Chris Geisler, vicepresidente para las Américas de IHS, proyecta en esta nota algunas de sus impresiones sobre la industria del gas y el petróleo.

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Maximizar la ganancia en el corto plazo o construir la industria de la nación, ¿dilema del gas?


Chris Geisler, vicepresidente para las Américas de IHS, proyecta en esta nota algunas de sus impresiones sobre la industria del gas y el petróleo. Estratético en sus respuestas, destaca entre ellas su lectura sobre el estado de los precios del petróleo ofreciendo un panorama más bien alentador para el sector de los hidrocarburos.

 

Pablo Javier Deheza

 

En el marco de la realizacióndel V Congreso Internacional YPFB Gas & Petróleo- 2015, estuvo presente en Bolivia Chris Geisler, vicepresidente para las Américas de IHS, la renombrada compañía norteamericana que provee información y análisis para la toma de decisiones en el sector público y privado sobre defensa, seguridad, aeroespacio, automóviles, química, energía, comercio y tecnología en general.

 

ENERGÍABolivia le consultó sobre su percepción acerca la producción de gas en el país. Este profesional, licenciado en química e ingeniería de refinación de petró- leo de la Escuela de Minas de Colorado, respondió indicando que “se trata del típico asunto de elegir entre maximizar la ganancia en el corto plazo o construir la industria de la nación. En el segundo caso, es probable que se obtengan retornos, aunque no los más altos posibles. En el caso de su planta de urea y amonio, se podría vender ese gas a un país vecino a un precio dado, se necesita una significativa inversión de capital para convertir aquello en urea y entonces el costo del producto podría no entregar las mismas ganancias si tan sólo se vendiera el gas. Pero es una decisión que tiene que ver con construir la industria del país”.

 

“Con esto digo que en la región hay demanda para los productos petroquímicos. Los bolivianos podrían vender gas licuado de petró- leo, para lo cual invertirían algo de capital para construir las instalaciones necesarias, empleando a varias centenas de personas. Ese producto ayuda a que se mantengan abiertos los hoteles y restaurantes en todo el territorio, por lo tanto es también una herramienta para el desarrollo”.

 

CRISIS DE PRECIOS E IMPACTOS

 

En su disertación hizo un análisis sobre el comportamiento de los precios de los hidrocarburos en las últimas cinco crisis, desde la década de 1980, que derivaron en su caída y cuánto tiempo les tomó recuperarse. Formuló tres escenarios posibles: uno con forma de V, en el que los precios de recuperan rápidamente; otro con forma de U, en el que los precios demoran un poco más en hacerlo; y otro con la forma de una L ligeramente inclinada, en el que la recuperación toma muchos años en lograrse.

 

A partir de ello, se le preguntó cuál de estos tres escenarios encontraba como el más probable de ocurrir con la crisis presente. Chris Geisler afirmó que “en IHS actualmente nuestro caso base es el de la forma de V, es decir, una recuperación rápida de los precios del petróleo. Creemos que se va a elevar hasta ubicarse en el rango entre los 60 y 70 dólares en el próximo par de años. En cinco años estará entre los 80 y 90 dólares por barril. El precio del gas a nivel mundial está por debajo de su precio óptimo. Pensamos que en Estados Unidos el valor del gas permanecerá bastante bajo, así que esperamos que vaya a haber que haya desarrollo en Norteamérica que apunte primero al país y luego a las exportaciones”.

 

Finalmente, requerido sobre el impacto de los precios bajos en la industria de los shales en Estados Unidos sostuvo que “esto fue significativo. Sin embargo, toma un tiempo para que las máquinas se paren. Ahora mismo, pese a que las tasas de retorno se han reducido dramáticamente, la producción recién está empezando a bajar. Los productores están concentrando su trabajo en los pozos que son los más productivos y los menos costosos; que son los que están en Dakota del Norte y en Texas”.

 

“Pienso en definitiva que Estados Unidos va a reducir su producción, pero no en el sentido de una declinación de la producción. Lo que veremos es que en el mercado global la demanda crecerá y esto presionará a la oferta y esto es lo que va a balancear las cosas”.