Al cierre de 2015 y con el derrumbe de los precios del petróleo ¿cómo observamos la integración de los mercados de gas en América del Sur? Analistas desde dentro del sector como Luis Bertenasco, gerente de proyectos de ENARSA-PDVS.A, consideran que la situación del derrumbe de precios del petróleo debe observarse como coyuntural.

En lo particular, él considera que una vez que el mercado de petróleo encuentre un nuevo equilibrio de precios, que viabilice nuevamente los proyectos en áreas de frontera como son el petróleo extrapesado, el Offshore en aguas profundas y ultraprofundas y los no convencionales entre otros, se tendrán escenarios más optimistas.

“No obstante, en el mientras tanto ha permitido que los precios de gas natural indexados con referencia al petróleo y sus derivados, se vuelvan aún más competitivos y alcancen valores de unos 5 - 6 $us MMBTU, convirtiéndolo en el energético preferencial a la hora de satisfacer las crecientes demandas de energía”, agrega.

En esta línea, remarca que es prioritario plantear una integración regional latinoamericana de la mano del mercado del Gas Natural Licuado (GNL), para lograr un mercado regional más flexible y menos dependiente de una única conexión entre un proveedor y un solo cliente, como cuando se utilizan únicamente gasoductos.

Él está de acuerdo en que estos intercambios siempre tienen el carácter de geopolítico, pero también de una real necesidad del energético, precisando que cuando se plantea una conexión fija, mediante gasoductos, la geopolítica es la razón prioritaria, por su visión de largo plazo como a principios de año lo evidenciara la tercera adenda en el contrato con Bolivia, donde Argentina garantiza la compra del energético por los próximos cinco años.

“Esta situación ya no resulta tan clara cuando se piensa en mercados más flexibles como es el caso del GNL, donde el precio juega mayormente un factor determinante en la elección del cliente final y los contratos resultan a más corto plazo”, aclara poniendo el GNL como la sombra permanente frente al gas natural boliviano que pese a todo no ha dejado de ser imprescindible para Brasil y Argentina.

Sin embargo, aclara que la relación de compra-venta de gas natural entre Bolivia y Argentina es beneficiosa para ambos países y es un claro ejemplo de integración regional, que trasciende los típicos beneficios de “zonas de frontera”. En relación a la posibilidad de consolidar en la región un mercado unificado de gas a escala mundial, vía el GNL, sostiene que en el corto y mediano plazo sería deseable que los precios de la región se vuelvan hacia una referencia única.

“Si bien sería muy discutible cuál debiera ser la misma, creo que la estadounidense se constituye como la más representativa. A más largo plazo habrá que ver cuáles son los costos reales de desarrollar nuevos recursos de gas como por ejemplo hoy ocurre con el gas no convencional en Argentina evaluado como los segundos en importancia a nivel mundial y que una vez puestos en producción fijen un valor de costo marginal para la industria”, agrega.

En todo caso, está convencido de que el desarrollo de un mercado mundial unificado de gas, vía el GNL, no depende de unos pocos países y habrá que ver la posición que asumen los actores dominantes en relación a este combustible cuando, por ejemplo, entre Australia en acción con sus enormes campos offshore, y qué actitud tomen los países de medio oriente. Por el momento, asegura que a nivel regional este tipo de combustible continua siendo una excelente posibilidad para robustecer el abastecimiento y también a escala mundial a la hora de incrementar el flujo interno de gas natural, vía los gasoductos virtuales.

FUENTE: EL DÍA