El  V Congreso Internacional de Gas & Petróleo de YPFB graficó, en julio, un escenario expectable para el gas natural, en pleno derrumbe de los precios del petróleo, y puso en agenda la importancia de la exportación de energía para Bolivia así como la necesidad de la integración energética, en una región cada vez más asociada a sus ingentes recursos naturales.

De esta forma, dos temas cobraron vigencia en julio dentro del ámbito energético boliviano: la apuesta por la exportación de energía que implica transar con las hidroeléctricas y la integración energética que no deja de considerarlas. En resumen, parece ser el tiempo de las hidroeléctricas aunque el presidente Morales hubiera dicho que prefiere las termoeléctricas.

En el marco de dicho evento expresó que “el Gobierno de Bolivia apuesta a la exploración y explotación de gas natural para la producción y exportación de energía con el objetivo de elevar los ingresos económicos”, siendo la más contundente declaración sobre este tema, de parte del actual Gobierno en este último tiempo.

Morales sustentó su afirmación remarcando que expertos le precisaron que la venta de 1 millón de BTU (Unidad Térmica Británica) genera 6 dólares y que esto convertido en energía llegaría a 9,5 dólares, agregando que: "En Bolivia más sencillo es convertir el gas en energía para vender y se gana más que con gas. Esa es la preocupación que tenemos, esa es la meta que tenemos".

En este contexto, dejó ver que la inversión es ineludible para activar la industria del gas, también en dirección a la exportación de energía, asegurando que su Gobierno está realizando esfuerzos por garantizar la seguridad jurídica demandada por las empresas del sector. De esta forma, la ruta hacia la integración energética en la región, vía las termoeléctricas, habría iniciado su apertura.

Sin embargo, también en julio el gobierno suscribió con Brasil lo que se denominó la Adenda al Memorando de Entendimiento en Materia Energética, que tiene por objeto la constitución del Comité Técnico Binacional para la generación y exportación a Brasil de aproximadamente 8.000 megavatios (MW), a partir de la puesta en marcha de proyectos hidroeléctricos.

Autoridades del sector informaron que el Comité Binacional conformado analizará los estudios para determinar el potencial de las plantas hidroeléctricas Cachuela Esperanza, Río Madera (binacionales); El Bala, Rositas (Nacionales) y plantas termoeléctricas; un tema que pone en contexto las afirmaciones del Gobierno boliviano en sentido de que la exportación de energía eléctrica a los países vecinos reportará al Estado boliviano más ingresos que la venta de gas natural.

Según reportes de prensa, el conjunto de proyectos hidroeléctricos y termoeléctricos en los que trabajarán ambos países tendrían una capacidad total de generación de alrededor 8.000 MW con destino al mercado de Brasil, ratificando que el vecino país se habría constituido en un mercado indiscutiblemente importante para la economía nacional.

De esta forma Bolivia estaría dando luz verde a la puesta en marca de proyectos hidroeléctricos retrasados por varios años aunque a la fecha no existirían los estudios medioambientales imprescindibles para su efectivización. La información oficial solamente señala que se los va a realizar y que los mismos durarán aproximadamente dos años para establecer el estudio de factibilidad del ingreso en operaciones, de ingeniería a detalle y, posteriormente, iniciar la construcción de las centrales hidroeléctricas y las líneas de transmisión de energía eléctrica que tomaría entre 5 a 6 años.

FUENTE: EL DÍA

AUTORA: VESNA MARINKOVIC