiento, de monitoreo y mantenimiento que deben ser encarados para lograr el desafío de permitir el acceso a la energía a los 30 millones de personas en América del Sur que todavía no tienen electricidad y que viven en zonas aisladas y comunidades de difícil acceso y donde el estado de estos proyectos generalmente no ha superado la condición de “experimental”.


FUENTE: EL DÍA