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la energía de la ética en la gestión (*)

 

Anibal Jerez Lezana (*)

 

"Así, en la industria, la energía generada por la leña, el carbón, el vapor, el petróleo y la electricidad en sus diferentes formas, ha sido superada por energías de escalas caloríficas mayores, más limpias y más seguras. La conducta humana por hacer lo bueno, expresado en comportamientos éticos constituye una gran energía intangible de una fuerza de escalas y dimensiones superiores para encarar preventivamente los riesgos de una gestión empresarial"

 

Existen casos emblemáticos de corrupción denunciados en la gestión de empresas petroleras; sólo como ejemplo indicativo cito las denuncias públicas y juicios de corrupción de grandes empresas petroleras como Petrobras en el Brasil y ENRON en Estados Unidos. Tomando en cuenta estos antecedentes y ante cualquier descontrol aparecido de nuevo en la gestión de una empresa, de memoria viene la imputación social, viene la bronca y también sale la demanda de sanciones y el sueño de algo mejor.

 

Todas las leyes y todos los libros de la academia con los que se formaron los altos directivos de las empresas nunca aconsejaban robar, hacer trampas, encubrir, aprovecharse del cargo para traficar con el poder; mejor aún, luego de estudiar y hacer cursos sobre los riesgos en la gestión de cualquier compañía, sean estos riesgos de control, de gerenciamiento o corporativos por la dimensión de las empresas, les enseñaron que si eran rigurosos en atender y responsabilizarse de las diferentes etapas y acciones del proceso administrativo, con seguridad se alcanzarían resultados eficientes de beneficio para todos.

 

 

 

...la energía que da la conducta ética sea asumida formativamente por las universidades mediante un plan transversal de formación en ética profesional y ética pública...”

 

Más allá de la formación profesional, obviamente que cada uno de los directivos y las personas de sus interrelaciones empresariales vienen con un aprendizaje cultural de valores y una moralidad adquirida en los hábitos de la familia, del grupo social o en la escuela; si suponemos que los directivos o jefes estaban bien preparados y el trazado de la ruta conductual también, uno se pregunta dónde fallaron estos, dónde apareció el diablo para hacerles conocer las tentaciones de los dólares adicionales para el beneficio extraordinario, individual o grupal.

 

Aquí mismo, si valoramos los contextos internos y externos podemos concluir sin mucho margen para equivocarnos que, la falla se dio en la decisión individual frente al sistema de valores que determina o sustenta la toma de decisiones, han podido ser profesionales altamente especializados para alcanzar una alta rentabilidad en sus propósitos empresariales, pero, fueron raquíticos en valores como la honestidad, el compromiso y la integridad. Conclusión, por eso dirigieron o fueron parte de gestiones corruptas.

 

Así gestionado el interés mayor, con seguridad que caen las personas involucradas afectando a sus familias, a sus hijos que soñaban y ponían en alto a sus padres y, también arrastran a las empresas a situación a veces desastrosas mientras no se den medidas que restablezcan la confianza.

 

Ante los cuadros críticos afectados por corrupción en cualquier empresa, se deben tomar decisiones a la escala del problema, que extirpe de raíz el problema e incluso inmediatamente decidir exámenes complementarios para ver si no hay extensiones del mal con los riesgos de una metástasis que muestren el cuadro de mayor gravedad.

 

Exactamente aquí, dada la relativa confianza de los instrumentos de control interno y gerenciales clásicos, surge la necesidad de otra energía, de otra fuerza mayor, de una fuerza de valor intangible superior para la buena gestión de lo tangible, esta es la formación en la competencia de la ética o del comportamiento de las personas para hacer lo bueno.

 

Así, en la industria, la energía generada por la leña, el carbón, el vapor, el petrolero y la electricidad en sus diferentes formas ha sido superada por energías de escalas caloríficas mayores, más limpias y más seguras. La conducta humana por hacer lo bueno, expresado en comportamientos éticos constituye una gran energía intangible que impacta en lo tangible, es una fuerza de escalas y dimensiones superiores para encarar preventivamente los riesgos de una gestión empresarial.

 

Si la sociedad en general reclama una nueva ética, de mayor responsabilidad por el bien común en los negocios, en la política, en la justicia, en la policía, en la medicina, en la administración pública, en el manejo de los recursos naturales y frente a los ciudadanos administrados, lo recomendable es que la energía que da la conducta ética sea asumida formativamente por las universidades mediante un plan transversal de formación en ética profesional y ética pública en todas las carreras que desarrollan y las actualizaciones recurrentes en el trabajo de las empresas.

 

La formación determinante que se adquiere en el hogar como resultado de familias que cultivan valores y principios, será fortalecida por la academia y por la práctica de estos valores, luego habrán más profesionales capaces de enfrentar y decidir frente a grandes dilemas que prueban la estructura e integridad de los valores y, con seguridad habrá motivos para recuperar la confianza en los decisores públicos y privados y de sus equipos de recursos humanos que los apoyan en sus gestiones.

 

Aprobar una política de fortalecimiento administrativo, un programa anticorrupción, un marco normativo general de valores y precisarlo en un código de ética que se desarrolle y tengan vida, que se sienta y se comparta en la empresa, es una decisión por una ruta preventiva y cualitativamente superior y con mucha energía, energía que modelará todos los actos dentro de la empresa y en la vida familiar de los trabajadores y sus interrelaciones… vacunando, inmunizando, blindando conductas, de tal manera que, si existiera una probabilidad de ocurrencia de un riesgo de corrupción esta pudiera ser minimizada al extremo por la fuerza de las conductas éticas como energía preventiva, este es el reto.

 

(*)Facilitador de programas de transparencia/anticorrupción, ética, control interno, auditorías de responsabilidad. Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.