El mercado eléctrico chileno estaría MONOPOLIZADO POR CUATRO EMPRESAS QUE FRENAN EL INGRESO DE LAS RENOVABLES. Sin embargo, este país ha incorporado de manera importante la energía fotovoltaica, con cero subsidio de parte del Estado.

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Cristian HERMANSEN:
Chile NECESITA ENERGÍA y crecer económicamente

 

Vesna Marinkovic U.

 

Dentro de una exposición orientada al análisis de la situación del mercado eléctrico chileno, Cristian Hermansen dijo que este estaba concentrado en cuatro empresas que controlan aproximadamente el 90% de la generación eléctrica y que eso ha creado barreras en materia de energías renovables puesto que impiden el ingreso de otras fuentes que puedan abaratar el precio de la electricidad.

 

Según un estudio de la CEPAL, el sector eléctrico chileno se comenzó a privatizar a comienzos de los 80, pero no es hasta 1989 que dicho proceso se completa, con la venta total por parte de CORFO, de su participación en ENDESA.

 

Con anterioridad, el Estado poseía el 90% de la generación, el 100% de la transmisión y el 80% de la distribución de la electricidad. La CEPAL indica que las reformas al régimen de propiedad, al funcionamiento de los mercados, al marco regulatorio, y al régimen tarifario, se inician en 1980, estando todos a cargo de la Comisión Nacional de Energía, la que pasó a tener el rol predominante en el sector.

 

MONOPOLIO PRIVADO

 

Al momento, las actividades de generación, transporte y distribución de electricidad son desarrolladas en Chile por el sector privado, cumpliendo el Estado una función reguladora, fiscalizadora y subsidiaria. Las empresas líderes del sector eléctrico chileno son: ENDESA, ENERSIS, CHILGENER y CHILQUINTA y en muchos casos son acreedoras de la crisis “de múltiples dimensiones” que enfrenta Chile en este sector.

 

En efecto, según un estudio de la comisión técnico parlamentaria para la política y la matriz energética, Chile confronta altos niveles de contaminación y elevados precios en la energía que consume; inseguridad en el abastecimiento por restricciones hídricas, estrechez y congestión en los sistemas de transmisión eléctricos; persistentes irregularidades en la aprobación y fiscalización de los sistemas de generación y transmisión; además de excesiva concentración y falta de trasparencia en el mercado eléctrico.

 

En este contexto, Cristian Hermansen, presidente del Colegio de Ingenieros de Chile que participó como expositor del Seminario Internacional, “Oportunidades para las Energías Renovables en Bolivia”, sostuvo que el mercado eléctrico es al menos insuficiente para abastecer la demanda del mercado interno de electricidad de este país.

 

“Tenemos una alta dependencia energética, pues Chile no tiene petróleo, gas, carbón, tenemos algo de hidroeléctrica y ahora nos damos cuenta que tenemos energía solar”, dijo en son de crítica al actual modelo de desarrollo eléctrico que se implementó hace más de una década y que no estaría brindando toda la atención al desarrollo de las renovables como una alternativa para encarar las insuficiencias del mercado.

 

ENERGÍA PARA CRECER

 

“Pero el país necesita energía y crecer económicamente. Podrán diferir las cifras, pero tenemos 1 o 2 millones de pobres y para que salgan de la pobreza necesitamos crecer económicamente y para ello necesitamos electricidad”, dijo Hermansen precisando que Chile tiene un consumo percapita de consumo de electricidad del orden de los 3 mil 600 kilowatios /hora (KW/h) habitante por año.

 

En un tácito reconocimiento a las limitaciones para el desarrollo de la hidroeléctrica en su país, debido a una fuerte oposición ciudadana mencionó, sin embargo, la importancia de considerar sistemas de generación menos contaminantes que el actual para aportar en la huella de carbono, incluso en el marco de las actividades de exportación que sustentan buena parte de la economía chilena.

 

“Una economía abierta como la chilena exporta y la cantidad de CO2 que se emite al producir un bien, tiene una marca y eso puede constituir barreras comerciales graves”, sostuvo al precisar que en ese marco la industria vitivinícola adelgazó las botellas para tener menos contribución de emisiones y que están desarrollando tecnologías innovadoras para no gastar tanto combustible en este proceso y evitar barreras comerciales emergentes de la huella de carbono en el vino que se exporta.

 

“Chile no puede estar con procesos productivos de gran productor de emisiones y por tanto la fuente de generación de electricidad también tendrá que cambiar”, dijo señalando la importancia de migrar hacia las renovables a tiempo de ver temas de seguridad de abastecimiento, y el uso del territorio en un país de 750 mil kilómetros cuadrados, donde el recurso tierra es considerado “escaso”.

 

 

En esta línea se mostró optimista frente a la agenda energética al 2030 planteada por el actual gobierno que probablemente introducirá cambios en la regulación de la energía dentro de un contexto que habla de un sector energético manejado en términos absolutamente comerciales, con reglas de juego establecidas pero que en su criterio no opera como una política nacional, lo que habría planteado dificultades para las renovables en Chile.

 

SIN SUBSIDIOS

 

Con todo, dijo que su país era uno de los pocos que había alcanzado réditos interesantes en materia de generación eléctrica vía las renovables, especialmente la fotovoltaica, sin subsidios de parte del Estado, como se observa en el cuadro 1, pese a que subsiste la idea de suministrar la demanda al menor costo de operación que supone una combinación optima de centrales de carbón, turbinas diesel, etc., que en lo fundamental refleja un bajo costo de operación pero sin ingreso de energías renovables.

 

 

“Los ahorros en combustible serían varios miles de millones de dólares al año al 2030, esta es la razón por la que a los actuales generadores existentes no les interesa que entren las renovables más baratas, les interesa una central más cara para que marque precios”, dijo precisando la situación a nivel de potencia ERNC instalada, expresada en el cuadro 2.

 

En este contexto mostró cómo ha sido la incorporación de eólica y fotovoltaica a marzo de 2015. Señaló una construcción acelerada de energía fotovoltaica “sin un solo subdidio del Estado”, remarcando que piensan llegar a 3 mil megavatios, “con todas las trabas a este competidor de menor precio” que al 2025 debería llegar a un 20% en la matriz energética chilena.

 

Hermansen reflejó que las trabas para el desarrollo de los proyectos mini hidráulicos son: permisos y los extensos plazos para tramitarlos; la conexión, señalando falta de infraestructura; financiamiento; relacionamiento con las comunidades que no diferencian entre proyectos pequeños, medianos y grandes; y la tramitación medioambiental.