Si Bolivia quiere convertirse en el “Corazón energético de Sudamérica” debe llevar a cabo una expansión de la matriz energética nacional con un enfoque de sostenibilidad, sostuvo Fernando Ferreira, el secretario ejecutivo de OLADE en una entrevista con ENERGÍABolivia, planteando la habilitación de las energías renovables justo cuando se piensa que, debido al derrumbe de los precios del petróleo, estas se encuentran irremediablemente “desahuciadas”.

Considera que la perspectiva de Bolivia, así como la de todos los países de la región, es aumentar la participación de las energías renovables en la matriz energética, asegurando que de esta forma “el desarrollo de proyectos hidroeléctricos, eólicos y solares en el país serán las venas que alimenten al corazón de Sudamérica”.

En este contexto, la hidroelectricidad ocupa un lugar visiblemente prioritario. Ferreira afirma, en efecto, que Latinoamérica y el Caribe es una de las regiones que presenta la matriz más renovable de todo el planeta, en gran parte, debido a la participación del recurso hídrico en generación eléctrica, pero también gracias a la participación de diferentes formas de bioenergía y más recientemente la incorporación de energías renovables no convencionales

“Cuando se compara la matriz de oferta total de energía de América Latina y el Caribe (ALyC) con la matriz Mundial, se observa que las energías renovables (Hidroelectricidad+ Biomasa + Otras Renovables) representan el  25%,  mientras que a nivel global no superan el 10%.

Asimismo, mientras que la hidroelectricidad representa  en ALyC el 9% de la matriz global de abastecimiento, a nivel mundial apenas alcanza el 2%”, precisa.

Pese a sostener que siendo América Latina y el Caribe una región superavitaria respecto de sus recursos energéticos, reconoce que esta también presenta importantes asimetrías que debilitan la seguridad energética de muchos países y recomienda el desarrollo de iniciativas tendientes a la reducción de estas vulnerabilidades, precisamente mediante el aprovechamiento de recursos renovables.

Ferreira afirma que en años recientes el incremento de proyectos de generación eléctrica en los países de la región mediante las energías renovables ha ido en aumento, por el incremento en los índices de factibilidad económica y los compromisos políticos asumidos por los representantes de los países en pro de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y contribuir a la disminución de emisiones de CO2 al ambiente.

Remarca que la crisis de los precios del petróleo afianza el compromiso de diversificación de la matriz energética a través del aumento de energía renovable y sostiene que si bien es cierto que la inversión para incrementar la capacidad de generación a través de fuentes renovables no convencionales es mayor que aquella para las fuentes tradicionales, debemos recordar que los emprendimientos tradicionales llevan consigo el costo del combustible, costo cuya variación no puede ser predecible y que afecta o afectaría a la planificación y a las finanzas a largo plazo.

De esta forma cierra su lectura asegurando que, bajo la coyuntura actual, las inversiones en energías renovables no han disminuido y muy por el contrario serían un posible indicativo de la desvinculación de la competitividad de estas en relación a la variación del precio del crudo. Una percepción sin duda diferente a aquella que refiere que, en este escenario de precios bajos del petróleo, las renovables no tienen mayores perspectivas.

FUENTE: EL DÍA