Terminó de morir el “Mexican Moment”? expertos señalan que México confronta serios desafíos para crecer en forma sostenida y que las reformas estructurales planteadas por el gobierno de Peña Nieto tuvieron su mayor freno en el derrumbe de los precios del petróleo, en la depreciación de la moneda frente al dólar, y sobre todo en la recuperación de Estados Unidos, a partir del furor de los shales.

En este marco, México se ha convertido en una clara muestra de las ventajas y desventajas de tener un vecino tan poderoso como lo es Estados Unidos, especialmente en países de desarrollo precario, pero, también una expresión de sus propias contradicciones estructurales.

Por el momento, y acaso para descargo de Peña Nieto que liderizó el retorno del PRI con expectativas extremas, el instituto de Pensamiento Estratégico Agora A.C. (IPEA), sostiene que el primer factor general que evitó que se continuara hablando de la posibilidad de que México se convirtiera en un país desarrollado, fue el complejo entorno económico global, que comenzó a observarse desde finales de 2014.

“La volatilidad económica que comenzamos a ver a partir se este periodo representó un gran desafío que requiere de respuestas coordinadas y contundentes”, destaca el estudio de IPEA entre los varios análisis que han comenzado a surgir alrededor del denominado “Mexican Moment”, construido principalmente en función de un mercado emergente atractivo en la región y sustentado en una importante inyección de capitales privados que irían a llegar a partir de las reformas propuestas por Peña Nieto como, por ejemplo, la apertura de Pemex a la inversión privada después de 77 años de monopolio estatal.

Está claro que en México, donde el 38% de sus ingresos provienen de la explotación del petróleo, la crisis energética actual transparentó la debilidad de las reformas estructurales propuestas por el PRI y evidenció la urgencia que debería tener este país (como todos al parecer), por diversificar su matriz energética, con la idea de transitar una ruta menos dependiente del petróleo que transversaliza su economía tanto como la del resto del planeta. Al mismo tiempo, reveló las dificultades de estos desafíos en países con serios problemas para encarar investigaciones en tecnología y programas de desarrollo.

En el actual escenario de crisis de los precios del petróleo, la publicitada estrategia del gobierno del PRI de atraer inversiones hacia el sector petrolero, después del reinado de la hegemonía estatal de Pemex, ha resultado ser un fiasco que habla de la fortaleza de la crisis energética y de lo desprevenidos que se encuentran los países en desarrollo. De manera que México es, actualmente, una muestra clara, paradigmática, de los efectos de la presente crisis energética que está moviendo los tableros de juego a nivel internacional, junto a la escalada de violencia que vive este país y a su deteriorada institucionalidad estatal.

FUENTE: EL DÍA