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Cecilia Wilde:
“El arte puede permitirnos reflexionar sobre el alto valor de la naturaleza”

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



La presente nota habla de la energía creativa de Cecilia Wilde, la artista boliviana que cautivó este año a Corea del Sur con una muestra pictórica de los tejidos de jalq’a, una comunidad cercada a la ciudad de Sucre.

 

Vesna Marinkovic U.

 

1 ¿Coincidiría en que pintares una forma de energía?

Definitivamente si, cuando pinto me lleno de energía, es como un alimento para mi vida, para mi alma. Quizá también a la inversa. Llego al taller llena de energía y descargo toda la carga en mis lienzos, vuelco en ellos toda mi pasión, toda esa energía creativa.

 

Entonces uno puede preguntarse, cómo se puede entender esta aparente contradicción entre llegar a mi lugar de trabajo llena de energía y descargarla a través de mi creación y, al mismo tiempo llenarme de energía con mis cuadros. Simple, es como un ciclo del que no puedo prescindir, donde me renuevo permanentemente y en el que renunciar a crear me dejaría como una planta sin agua.

 

2 Los tejidos de usted pinta hablan, a su vez, de otra forma de energía, ¿cómo la descubrió?

Los tejidos de Jalq’a son expresiones altamente artísticas y puras, lejos de toda influencia occidental y así se mantuvieron durante muchos años, desde antes de la época de la Colonia. Es un arte del alma, del sentimiento, de sus creencias, de sus miradas y de sus imaginaciones. No hay reglas artísticas, no hay orden ni armonía, no hay simetría, es el caos de las imágenes, animales que no existen en nuestro mundo, pero si en el de ellos…. percepciones de un mundo al que sólo tienen acceso ellos mismos: descubrirlos es como tocar otros estratos de otros mundos, quizá del más allá, de lo infrahumano…..

 

Con mi arte me aproximé a sus lecturas, intentando descubrir esa magia al que las tejedoras, a través de sus creaciones, nos dicen algo, nos comunican y cuentan una visión de su entorno. Yo solo me llené de esa energía para reinterpretar sus visiones pero con la mía propia, con mi arte, con mis propios trazos y colores.

 

3 Usted dice que los textiles de Jalq’a, son los únicos que no han tenido la influencia colonial, ¿un arte “puro”?

Es un arte puro, propio y mágico. Poder entrar a ese mundo…es muy difícil…porque contiene códigos y lecturas, difíciles de comprender. Se puede describir, interpretar tal vez….pero no se puede descifrar con códigos occidentales.

 

4 ¿Cómo explica la relación entre arte y naturaleza?

La naturaleza es intrínseca al ser humano, por lo tanto es casi un traslucir esa relación que para mí es inquebrantable. A veces en mi obra suelo reflejar el impacto que produce mi entorno, esos mensajes que esa naturaleza me ofrece.

 

5 En este momento que se habla de los efectos del cambio climático sobre la naturaleza, ¿el arte ayuda?

 

Creo que por lo menos en el ámbito testimonial el arte puede permitirnos reflexionar sobre el alto valor de la naturaleza, tal vez crear más conciencia en las generaciones venideras. Creo que sí es un enorme espacio para la reflexión.

6 Cuéntenos un poco sobre su experiencia en el simposio que precisamente tiene la temática “Arte cultural y la paz entre el hombre y la madre naturaleza”…

Cuando presenté en uno de los encuentros los detalles de mi trabajo y los expuse encontré una aceptación inmediata, no requería mayor explicación. Mis obras fluyeron con su lenguaje propio.

 

Varios de los pintores que compartieron el evento también extractaron sus obras de ese encuentro con la y lo reflejaron en sus obras.

 

El Museo Mosan en Corea del Sur, era un espacio mágico, cubierto de naturaleza. Ríos, cascadas, lagunas, animales, incluso silencios. Pienso que el museo eligió el lugar ideal para desplegar sus instalaciones pues es un ambiente de absoluta invitación a la creación, a espacios que dejan al artista en esa mágica relación de naturaleza, hombre y armonía. Una simbiosis entre el arte y la naturaleza

 

7 Un orgullo que esté representando no sólo a Bolivia, sino a Sudamérica en este evento en Corea y, además, sorprendiendo gratamente al público, ¿cómo se siente Cecilia Wilde?

Feliz porque definitivamente supe que la elección fue complicada, con muchos artistas del continente y el mundo. Se presentaron más de un centenar de portafolios. Entonces creo que mi obra se ajustaba plenamente al propósito del evento. Fue una decisión de los curadores que optaron por mi trabajo

 

Creo que la satisfacción de nuestra embajadora en Corea, Guadalupe Palomeque me asegura que transitamos por un buen camino para la imagen de Bolivia.

 

Trabajar en Corea fue una experiencia maravillosa, no solamente por llevar un poco del arte de vanguardia de Bolivia.

 

En lo personal por haber compartido con pintores de talla internacional, con creadores que constantemente están paseando sus obras por el mundo, y por la oportunidad de llevar aún más lejos mi arte hacia otros países.

 

El museo Mosan en Corea del Sur, era un espacio mágico, cubierto de naturaleza”.