El mundo está incrementando, verdaderamente, sus señales a favor de un cambio en la matriz energética mundial? Es una respuesta complicada. Por el momento solo está claro que la demanda energética es imparable y que continúa siendo dependiente de los combustibles fósiles en alto grado y que, en ese marco, está asociada al desarrollo de los pueblos, de manera prioritaria.


Por ahora, los precios del petróleo han caído dibujando una nueva crisis en el sector más estratégico de la economía mundial como es, precisamente, el energético; arrastrando también a la baja los precios de otros combustibles como el gas que, principalmente debido a ello, no ha dejado de ser atractivo a la hora de diversificar la matriz energética en varios países de Europa, por ejemplo, arguyendo que es menos nocivo al medio ambiente.

Según el World Energy Outlook 2015 la India e Indonesia están aprovechando la disminución del precio del petróleo para agilizar la eliminación progresiva de subvenciones a los combustibles fósiles. Esta misma fuente refiere que el papel de China como impulsor de las tendencias mundiales está cambiando a medida que el país entra en una fase de su desarrollo, mucho menos intensiva en energía y se ha establecido que casi la mitad de la nueva capacidad de generación eléctrica mundial instalada en 2014 fue renovable.

Asimismo, explica que la aplicación de una normativa obligatoria en materia de eficiencia energética se ha expandido a más de un cuarto del consumo mundial, y refiere que los datos de 2014 registraron un prometedor indicio de una disociación entre las emisiones de CO2 y la actividad económica, hasta la fecha un vínculo muy previsible, según el documento de referencia publicado antes de la COP 21 en París.

Consiguientemente, esta fuente señala que se han multiplicado las señales de cambio en la energía mundial con miras a lograr una matriz más sostenible y sustentable. Sin embargo, yo mantengo mis dudas en la medida que países como Alemania, que están realizando esfuerzos importantes por limitar su energía nuclear, no han dejado de mirar el carbón como combustible barato, muy contaminante, aunque probablemente menos peligroso que la nuclear.

Con todo, vale la pena observar los esfuerzos que vienen haciendo los países en su afán por asegurar el acceso a una oferta “abundante y confiable de todos los tipos de energía”, a tiempo de mantener capacidades eficaces para responder a probables interrupciones en el suministro de petróleo, como reza la misión de la Agencia Internacional de Energía (AIE por su sigla en inglés).

La Agencia considera que hallar soluciones para los desafíos a los que en materia energética se enfrenta el planeta, tiene mucho que ver con la participación y el diálogo entre países, no necesariamente miembros de la AIE; la industria en general; los organismos internacionales; y otros interesados directos, que somos todos nosotros, en la medida que la energía es la que mueve el planeta.

Las observaciones, a esta gestión de la energía, es, a no dudarlo, el tema más borrascoso del debate y de los numerosos casos prácticos analizados con miras a establecer planes energéticos que nos acerquen al 2040 con menos riesgos y con un manejo más eficiente de la energía. Como consuelo, no deja de ser importante referir que “la mitad del uso energético de China actualmente, frente a solo un 3% en 2005, ya está sujeta a estándares de eficiencia energética obligatorias, junto a un gran despliegue de las renovables”. Pero todos sabemos que, por muy grande que sea la golondrina, ella sola, no hace verano.

FUENTE: EL DÍA