La República de Panamá ha puesto en marcha un plan de diversificación de su matriz energética en base al gas natural, como fuente suplementaria a la hídrica, por tratarse de un combustible con un precio menos volátil que el petróleo y que hoy se presenta más barato que el carbón y al parecer con reservas de hasta 230 años.

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Panamá: pujante e importador de recursos energéticos

La República de Panamá ha puesto en marcha un plan de diversificación de su matriz energética en base al gas natural, como fuente suplementaria a la hídrica, por tratarse de un combustible con un precio menos volátil que el petróleo y que hoy se presenta más barato que el carbón y al parecer con reservas de hasta 230 años.

 

Raúl Serrano

 

Panamá tiene una de las economías más pujantes de la región. Según cifras del Banco Mundial ha mantenido un crecimiento económico satisfactorio en la última década; con un Producto Interno Bruto (PIB) promedio de 9% entre los años 2010 y 2014, pese a ser un país tradicionalmente importador de recursos energéticos, como el petróleo y cuyas oscilaciones en materia de precios, han acrecentado los costos marginales de generación de energía y el precio de la electricidad.

 

Según esta misma fuente, este crecimiento se ha debido mayormente a la ejecución de megaproyectos tales como la ampliación del Canal de Panamá y la construcción del Metro de Panamá, así como al acelerado ritmo de la industria de la construcción y actividades portuarias, principalmente.

 

Desde esta perspectiva, Panamá se presenta como uno de los países más seguros de toda la región centroamericana para la inversión externa lo que le ha valido una calificación de A4 en riesgo país de COFACE. A decir de expertos, esto significa que existe un riesgo moderado de que el comportamiento de pago se vea retrasado o anulado por un deterioro del entorno económico y político.

 

Los principales atractivos del país en el contexto económico son: la ampliación del canal especialmente vinculada a la infraestructura para transporte de hidrocarburos; una economía dolarizada; la zona libre de Colón, que se sitúa como la segunda mayor por detrás de Hong Kong; y, además, haberse constituido como hub financiero regional. Sin embargo, no deja de presentar un alto índice de pobreza1 , cierta debilidad institucional y una fuerte dependencia del capital extranjero.

 

MATRIZ ENERGÉTICA

 

En relación a su matriz energética, Panamá refiere modificaciones interesantes en períodos de tiempo no muy grandes. De acuerdo al Plan Nacional de Energía 2009-2023, de la Secretaría Nacional de Energía se tiene, al inicio del estudio, una matriz fuertemente caracterizada por su dependencia de los derivados del petróleo como se observa en la Figura 1 que grafica que un 85%de la energía proviene del petróleo importado en un país carente de recursos hidrocarburíferos.

 

El 2012 el gobierno nacional informa que los energéticos para generación de electricidad provienen en un 55% de la hidroenergía; 24% bunker (un combustible residual que se obtiene de la destilación y refinación de los hidrocarburos); 9%diésel; 5% autogeneración; 7% carbón; eólica y otros 0%, mostrando cómo, el uso de los combustibles fósiles para generación de electricidad, se reduce drásticamente a partir del 2013 debido a la entrada en operación de las centrales hidroeléctricas y a las interconexiones internacionales.

 

Consiguientemente, el 2015 la matriz energética de Panamá refiere un 57,65% de fuentes renovables, con un 3,08% de eólica como complemento a la hidro, frente a un 39,27% de generación térmica como se muestra en la Figura 3.

 

Sin embargo, la opción del gas natural no ha desaparecido y tampoco la del carbón en una país cuya demanda energética está creciendo al 6% de la demanda anual y que necesita 120 MW aproximadamente todos los años hasta el 2020, como refiere Miguel Bolinaga, presidente de la generadora AES Panamá, según un reporte de la agencia Reuters.

 

Es más, él considera que: “La matriz energética tiene que tener más de gas natural licuado, más de carbón y estoy seguro de que se están haciendo los pasos adecuados para que entren otros tipos de combustibles a partir de 2017 y 2019 con nuevas licitaciones”.

 

LA RUTA DEL GNL

 

En esta línea y pese a que 2016 se presenta como un año complicado para las inversiones en GNL debido a una pausa en los compromisos dirigidos a nuevos proyectos de GNL, a consecuencia del derrumbe de los precios del petróleo y la ralentización de la demanda en Asia; Panamá ha confirmado que importará 400.000 toneladas anuales de GNL.

 

La agencia Reuters refiere que la empresa francesa de Gas Natural Licuado (GNL) Engie anunció la firma de un Memorando de Entendimiento con la unión de Gas Natural Atlántico, en virtud del cual suministrará hasta 400.000 toneladas de GNL a la terminal Costa Norte en la Provincia de Colón, Panamá, a partir de 2018 por un período de 10 años.

 

Acota que ambas filiales de AES en Panamá, Costa Norte Terminal de GNL y Gas Natural Atlántico desarrollan en la actualidad un proyecto integrado de GNL de potencia en la entrada del Canal de Panamá, para entrar en funcionamiento en 2018.

 

“El proyecto incluye una terminal de importación de GNL con capacidad de almacenamiento de 180.000 metros cúbicos, lo que proporcionará gas natural a una central de ciclo combinado de 350 MW. Este nuevo ciclo combinado con turbina de gas contribuirá a desarrollar y asegurar la demanda eléctrica de Panamá, complementando la generación de energía hidroeléctrica del país”, anota Reuters.

 

De esta forma Panamá ingresa al círculo de países que están haciendo esfuerzos por desplazar el uso del carbón (aunque sin conseguirlo totalmente) hacia el consumo del gas natural en una coyuntura cuando los precios del gas se muestran lo suficientemente bajos y competitivos para fomentar su utilización como combustible.

 

Según la agencia de noticias EFE, Panamá tendrá en mayo de 2018 la primera planta de generación de energía a base de gas natural licuado (GNL) de Centroamérica, con una producción de 350 megavatios, como parte de los planes del país para atender el alto crecimiento de la demanda energética.

 

 

Refiere que con una inversión de al menos 800 millones de dólares, la planta será construida por AES Panamá y estará ubicada en Isla Telfers, en la provincia caribeña de Colón, en áreas dadas en concesión a la empresa Panama Ports.

 

Consiguientemente, se advierte que el Estado Panameño ha puesto en marcha un plan de diversificación de su matriz energética en base al gas natural, como fuente suplementaria a la hídrica, por tratarse de un combustible con un precio menos volátil que el petróleo y que hoy está más barato que el carbón y, según Bolinaga, con reservas de hasta 230 años.

 

UNA RUTA PREFERIDA POR ESTADOS UNIDOS

 

Utilizando su mítica infraestructura, el Canal de Panamá suscribió en enero un acuerdo de cooperación con el puerto de Lake Charles en Luisiana, Estados Unidos, como parte de la estrategia para atraer nuevos clientes del mercado de GNL en América Latina, refieren reportes de prensa de la agencia EFE.

 

Esto hace ver que la infraestructura ampliada del Canal permitirá fortalecer el mercado de los buques de GNL, lo que ha generado una dinámica importante alrededor de esta ampliación. EFE agrega que en los próximos años varias empresas tienen programada la construcción de nuevas plantas para licuefacción del GNL o ampliar sus instalaciones para exportar este producto desde Panamá con destino a Asia, través del Canal de Panamá, y a Chile, un mercado ávido de exportaciones de GNL que importa desde Estados Unidos y Trinidad Tobago y es el tercer mayor usuario del Canal.

 

LA RUTA DE LAS RENOVABLES

 

Los objetivos principales de la planificación energética de Panamá buscan, al igual que todos los países: asegurar la disponibilidad y el abastecimiento sostenible de energía para atender la demanda nacional en el largo plazo; incorporar, al sistema energético, los estratos marginados de la población; consolidar la integración energética regional mediante las interconexiones con Centro y Sudamérica; y, prioritariamente, fomentar el desarrollo de las fuentes renovables y el uso racional de la energía

 

…la política energética requiere de continuidad y por eso se convierte en una razón de Estado no de gobiernos.

 


Sin embargo, las perspectivas en materia de energías renovables (eólica 2% y solar en planes piloto a la fecha), pese a contar con un importante potencial, topan casi con los mismos problemas que se confrontan en el resto de la región: falta de “know how”, de inversiones y de una normativa que hasta el momento ha hecho difícil el tránsito hacia la consolidación de las renovables.

 

Por el momento, el país cuenta con una capacidad instalada de aproximadamente 2.981 MW. Tomando en cuenta la tendencia de crecimiento económico al año 2028, se proyecta un aumento en el consumo eléctrico en torno a los 20,853.08 GWh de demanda total de energía eléctrica a dicho año lo que representa el desafío de incorporar 5.153 MW de capacidad instalada al sistema, según los estudios de planificación del sector.

 

El gobierno de Panamá considera que mejorar las condiciones de vida de la población implica, fundamentalmente, aumentar el consumo de energía. Bajo esta visión, el Plan Nacional de Energía 2009-2023 refiere que:”no importa qué políticas se adopten, Panamá tendrá que ampliar y diversificar su consumo de energía para asegurar a su población un mejor nivel de vida. Los cambios en el sector energético, como se dijo, son lentos, requieren de tiempos relativamente largos, y demandan además grandes recursos financieros”.

 

En esta línea destaca que las decisiones en este sector van siempre más allá de los mandatos de un gobierno. “Las decisiones que se tomen, o no se tomen, en un período, afectarán inevitablemente siempre a los gobiernos sucesivos. Por esta razón, la política energética requiere de continuidad y por eso se convierte en una razón de Estado no de gobiernos. En energía, no hay soluciones ni rápidas, ni absolutas, ni se permite el lujo de la improvisación”, subraya el documento.

 

 

Asimismo, deja claro que el acelerado crecimiento económico que experimenta la región de América Latina y El Caribe, que supera al promedio de los países más desarrollados, debe soportarse en un desarrollo energético sustentable y con reducidos costos, que favorezca el acceso a la energía y la inclusión social; aprovechando el gran potencial de energías renovables y reservas de energías no renovables con que cuenta la Región.

 

Considera, igualmente, que la integración energética internacional hará posible consolidar mercados energéticos más grandes de orden subregional y regional, creando condiciones propicias para el desarrollo de proyectos de infraestructura energética renovable de gran envergadura, abaratando los costos de producción en virtud de la economía de escala.

 

Por el momento, la Secretaría Nacional de Energía ha confirmado que se encuentra en proceso de elaboración del Plan Energético 2015 – 2050 el cual es realizado en cooperación con el Programa de las Naciones Unidas de Panamá (PNUD) e incluye el sector gubernamental, empresarial, ambientalista, grupos indígenas, asociaciones de consumidores, entre otros.

 

…la integración internacional hará posible consolidar mercados energéticos más grandes de orden subregional…”